Ahorro+trabajo: fórmula para una vejez serena
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EL CENSO 2017 arrojó que 11,4% de la población tiene más de 64 años, es decir, 4,8 puntos más que en 1992. Si bien es un tema que se ha estado abordando -sobre todo en el marco de la discusión por la reforma del sistema de pensiones-, aún no hay claridad sobre qué haremos como sociedad para hacer frente a lo que la vejez significa, en especial en cuanto a la solvencia económica de este grupo etario. Una solución sigue siendo el ahorro a largo plazo. El documento “Ideas audaces para solucionar la brecha existente en el ahorro a largo plazo” de Mercer, plantea la urgente necesidad de que los jóvenes entiendan que vivirán más que sus abuelos y sus padres, por lo que deben empezar a ahorrar apenas ingresen a trabajar. En el propósito de estimular el ahorro, tanto los gobiernos como los empleadores tienen la responsabilidad de apoyar a las personas a tomar buenas decisiones. En ese sentido, un gran paso para disminuir las lagunas previsionales sería legislar para permitir que los actuales trabajadores puedan ahorrar en períodos de cesantía. Aumentar por ley la edad de retiro, como lo han hecho otros países, parece otro paso correcto, pero se trata de una medida que no cambia mucho el panorama, porque en Chile los jubilados pueden seguir trabajando después de su retiro, y muchos ya lo hacen por opción o necesidad. Por eso, una medida efectiva sería fomentar que la gente siga en el mundo laboral después de la edad legal de retiro. Para ello es necesario que las empresas generen plazas laborales para adultos mayores acordes a su formación profesional y no sólo en tareas de segundo orden. Esto ayudaría a mejorar la solvencia de las pensiones, y a que este grupo etario pueda vivir de mejor manera.