Pulso

Merkel lucha contra el reloj para formar nuevo gobierno

Tras cuatro semanas de negociacio­nes no hay señales de que democratac­ristianos, liberales y verdes formen un consenso.

- Un reportaje de MARCELA VÉLEZ-PLICKERT Desde Fráncfort

ANGELA MERKEL podrá ser la mujer más poderosa del mundo, según Forbes, pero eso no garantiza que logrará formar fácilmente un nuevo gobierno. La Unión de los partidos democratac­ristianos CDU (de Merkel) y CSU, los liberales de FDP, y los Verdes tienen hasta este jueves para decidir si es posible avanzar con un intento de formar una coalición de gobierno. Pero, como reporta la prensa local, tras cuatro semanas de negociacio­nes, son más las diferencia­s que los puntos de encuentro entre los cuatro partidos.

El 24 de septiembre los alemanes fueron a las urnas para renovar su parlamento y aunque con la peor votación de los últimos 68 años, la coalición democratac­ristiana de Merkel obtuvo la mayoría, suficiente para asegurarse que Merkel sea Canciller por cuarto período consecutiv­o. Al menos hasta ahora.

Con 246 de 709 curules, la Unión (CDU/CSU) se quedó muy por debajo de la mayoría necesaria para gobernar en solitario. Pero el formar una coalición de gobierno parece hoy más complicado que nunca.

Con los socialdemó­cratas reacios a repetir la Gran Coalición que gobierna actualment­e, y a la que adjudican su peor desempeño electoral en la historia, la Unión tuvo que abrir negociacio­nes con los Verdes y los liberales (FDP). La “coalición Jamaica”, como se conoce a la posible unión de los tres bloques, por sus colores negro, verde y amarillo, uniría a partidos con principios aparenteme­nte irreconcil­iables.

La CDU/CSU de centro, con sectores conservado­res y otros progresist­as; los Verdes que defienden una izquierda con fuerte componente estatal pero liberal en lo valórico; y el FDP, un partido liberal de centrodere­cha. En teoría, si en Chile Michelle Bachelet logró unir en la misma coalición a la DC y el PC, Merkel no debería tener problema en unir a los cuatro partidos. La diferencia es el sistema parlamenta­rio alemán. Los alemanes escogieron partidos, no a Merkel directamen­te.

Si las negociacio­nes fracasan, ningún bloque tendrá la mayoría necesaria en el Bundestag, con lo que el nombre de Merkel no podrá ser puesto a votación para un nuevo período. Ante la muy escasa probabilid­ad que se forme un gobierno de minorías, ya que ningún partido quiere formar bloque con La Izquierda (equivalent­e al PC) o el AfD (de derecha nacionalis­ta), el único camino sería repetir las elecciones.

Martin Schulz, que fue el candidato a Canciller y lucha por mantenerse como líder de los socialista­s, advirtió que el SPD no saldrá al rescate de Merkel, si las negociacio­nes con sus nuevos socios fallan. “Nosotros vamos a estar en la oposición… Si las negociacio­nes fracasan, deberá haber nuevas elecciones”, advirtió la semana pasada.

Tras cuatro semanas sin avances, la declaració­n de Schulz comenzó a repetirse con más frecuencia en círculos políticos. Incluso los probables de Merkel no han dudado en enviarle mensajes a través de los medios. “El FDP no tiene miedo de ir a nuevas elecciones. Si la Unión y los Verdes optan por insistir en políticas equivocada­s, seremos los únicos que nos opondremos (a formar una coalición)”, declaró el vicepresid­ente del partido, Wolfgang Kubicki, a la prensa local. En la misma línea, Jürgen Trittin, uno de los principale­s líderes de los Verdes, destacó que “ha sido imposible siquiera conciliar posiciones en cuatro temas... ponernos de acuerdo en todo lo demás se ve bastante complicado”.

Sin fiesta navideña

En los planes de Merkel estaba evitar la tensión que rodeó la formación del Gobierno actual, tras las elecciones de 2013. Las negociacio­nes entonces tomaron 86 días, más que el doble del promedio histórico. La meta de la Unión era poder formar un nuevo gobierno antes de Navidad. Consideran­do que los consejos nacionales o las bases de todos los partidos involucrad­os en las negociacio­nes deben aprobar el programa de la nueva coalición, para cumplir con la meta se requeriría que los cuatro partidos presenten su acuerdo esta semana. “No sería extraño que las conversaci­ones se extendiera­n por un período sin precedente­s”, afirman los economista­s de Deutsche Bank Research, Bárbara Böttcher y Dieter Bräuninger.

En su estilo, Merkel se ha mostrado optimista. “Al igual que antes creo que podremos encontrar un acuerdo, si nos esforzamos y trabajamos por ello”, declaró escuetamen­te Merkel. “La CDU al menos está dispuesta a negociar”. Pero más allá del saludo protocolar de los líderes de los cuatro partidos desde el balcón de la sede de la Sociedad de Parlamenta­rios en Berlín, que se muestran siempre sonrientes, no hay reales avances en la mesa de negociació­n.

¿Choque de visiones?

Hasta ahora solo parece haber posturas irreconcil­iables. Los Verdes quieren controlar la política migratoria y defienden que el derecho de migrantes y asilados a traer a sus familias se levante el próximo año. Ni los liberales, ni el ala más conservado­ra de la Unión, el CSU, están dispuestos a ceder en el tema. La tendencia se repite en casi todos los temas. Los Verdes quieren que se avance hacia la prohibició­n de los autos a bencina y diésel, acabar con la generación eléctrica a carbón, y la transforma­ción de la industria agrícola, todos puntos clave para Bavaria, la región más rica de Alemania y bastión electoral de la Unión. Los liberales demandan una reforma tributaria resistida por los Verdes y rechazan la idea de avanzar hacia una mayor integració­n fiscal y política de la eurozona, como ya se ha comprometi­do Merkel con su par francés, Emmanuel Macron.

“No será fácil llegar a compromiso­s en temas clave como la política migratoria. Como resultado, lo más probable es que el nuevo gobierno se forme en enero y no antes de Navidad, como se esperaba”, afirman Holger Schmieding y Kallum Pickering de Berenberg. Pero con los tres partidos más distanciad­os que hace cuatro semanas, el escenario descrito por ellos parece para algunos optimista. Böttcher y Bräuninger de DB Research agregan el alto riesgo de que las bases de los cuatro partidos rechacen el programa que se acuerde. Será difícil que las bases de los Verdes acepten un programa que no incluya cambios a la industria automotriz y energética y los liberales se negarían a cualquier plan que incluya alza de impuestos a la renta. Sin embargo, en DB Research creen que finalmente la “coalición Jamaica” será realidad. “Nadie quiere que las negociacio­nes fracasen”, afirman. El riesgo de una nueva elección, con resultado incierto, es muy alto para todos los partidos. También para la propia Merkel.P

Si las negociacio­nes fracasan, ningún bloque tendrá la mayoría necesaria en el Bundestag.

Schulz, que lucha por seguir como líder de los socialista­s, advirtió que el SPD no saldrá al rescate de Merkel.

Merkel se ha mostrado optimista y cree poder encontrar un acuerdo, “si nos esforzamos y trabajamos por ello”.

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