La gran decisión
Usted debía tomar una importantísima decisión antes de este Domingo, a la que daba vuelta hojeando el diario y tomando un café, acompañado de su libreta. Había recibido, en forma simultánea, una oferta de trabajo de dos empresas competidoras… su admirada AG, y de SP, su antiguo empleador.
A SP usted lo conocía bien. Había trabajado 4 años ahí. Su análisis, entonces, se centró en AG, una empresa que siempre lo había entusiasmado. Fue tremendamente exitosa durante muchos años, pero había cambiado. Por lo tanto, decidió hacer bien la pega: leyó, investigó y pidió tener varias entrevistas para entender bien en qué pie estaba AG. Dejó todo escrito en su libreta de notas…
Primero se centró en el gerente general. Sus notas previas decían “Es el que le imprime la impronta y lidera la empresa, el que debe hacer soñar, crecer y ejecutar ambiciosos planes con precisión. Debe tener visión y capacidad de guiar y sacar lo mejor del equipo”.
Las referencias que recogió del Gerente General de AG fueron coincidentes con lo que vio en la entrevista. Revisó sus notas: “Buen tipo, carismático. No especialmente trabajador, sino más bien relajado. No se mete en el detalle y delega sin controlar. No tiene personalidad fuerte para manejar al equipo. Poca experiencia. Cambia de opinión fácilmente. No maneja los temas. No es respetado por su Directorio”. Después repasó las reuniones que le consiguieron con el Directorio, las que dejó también plasmadas en su libreta: “En AG el Directorio es un tema importante, tiene mucho peso. El Directorio ronca sobre el Gerente. Sin embargo, está atomizado, rabioso y sin claridad. Hay muchas visiones y agendas contrapuestas, lo que hace difícil avanzar en cualquier dirección. Importante es el caso de FA. No está claro si es Director o no, intuyo que sí porque tiene mucho poder informal. Joven y carismático, pero inexperimentado,
visceral e impredecible. Sus ideas respecto al mercado y al mundo no han tenido éxito. Le pregunté algún ejemplo exitoso y no supo nombrar ninguno. Todo el rato con cara de enojado. Alega contra lo que no funciona bien (es excelente para identificar problemas, pero malo para dar soluciones). En la reunión me dijo tres veces que el vaso de agua estaba medio vacío cuando yo lo veía medio lleno”.
El equipo de la compañía a usted le importa mucho. Aunque Gerente sea más o menos, si el equipo es bueno, la cosa funciona. En el caso de AG, los mejores nombres se habían restado de participar en la otrora exitosa compañía. Los que quedaban eran mucho menos conocidos y prestigiados, todos bastante mayores que usted además. “Percibo ambiente complicado y volátil. En las entrevistas los gerentes se quitan el piso y se contradicen. Anticipo lucha de poder”
Después investigó sobre la Estrategia de AG. Se dio cuenta que había mucha improvisación, que la cosa se ha gestado en cosa de días. Las antiguas buenas ideas ya no estaban. “Lo que une a la gente en AG es ganarle a SP, pero eso es todo. Hay inconsistencias importantes. Estrategias anticuadas que no han funcionado, mezcladas con algunas ideas interesantes. En términos generales, si las cosas salen bien, será una reiteración y profundización de la Administración anterior, que ha disminuido impensadamente el crecimiento de la empresa, deteriorando los resultados y endeudando a la compañía, además de llenarla de parientes, especialmente en el último año”.
Al estudiar más a fondo a AG, usted se da cuenta que el Plan de Marketing no cuadraba con el Plan Financiero: “No hay plata para pagar todo lo que se está prometiendo a los accionistas. Si se ejecuta, la empresa quedará sin bancos y entrará en un stress financiero de difícil solución.”
Su antiguo empleador, SP, no le caía tan bien. Era una empresa dura y exigente, a la que no le corrían muy buenas historias, aunque usted sabía que la mayor parte eran inventadas. Cuando trabajó en SP no hubo fuegos artificiales, pero a usted y a la compañía les fue bien. Le subieron el sueldo y avanzó. El Gerente es reiterativo y winner, pero también increíblemente capaz y los equipos eran buenos. La estrategia que tienen no es la más sexy, pero funciona.
Ya era viernes. Había que jugársela, dejar pasar ambas ofertas era totalmente descabellado. “Esta decisión debe tomarse con la cabeza, no con la guata ni con el corazón”, pensó. Terminó su café, cerró el diario y estuvo tranquilo. Ya no tuvo dudas. Marcó el teléfono de SP.P