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Estudio detecta escaso impacto del voto femenino en políticas públicas

- Un reportaje de MIRIAM LEIVA P.

El documento detectó que contrariam­ente al consenso existente la introducci­ón del sufragio de las mujeres no tiene impacto en el tamaño del gobierno. Los investigad­ores tomaron datos de 46 países y los agruparon por vecindad e idioma para ir analizando como verdaderam­ente influyó la inclusión de un nuevo actor en la democracia.

HACE más de 110 años que Finlandia encabezó el reconocimi­ento del derecho a sufragio de la mujer, seguido en distintas velocidade­s por la mayoría de los países del mundo.

¿Pero cuánto ha impactado en las políticas públicas la inclusión de esta mitad de la población? Muy poco, al menos en el gasto público, advierten los investigad­ores Claudio Bravo-Ortega, Nicolás Eterovic y Valentina Paredes, quienes elaboraron un estudio llamado “¿Qué quieren las mujeres? El sufragio femenino y el tamaño del gobierno”, selecciona­do para ser publicado en la revista Economic Systems.

“Contrariam­ente al consenso existente, nuestros principale­s hallazgos muestran que la introducci­ón del sufragio de las mujeres no tiene impacto en el tamaño del gobierno. No hay evidencia de una “brecha de género moderna” con respecto a las preferenci­as de gasto público o de influencia en el tamaño y el alcance del gobierno, al menos en Europa y América Latina, que incluye 31 países en total”, señalaron como conclusión.

El estudio partió porque observaban cierta discrepanc­ia entre estudios dependiend­o de su origen. Aquellos que provenían del ámbito económico, atribuían parte del aumento en el gasto público a través del siglo XX a la votación femenina. Mientras que los de ciencias políticas señalaban que las mujeres tendían a ser más conservado­ras que los hombres, sobre todo en sus primeras votaciones.

Los investigad­ores tomaron datos de 46 países y los agruparon por vecindad e idioma para ir analizando como verdaderam­ente influyó la inclusión de un nuevo actor en la democracia.

Si bien el gasto público nunca volvió a aumentar a niveles tan altos como fue previo a las guerras mundiales, algunos estudios habían visto correlacio­nes entre mayor gasto y sufragio femenino, y así lo consigna el paper: Lott y Kenny (1999) encontraro­n que la introducci­ón del sufragio femenino en EEUU aumentó el gasto público inmediatam­ente en 14%, seguido de un alza de 28% en los próximos 45 años. Aidt y Dallal (2008) descubrió que, en seis países de Europa Occidental, el sufragio femenino estaba asociado con un aumento de 0,6%-1,2% en mayor gasto social como porcentaje del PIB en el corto plazo, con un efecto mucho mayor en el largo plazo.

“Estos resultados econométri­cos suenan desconcert­antes a la luz de los hallazgos de la ciencia política de la década de 1950 y 1960, que concluyero­n que las mujeres eran más conservado­ras, religiosas y propensas a apoyar partidos de derecha que los hombres”, señala textual.

Cambio en el tiempo

“Veíamos un puzzle en la literatura porque la más moderna indicaba que las mujeres tienden a preferir un gasto público mayor en educación y salud, mientras que los hombres en cosas de defensa. Y la literatura de ciencia política nos decía que las mujeres eran más conservado­ras que los hombres. Queríamos entender ese puzz- le”, comenta la académica del Centro de Microdatos de la Universida­d de Chile, Valentina Paredes.

Históricam­ente, las mujeres al comienzo eran más conservado­ras a la hora de votar y por ende no se refleja un cambio sustancial en la forma en que los gobiernos definen su erario. “No hay evidencia fuerte de que haya aumentado el gasto público social. Cuando se introduce el voto femenino, muchas mujeres votaban muy alineadas a sus maridos, entonces no había muchas diferencia­s”, añade la economista.

Pero esta orientació­n va cambiando a medida que avanzaba el siglo XX con las libertades conocidas, se introduce el divorcio y la mujer se incorpora al mercado laboral. “En los 80, las mujeres empezaron a moverse hacia la izquierda en preferenci­a política con respecto a los hombres, eso se empieza a ver en países más desarrolla­dos como Inglaterra, Alemania,

EEUU, puede ahora menos dependían Paredes. como estar alineadas Holanda, relacionad­o se más divorciaba­n a Nueva los de los hombres”, con Zelandia, maridos, votaban que antes indica y y

cargo Explica un de estudio este que cambio, el realizado paper pero no en menciona se India hace que gobierno encuentra empieza evidencia a gastar de más que en el educación y salud cuando las mujeres parten votando.

“Hay bastante literatura que estudia la asignación de gasto dentro de las familias y en general se encuentra que ellas tienden a gastar más en cosas de los hijos que los hombres, y ello podría extrapolar­se en el gasto público al hecho de que serían más orientadas a la seguridad social, porque históricam­ente ha estado más desprotegi­da que el hombre, en el gana menos y participa menos mercado laboral”, recalcó Paredes.

En los 80 las mujeres empezaron a moverse hacia la izquierda en preferenci­a política en los países más desarrolla­dos.

La introducci­ón del sufragio femenino en EEUU aumentó el gasto público inmediatam­ente en un 14%.

Según la ciencia política las mujeres eran más conservado­ras, religiosas y propensas a apoyar partidos de derecha que los hombres.

“Hay bastante literatura que estudia la asignación de gasto dentro de las familias y en general encuentra que ellas tienden a gastar más en cosas de los hijos que los hombres, y ello podría extrapolar­se al gasto público”. VALENTINA PAREDES Economista del Centro de Microdatos de la U. de Chile

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