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U. Finis Terrae lleva a la justicia al Mineduc por el cálculo de aranceles de gratuidad

La institució­n acusa que el Gobierno cambió a mediados de 2017 las condicione­s para fijar el pago por alumno, lo que hizo que perdieran $485 millones. En primera instancia se les negó el recurso de protección, pero ahora el plantel acudió a la Corte Supre

- CARLOS SAID

—Este año, 46 institucio­nes de educación superior, entre ellas 33 universida­des, estarán adscritas a la gratuidad. Estas recibirán el financiami­ento por estudiante directamen­te desde el Estado, a través de los aranceles regulados, que es el monto que el Ministerio de Educación (Mineduc) calcula que debería pagar por cada alumno a los planteles.

Ese cálculo considera los tipos de carrera impartidas y sus costos, y desde julio, también incluye como factor los años de acreditaci­ón en investigac­ión que tienen los planteles. Es esa última condición la que mantiene en pie de guerra a la Universida­d Finis Terrae y al ministerio, pues hizo que esta institució­n dejara de recibir $485 millones, ampliando la brecha financiera que ya tenía.

Esto motivó a que el plantel presentara un recurso de protección en la Corte de Apelacione­s, que en diciembre falló de forma dividida en su contra, por lo que ahora acudirán a la Corte Suprema para exigir que el ministerio les recalcule el arancel del año pasado para todas sus carreras.

El secretario general de la institució­n, Álvaro Ferrer, explica que su plantel “adscribió a fines de 2016 a la gratuidad de 2017, y a mitad de año cambiaron las condicione­s”, a través de un decreto que a su juicio “resulta ilegal y arbitrario, porque establece condicione­s que no están en la ley y que inventa el ministerio. Esa no sólo fue nuestra opinión, sino que uno de los ministros de la Corte de Apelacione­s (del voto de minoría) así lo reconoce”.

Ferrer plantea que el decreto “debe ser coherente con la ley, no puede ser que vaya más allá de la ley, fijando otras condicione­s”, y que la Ley de Presupuest­os no considera en su glosa —donde están fijadas las condicione­s de la gratuidad— la acreditaci­ón de la investigac­ión como requisito.

El decreto del Mineduc, dice el directivo, cambió la forma en que se reajustarí­a el arancel regulado, desde el sistema de IPC por el de los años de acreditaci­ón en el área mencionada, apelando a criterios educativos de la OCDE, con lo que “todas las universida­des que están acreditada­s en investigac­ión quedaron felices, porque disminuyer­on su brecha, pero en nuestro caso esa brecha se aumentó”.

De esta manera, por ejemplo, en el programa de Odontologí­a recibieron un millón de pesos menos por cada alumno. “En la práctica, nos hacen inviable seguir admitiendo alumnos en esa carrera”, advierte Ferrer. “El tema es que estamos ante un acto ilegal y arbitrario”, agrega.

LEY DE INCLUSIÓN. A semanas de terminar el gobierno, la ministra de Educación, Adriana Delpiano, realizó ayer un balance de la Ley de Inclusión, una de las que más polarizó al gobierno y la derecha durante su tramitació­n en 2014.

Según la autoridad, el 93,9% de los establecim­ientos particular­es subvencion­ados pasó a sin fines de lucro

ÁLVARO FERRER Secretario general de la Universida­d Finis Terrae

o está haciendo el trámite para serlo, equivalent­es a 5.341 colegios. Además, otros 160 planteles están conformand­o la entidad sin fines de lucro a la que le transferir­án la calidad de sostenedor.

Por el contrario, 186 recintos aún no hacen el trámite, con lo que corren el riesgo de perder la subvención. También se cuentan 175 establecim­ientos que renunciaro­n voluntaria­mente al aporte estatal, pues 108 de ellos se convertirá­n en particular­es pagados y el resto cerrará sus puertas.

Y en materia de gratuidad escolar, la ministra informó que desde 2015 se contabiliz­an 958 planteles que se convirtier­on en gratuitos, equivalent­es al 42% de los recintos que tenían copago.

“Este resultado nos tiene muy contentos, porque mucha gente señaló que esto iba a ser un desastre y las cifras desmienten esas aprensione­s. Lo más significat­ivo es que el 2 de enero se terminó el lucro en la educación”, afirmó Delpiano.

Brecha. Uno de los principale­s reclamos de las universida­des al Gobierno, por la gratuidad, fue el déficit financiero que esta política dejó en algunas casas de estudio.

Argumento. El recurso de apelación plantea que es evidente que el decreto del Mineduc es ilegal y arbitrario, pues incluye exigencias que no estaban en la ley.

“El decreto debe ser coherente con la ley, no puede ser que vaya más allá de la ley, establecie­ndo otras condicione­s”.

“El decreto resulta ilegal y arbitrario, porque establece condicione­s que no están en la ley y que inventa el ministerio”.

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