La “calle” se rearticula para hacer frente al nuevo Gobierno
Las mismas organizaciones que colaboraron en el fallido “antipiñerismo” de la segunda vuelta para derrotar al entonces candidato, hoy apuestan por reactivar las marchas. Desde Chile Vamos advierten que los movimientos sociales “no son Chile”.
sibilidad de que se vuelva a repetir un escenario parecido a 2011. “Quienes generan augurios de problemas futuros no están pensando en lo que puede ser bueno para el país”, comentó Chadwick.
Chile Vamos tiene dos argumentos con los cuales se defiende frente a la posible presión de los movimientos sociales. El primero es el claro mandato popular que recibió de la ciudadanía, que se vio representado en el 54% de las preferencias, y el segundo es que las marchas no representan a todo el país. Chadwick lo explicó diciendo que “la calle no es Chile” y que la futura administración de la coalición no gobernará para grupos de interés.
El jefe de bancada UDI, Felipe Ward, advirtió que en caso de que haya “una predisposición a encontrar un conflicto permanente con el gobierno, será difícil llegar a puntos de encuentro”. El diputado agregó que las organizaciones ciudadanas serán escuchadas en la medida que representen demandas “sociales y no únicamente minoritarias de un grupo que decide salir a la calle”. Ward además emplazó a los líderes de dichos movimientos a no caer en “marchas ideologizadas con propósito de perjudicar al gobierno de turno”.
Uno de los factores que afectó al primer gobierno de Sebastián Piñera fue la calle. Varios ex funcionarios de La Moneda de ese entonces coinciden con que fue un elemento que la entonces Alianza no supo controlar ni dar una respuesta política.
2011 fue el año de la explosión social que partió con protestas por el alza del precio del gas en Magallanes y terminó con más de cien mil personas en las calles de Santiago marchando por educación “pública, gratuita y de calidad”. Ministros caídos, cambios de gabinetes y modificaciones en la agenda fueron sólo algunos de los efectos que este fenómeno tuvo en el Ejecutivo.
El próximo año el movimiento No+AFP, la Confech, organizaciones de salud, la CUT, defensores de los derechos de minorías sexuales y los profesores son los que se observan como los más activos.
Un último elemento que preocupa al futuro oficialismo es la coordinación que puedan adquirir estas organizaciones con los 21 parlamentarios del Frente Amplio.
Con todo, en Chile Vamos reconocen estar mucho mejor preparados políticamente que cuando llegaron a La Moneda en 2010 y esperan que el espíritu de formar un gobierno de unidad tranquilice a quienes miran con escepticismo la conexión que tenga el segundo gobierno de Piñera con las organizaciones sociales.P
ALFONSO MOHOR