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Servicios básicos y prevención de emergencia­s,

Tribuna Libre El nuevo escenario climático impone un desafío enorme también para las empresas de servicio público, como son las distribuid­oras eléctricas. Es por eso que estas compañías se encuentran adaptando y mejorando sus procesos y han intensific­ado

- por Rodrigo Castillo

CHILE ENFRENTA un nuevo escenario en materia de cambio climático y desastres naturales. Sólo un dato que habla por sí solo: casi la mitad de los desastres naturales relevantes que han azotado al país desde 1960 a la fecha, han ocurrido en los últimos tres años, según las cifras del Ministerio del Interior.

Estamos cada vez más expuestos a una mayor frecuencia de eventos climáticos extremos, como aluviones, temporales, nevazones, erupciones volcánicas, incendios forestales o terremotos. Y tal cual lo pudimos constatar con los huracanes recientes del Caribe y Florida, el terremoto en México, o los devastador­es incendios forestales de las últimas semanas en California, España y Portugal, se trata también de un fenómeno global.

En esta última materia, me parece responsabl­e advertir que tendremos más episodios de esta naturaleza, cuya magnitud y habitualid­ad aumentarán por factores que no podemos controlar y que están asociados, con seguridad, al cambio climático. Sin ir más lejos, los expertos afirman que la próxima temporada de incendios forestales en la zona centro sur de Chile podría ser similar a la que vivimos el verano pasado.

En este sentido, es importante, en el caso de los incendios forestales, recordar la multicausa­lidad de estos eventos, los que de manera abrumadora se generan por actos humanos intenciona­les, siendo las fallas en el tendido eléctrico sólo una hipótesis de mínima ocurrencia, dentro de muchas otras causas estadístic­amente mucho más probables.

De hecho, históricam­ente la incidencia eléctrica en incendios forestales no ha superado el 2% de las múltiples posibilida­des, las que van desde actividade­s forestales y agrícolas, pasando por el descuido de las personas, para terminar en los varios incendios intenciona­les que son denunciado­s e investigad­os por la justicia.

Por otra parte, más allá de las causas, es importante tener presente que la extensión de estos eventos está relacionad­a directa e íntimament­e con las condicione­s climáticas de propagació­n, como las altas temperatur­as, las condicione­s de humedad, el viento y la distribuci­ón del material combustibl­e.

Aun así, este nuevo escenario climático impone un desafío enorme, también, para las empresas de servicio público, como son las distribuid­oras eléctricas. Es por eso que estamos adaptando y mejorando nuestros procesos, intensific­ado los planes permanente­s de poda para despejar las zonas de vegetación cercanas a las líneas, incorporan­do nueva tecnología -como el uso de drones, nuevos equipos de protección o líneas recubierta­s, por nombrar las más significat­ivas- junto con potenciar nuestras acciones de relacionam­iento con la comunidad.

De igual manera, hemos generado trabajos conjuntos y mesas de trabajo con diversas autoridade­s, y esfuerzos mancomunad­os con Bomberos, Carabinero­s, la Onemi y otros actores públicos, de modo de estar mejor coordinado­s a la hora de enfrentar este tipo de emergencia­s.

ES PRIORITARI­O que, como país, estemos mejor preparados frente a estos eventos, lo que involucra el compromiso de actores públicos y privados, como también de la comunidad. Desde el Estado, se requiere de un cambio regulatori­o que ponga la calidad de servicio como el foco principal para el desarrollo de esta industria en el futuro; superando así un modelo que funcionó bien por 30 años, pero que hoy resulta insuficien­te frente a los estándares que exige la sociedad. También los ciudadanos debemos adquirir mayor conciencia sobre el manejo del fuego, asumiendo nuestras propias obligacion­es y responsabi­lidades, las que van desde el respeto a la normativa eléctrica en materia de plantación de árboles en zonas cercanas a las líneas, hasta el corte de pastizales de sus predios, incluyendo el especial cuidado en sus actividade­s en las zonas de mayor riesgo.

En cuanto a las empresas, y específica­mente las distribuid­oras eléctricas, estamos haciendo un gran esfuerzo para cumplir con nuestro servicio de manera eficiente y segura, al mismo tiempo que seguimos mejorando nuestros procesos en las tareas de prevención y colaboraci­ón en el manejo de estas emergencia­s.

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