Cómo enfrentar la crisis de la industria televisiva
Es claro que la forma de ver televisión cambió. La pantalla ya no es patrimonio exclusivo de la televisión, está en los teléfonos celulares, los computadores o las tablets, y con ello, el televidente, en rigor, es un multividente que se ha vuelto impredecible y ante el cual ya no es tan fácil determinar -como suelen decir los medios- “lo que la gente quiere ver”. La oferta de contenidos es superior y la audiencia elige qué ver y a qué hora. Contrario a lo que pudiera creerse, la televisión sigue ostentando los más altos niveles de penetración y concentrando el mayor interés en la inversión publicitaria, pero el auge de las redes sociales ha democratizado la opinión sobre sus contenidos y se ha vuelto, quizás, en su principal amenaza, por cuanto es el espacio para dudar de las verdades oficiales. Asimismo, los contenidos televisivos han dejado de ser un referente. La clave parece estar en lograr una mejor articulación mediática con las redes sociales, pero también en usarlas para renovar conteni- para dejar de transmitir uniformemente lo que supuestamente la gente quiere, y aprovechar de reformularse como una mejor industria, que cuide también a sus trabajadores, no sólo a sus rostros, y que abra espacios a proyectos y nuevas producciones. Más que ver la crisis de la televisión como un problema, puede ser una oportunidad para avanzar hacia lo que el público desea ver y no sólo lo que ella quiere mostrar.
Catalina Maluk
Decana Facultad de Economía y Negocios Universidad Central
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