Acusación de supuesto fraude electoral
Editoriales Los dichos de Sebastián Piñera son sólo comparables con la destemplada reacción del Gobierno, que no perdió la oportunidad de criticar al candidato de Chile Vamos.
LA acusación del candidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Piñera, respecto de un supuesto fraude electoral en las pasadas elecciones de noviembre, es quizás uno de los momentos más complejos de la campaña presidencial. Piñera, quien acusó votos marcados en los últimos comicios, señaló que hubo “muchos” de tales casos. Lejos de retractarse, el candidato dio una serie de pasos en falso al tratar de justificar sus acusaciones durante la jornada en verdades “a oídas” sin tener datos factuales que las respaldaran. De hecho, una acusación de este calibre ameritaría una inmediata denuncia ante el Servel.
Sin buscar justificar al candidato de Chile Vamos, no parece procedente la reacción del Gobierno que, manteniendo la tónica de las últimas semanas, no perdió la oportunidad de criticar y mediatizar las declaraciones del ex Presidentre.
Las acusaciones de Piñera son graves y ameritan que tome acciones legales si decide continuar en esa senda. De lo contrario, ofrecer las disculpas del caso y cuestionar al mismo tiempo la conducción de esta campaña de segunda vuelta.
Quizás hay quienes califican las palabras del candidato como algo que simplemente dijo “a la pasada”. No obstante, sus palabras están cargadas de gravedad, no sólo por quien fue el emisor del mensaje, sino también porque afecta enormemente la institucionalidad chilena y pone un manto de dudas sobre los comicios pasados, pero también de cara a la segunda vuelta. Los ánimos ya están suficientemente crispados como para avivarlos con acusaciones que no se condicen con la responsabilidad que deben guardar los candidatos o, más aún, los ex presidentes.P