La lección de Kevin Spacey
Opinión
HACE algunas semanas fuimos testigos de la denuncia realizada por Anthony Rapp en contra del actor y protagonista de la popular serie “House of
Cards”. A partir de ese hecho, conocimos una cadena de otras acusaciones relacionadas con supuestos abusos sexuales que habría cometido Kevin Spacey. Frente a estas denuncias, Netflix tomó decisiones drásticas. Frenó el lanzamiento de la película “Gore”, producida y protagonizada por Spacey, y también suspendió el rodaje de la sexta temporada de la serie que le ha reportado jugosas ganancias y copiosos beneficios. Esta historia real nos permite sacar múltiples lecciones, incluyendo lo que debe entenderse por un adecuado y eficaz sistema de compliance. Desconociendo los detalles de la disquisición realizada por Netflix, es posible suponer que esta compañía estuvo dispuesta a sacrificar ganancias y resultados económicos por mantener la consistencia de su sistema de cumplimiento, el cual debe estar fundado en una sólida cultura interna. Salvo contadas excepciones, todas las compañías quieren cumplir con la legislación y las normas vigentes. Sin embargo, en la práctica se observa que la mayoría privilegia la obtención de beneficios de corto plazo, inhibiéndose de castigar situaciones o personas que cumplen un rol significativo en el logro de objetivos económicos cuando hay una transgresión a los valores que la organización declara, olvidando que la cultura organizacional es un factor clave que determina un buen o mal sistema de compliance. Los cambios culturales perdurables requieren de la adopción de sanciones drásticas y muchas veces dolorosas, alineadas y consecuentes con los valores que las firmas se autoimponen. En ese sentido, con la desvinculación de Kevin Spacey, Netflix nos ha dado una gran lección de compliance.