Brecha de género (I)
En relación con el editorial de PULSO titulado “Brecha de género y una correcta medición”, publicado el lunes 8 de enero, es de nuestro interés precisar lo siguiente:
El informe recién publicado por el INE, “Enfoque estadístico de género e ingresos”, profundiza respecto de las diferencias de ingresos ocupacionales entre mujeres y hombres, utilizando la última Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) disponible del año 2016, contextualizándola a partir de la evolución general en términos de brechas de ingreso por sexo, reflejadas en las siete últimas rondas de la ESI (2010-2016), que se levanta el 4to trimestre de cada año junto a la Encuesta de Empleo. Ambas encuestas siguen los lineamientos internacionales de medición de estadísticas del trabajo (OIT), en cuanto a definiciones y nomenclaturas (por ejemplo: categorías y tipos de ocupación, sectores, entre otros), permitiendo realizar comparaciones con otros países y a lo largo del tiempo dentro del país y entre regiones. Por otra parte, para quien desee rea- lizar análisis de mayor complejidad o específicos de determinadas variables puntuales a una dimensión, se encuentran disponibles las bases de datos correspondientes, de 2010 en adelante, para ser descargadas del sitio web del INE (http://www.ine.cl/estadisticas/ingresos-y-gastos/esi/basede-datos). A partir de estos datos, se pueden comparar los ingresos medios y medianos para todos los ocupados, y por hora, para los asalariados de un determinado sector, tamaño de empresa, ocupación o nivel educacional, dependiendo del análisis de interés de quien investiga. No obstante, se debe tener presente que, en esta como en todas las encuestas, el nivel de precisión estadístico se reduce al aumentar el número de condiciones (o filtros) que se imponen al cálculo de una determinada variable, al disminuir el número de casos que satisfacen dichas condiciones. Con todo, el objetivo de una encuesta será siempre generar estadísticas granulares robustas, con las características que se definan. Estas pueden ser complementadas y/o contrastadas con otras fuentes de información para el diseño de polí- ticas públicas, como indicadores sectoriales y registros administrativos provenientes del Ministerio del Trabajo, el SII y de servicios relacionados, entre otros. Todos ellos constituyen fuentes complementarias a las encuestas, y como tal, la discusión debería propender a potenciar la sinergia entre fuentes de información, y no necesariamente a buscar reemplazar una por otra.
María Mercedes Jeria Subdirectora técnica Instituto Nacional de Estadísticas