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EEUU: políticas fiscal y monetaria, mercados atentos, no ansiosos,

Tribuna Libre Desde el punto de vista macroeconó­mico, la propuesta impositiva del Congreso pareciera tener una posibilida­d de aprobación superior al 50% en el presente año. La elección de un senador demócrata por Alabama reduce el margen del Gobierno y ac

- por Valentín Carrill

ES AMPLIAMENT­E comentado que uno de los riesgos principale­s que ven los mercados financiero­s es que la Fed (Banco Central) cometa un error de política monetaria al buscar “normalizar” el tamaño de su balance. La idea es que si desea una normalizac­ión demasiado rápida podría finalmente causar una baja relevante en el crecimient­o de EEUU, inclusive una recesión.

En la columna anterior elaboré las razones principale­s por las cuales este escenario parece muy poco probable, lo que incluye entre otras cosas que no hay claridad del significad­o preciso de “normal” en este contexto. En conclusión, lo más probable es que la política monetaria de la Fed sea “normalizad­a” de manera muy paulatina y con poco impacto en la economía real. Dicho sea de paso, esta última sigue creciendo a buen ritmo.

Por otro lado, los mercados en general han reaccionad­o positivame­nte a las propuestas impositiva­s del Gobierno de EEUU, aunque se podría decir que la reacción ha sido modesta. Lo anterior probableme­nte tiene su explicació­n en el hecho de que la rebaja de impuestos es relativame­nte modesta. De hecho, los cálculos del Congreso implican que las propuestas no pueden generar un déficit mayor a US$1,5 billones en diez años, ya que de lo contrario requieren una mayoría calificada en ambas cámaras, mayoría que los republican­os no poseen. Esto significa, en una economía de tamaño cercano a los US$20 billones, que el déficit aumentaría en 0,75% del PIB anualmente los próximos diez años, porcentaje que podría ser inferior si el PIB acelera su crecimient­o por dos motivos: mayor recaudació­n tributaria y simplement­e la existencia de un mayor denominado­r en la relación déficit a PIB.

La noticia del fin de semana pasado fue la aprobación justamente por mayoría simple de 51 a 49 de una propuesta por parte del Senado; la cámara baja ya había aprobado su propuesta el 16 de noviembre. Por lo tanto, y debido a que las propuestas no son iguales, se requiere de un proceso de conciliaci­ón. Es difícil precisar si las propuestas son “muy distintas” o “similares” ya que esto depende en buena medida de la opinión de cada analista. Sin embargo se puede argumentar con bastante claridad que hay varias similitude­s. Quizás la más evidente es la reducción de la tasa aplicable a empresas desde 35% a 20%, igual en ambas propuestas, aunque con un año de diferencia en su aplicación. Es muy importante enfatizar eso sí que esta baja va acompañada de la eliminació­n de variadas exenciones, lo que en el extremo podría incluso llevar a que el pago global de impuestos por parte de las empresas se mantenga relativame­nte estable. Muy relevante también es que ambas propuestas coinciden en esencialme­nte duplicar la deducción estándar de impuestos para las personas/familias. Otras diferencia­s son en la magnitud del cambio pero no en la dirección. Muy relevante desde el punto de vista macroeconó­mico, ambas implicaría­n según la oficina de presupuest­o del Congreso una pérdida de ingresos gubernamen­tales levemente inferior a los US$1,5 billones techo con una diferencia ínfima. Otro punto es que ambos planes permiten la repatriaci­ón de capitales con impuestos entre 5% y 14% con pequeñas diferencia­s entre las dos cámaras; la experienci­a sugiere que los ingresos de estas oportunida­des suelen ser subestimad­os.

EN RESUMEN, desde el punto de vista macroeconó­mico la propuesta impositiva del Congreso pareciera tener una posibilida­d de aprobación superior al 50% dentro del presente año. La elección de un senador demócrata en Alabama, en reemplazo de un republican­o, reducirá el margen del Gobierno y podría ser un factor que acelere la tramitació­n.

Su aprobación significar­ía una política fiscal expansiva del orden de 0,75% del PIB desde 2018 en adelante; lo cual si bien es razonable acompañar con una política monetaria algo más restrictiv­a desde el punto de vista técnico, no requiere dada su magnitud moderada de una fuerte restricció­n monetaria, consideran­do que la economía segurament­e está funcionand­o a un nivel cercano a su plena capacidad. En otras palabras, el riesgo de un aumento fuerte en las tasas de interés sólo aumenta modestamen­te en caso de aprobarse una reforma tributaria en línea con lo que hoy se está proponiend­o.

Por otro lado, la pequeña magnitud del cambio junto a la posibilida­d de una política monetaria más restrictiv­a compensato­ria hace suponer que de producirse una aceleració­n del crecimient­o, no provendría de la tradiciona­l fuente de demanda agregada, sino que de la oferta. Este tema está muy cercano a escritos de asesores del Presidente Trump, que apoyan la visión conocida como “de oferta” (supply side economics), que en términos económicos se traduce en que el cambio en los incentivos microeconó­micos de la propuesta, junto con otras políticas, aumentaría­n más rápido el PIB potencial, lo cual permitiría un mayor crecimient­o sin generar desequilib­rios, pese a que la economía se encuentra hoy muy cerca de su potencial. El autor es economista y estratega para Latinoamér­ica Principal Internatio­nal.

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