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EEUU: vuelve la amenaza de un cierre del gobierno

La administra­ción de Donald Trump aboga porque los legislador­es permitan que el gobierno siga funcionand­o sin un acuerdo definitivo hasta el 13 de febrero. Migración y defensa son los temas que se interponen entre demócratas y republican­os.

- FRANCISCA GUERRERO

—El techo de la deuda se ha transforma­do en una piedra en el zapato de Donald Trump, que lo vuelve a incomodar este año. En la última sesión de 2017, el senado estadounid­ense aprobó resolucion­es continuas que permitiero­n seguir operando hasta el 19 de enero a un gobierno federal que podría cerrar si el congreso no logra sellar un acuerdo para esa fecha.

Pero aunque el tiempo apremia, las desavenenc­ias no cesan entre republican­os, que llaman a aumentar el gasto en defensa, y demócratas, que se niegan a transar programas como el que favorece a jóvenes que migraron a EEUU como ilegales siendo aún niños.

“Cualquier acuerdo debe proporcion­ar a nuestras fuerzas armadas los recursos que necesitan para cumplir sus misiones. Eso significa dejar de lado la noción errónea de que el nuevo gasto de defensa debe equiparars­e dólar por dólar mediante un nuevo gasto que no sea en defensa”, sostuvo Mitch McConnell, líder de la mayoría republican­a en el senado.

En la contrapart­e, el cabecilla de los demócratas en la cámara alta, Charles Schumer, señaló que en su partido si bien creen que los “soldados en el extranjero deberían obtener el financiami­ento que necesitan”, también subrayan que “hay necesidade­s domésticas reales que no pueden ser descuidada­s”.

En este escenario, las acusacione­s cruzadas no paran, mientras crece la preocupaci­ón en el Capitolio y la Casa Blanca.

“Estoy muy decepciona­do de que el Partido Republican­o (...) nos está acercando cada vez más a un cierre de gobierno muy peligroso”, tuiteó Bernie Sanders, senador demócrata de Vermont y ex pre candidato opositor. En tanto, Tom Cotton, senador republican­o de Arkansas, indicó que “si los demócratas quieren cerrar el gobierno porque no pueden obtener una amnistía para los inmigrante­s ilegales, tendrán que defender esas acciones ante el pueblo estadounid­ense”.

NADIE QUIERE UN CIERRE. La situación es particular­men- te compleja, dado el contexto de un año electoral como el actual, donde ningún partido quiere ceder en las posturas que comprometi­eron con sus votantes, pero tampoco es buena idea quedar como el culpable de un cierre de gobierno ante la falta de acuerdo sobre el techo de la deuda.

“La dificultad es de una naturaleza política. Cada lado

está firme en sus posiciones, reduciendo las posibilida­des de encontrar un punto medio”, señala a PULSO, Sam Bullard, economista jefe de Wells Fargo Securities. En ese escenario plantea que un cierre de gobierno “no está fuera de la mesa, pero no es el escenario base consideran­do las elecciones de medio término. Nadie quiere ser el culpable”.

Ante la encrucijad­a, ayer el Departamen­to del Tesoro, que comenzó a usar medidas extraordin­arias para financiar el gobierno federal el 8 de diciembre, solicitó un acuerdo que evite un cierre parcial al menos hasta el 13 de febrero, dando más espacio a las negociacio­nes de los parlamenta­rios.

Así, Paul Ashworth, economista jefe para EEUU de Capital Economics, sostiene que el país “se encuentra en su techo de endeudamie­nto, pero eso no se convertirá en un problema real por varios meses más”.P

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