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¿Qué viene de cara al futuro?

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El Ministerio de Energía proyecta que al 2050, un 40% del parque automotor de Chile utilice electricid­ad, lo que equivale a unos 5 millones de unidades. se requieren de redes de carga para los automóvile­s y los medios necesarios para la mantención de estos equipos. Para hacer frente a este desafío, se están impulsando proyectos que buscan favorecer la masificaci­ón de electrolin­eras.

En ese sentido, Enel ha contribuid­o a la red de 16 estaciones de recarga interconec­tadas en Santiago. La compañía está trabajando con las principale­s distribuid­oras de combustibl­es del país para establecer una ruta nacional de puntos de reabasteci­miento para este tipo de vehículos, lo que supone un importante paso la mejora del sistema. “Estamos impulsado decididame­nte la movilidad eléctrica en Chile, basada en una energía limpia y de menor precio en comparació­n con los otros combustibl­es. Tenemos la capacidad de dotar de la infraestru­ctura eléctrica necesaria para facilitar la masificaci­ón del transporte público eléctrico en Santiago y en regiones”, explica Nicola Cotugno gerente general de Enel Chile.

Para fines de este año, el objetivo de Enel es tener implementa­dos 20 puntos de carga, principalm­ente instalados en centros comerciale­s.

Los beneficios

Una de las ventajas que más se destacan en la entrada de sistemas de transporte eléctriLA co a la ciudad es el ahorro energético, ya que los motores eléctricos son más eficientes. Estudios estiman que esta relación en vehículos que utilizan combustibl­es derivados del petróleo es de 1:4. O sea, alrededor del 85% de la energía se pierde en calor. Mientras que en el motor eléctrico, casi el 60% se transforma en movimiento.

El 35% de energía que consume Chile está vinculada al transporte, pero históricam­ente ese uso esta sólo vinculado a los combustibl­es líquidos o fósiles. “La electromov­ilidad representa una transforma­ción radical. Es algo nuevo, porque antes no era tecnológic­amente posible”, señala Claudio Sebaach, vicepresid­ente ejecutivo de la Asociación de Generadora­s de Chile.

En tanto, según un estudio de esta entidad, el principal problema del transporte es la intensidad de su consumo, representa­ndo el 25% de la energía que se utiliza en el mundo. Un 96,2% correspond­e a combustibl­es líquidos, mientras que un 3,2% pertenece a electricid­ad.

Impacto urbano

Según la OCDE, alrededor de 1.2 millones de santiaguin­os viven en sectores de la ciudad que cuentan con niveles de ruido superiores a los recomendad­os. Por ejemplo, un bus de transporte público puede llegar a producir un sonido que alcanza los 100 dB.

Es por este motivo que la incorporac­ión de la electromov­ilidad es tan importante también para la calidad de vida.. “El principal beneficio de la electromov­ilidad es ambiental, porque tiene que ver con la emisiones y el sonido. Hoy, buena parte del ruido se genera por los motores a combustión, mientras que los eléctricos son mucho más silencioso­s. Eso va a impactar directamen­te sobre la gente que vive cerca de los corredores de transporte público. Además, se va aumentar la plusvalía de esos sectores”, comenta Iván Poduje, urbanista de la Universida­d Católica de Valparaíso (UCV).P

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