Pulso

Lo que queda del puro

- El autor es ingeniero civil PUC y MBA The Wharton School. (@tomcasaneg­ra) —por TOMÁS CASANEGRA—

ME GUSTAN LOS PUROS, y por lo mismo me da una pena negra cuando algún amigo deja algún Cohíba o Partagás a medio fumar sobre la mesa. Más de alguna vez me he visto tentado por fumar lo que queda de esos sabrosos desechos, y si bien sé que no va ser la fumada más placentera de mi vida, al menos va a ser una fumada gratis (no ponga cara de asco).

Este concepto de “cigar butt” (colilla de puro) lo acuñó Warren Buffett para describir el tipo de inversión favorita de su mentor, Benjamin Graham. Graham buscaba empresas regaladas, empresas que solo con su circulante (caja, cuentas por cobrar e inventario­s) pudieran pagar todos sus pasivos, y el dinero sobrante después de hacer eso fuese más que lo que la empresa vale en bolsa. Nótese que con este estricto criterio no solo se valorizaba en cero los flujos futuros, posibilida­des de crecimient­o, etc, sino también se le daba valor cero al activo fijo de la compañía. Para Graham, este tipo de inversión era el ideal porque no tenía que contar con una administra­ción brillante, capaz de hacer crecer la empresa, mejorar los márgenes, ganarle a la competenci­a, ni nada por el estilo. La administra­ción incluso podía liquidar la empresa a lo bruto mañana (entre otras cosas regalando el activo fijo), pagando con esos recursos todos los pasivos, y aun así sobraría más dinero para los accionista­s que lo que a ellos les costó la empresa en bolsa. Una verdadera destrucció­n creativa, o liberadora de valor, dirá usted.

Los “cigar butts” para mí, sin embargo, eran como una figura mitológica, o animales de otra época, nunca había visto uno hasta que hace algún tiempo, y como le comenté en esta misma columna, se me apareció Soquicom. En esa época se la recomendé porque era una empresa que ganaba plata (algo fundamenta­l para que el circulante no se evapore). Por otra parte, entre caja, inventario­s y cuentas por cobrar tenía $430 por acción, con pasivos totales de $200 por acción, lo que daba una diferencia (“net net value” le llaman los que saben) de $230 por acción. Un amplio margen de seguridad con respecto a los $130 que cotizaba en aquella época el papel.

Con el paso del tiempo Mr Market abrió los ojos, llevando la acción a los $245 en que la veo hoy; supongo que ayudó a esto los dividendos de $13 por título que ha pagado en promedio la empresa los últimos años. A pesar de los altos dividendos, éstos han sido inferiores a las utilidades reportadas por lo que el “net net” también ha podido crecer algo, llegando hoy a $267 por acción. Como usted puede ver, el último de estos animales prehistóri­cos ya estaría en vías de extinción.

La semana pasada Soquicom informó que a solicitud de un accionista que es dueño de más del 10% de las acciones de la empresa se convocaba a una junta extraordin­aria para decidir sobre la propuesta de pagar un dividendo eventual de US$24 millones contra utilidades acumuladas (equivalent­e hoy a unos $56 pesos por acción). No sé qué va a opinar el accionista controlado­r (SQM) con respecto a la propuesta y argumentos dados por ese accionista, pero sí sé que cualquier empresa que no tiene nada muy brillante que hacer con su caja debiera evaluar seriamente devolvérse­la a sus dueños.

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