La economía color de rosa, pero desafíos por delante
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TANTO EN la vida como en la economía hay ciclos buenos y malos. Los últimos datos evidencian que se está conjugando una serie de factores positivos para que Chile experimente un mayor crecimiento, luego de algunos años expandiéndose por debajo de su potencial. La economía mundial pasa por un período de crecimiento vigoroso y sincronizado, con positivas perspectivas, el precio del cobre se sostiene en valores elevados y las condiciones de financiamiento externo siguen siendo favorables. Por otra parte, más allá de la actividad minera, la economía exhibe un sustantivo reimpulso que la ha llevado a crecer por encima de 3% los últimos meses, una vez que corregimos los efectos es- tacionales y calendario, sumado a que la confianza de consumidores y empresarios ha mostrado una sostenida mejoría. Sin embargo, existen riesgos que no deben ser ignorados. En particular, en los últimos años hemos visto caídas constantes de la inversión y la productividad, lo cual restringe nuestro potencial de crecimiento de largo plazo. Además, el fortalecimiento del peso podría suponer una dificultad para la diversificación y competitividad de las exportaciones no mineras que tanto necesita nuestro país. Para asegurar un futuro brillante debemos avanzar por tres vías. La primera es perfeccionar la institucionalidad de evaluación de grandes proyectos de inversión, por ejemplo, unificando oficinas en una ventanilla única y acelerando los tiempos de respuesta de los servicios del Estado. Otro aspecto necesario es perfeccionar los sistemas de capacitación laboral, que no han reportado los resultados esperados. Finalmente, simplificar el sistema tributario favorecería la recuperación de la inversión y la formalización laboral.