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Daniel Jadue: “El Frente Amplio, como conglomera­do, está a la derecha del PC”

—El líder comunista hace un buen balance de los avances de este Gobierno, pero critica duramente su política exterior y su falta de estrategia comunicaci­onal. —Valora que la DC, como partido, ratifique su domicilio en la centroizqu­ierda y le entrega “el b

- Una entrevista de CARLOS SAID

EN UNAS SEMANAS, el Partido Comunista concluirá su trabajo en el Gobierno de Michelle Bachelet. Es la primera vez en sus 105 años de historia que participa completame­nte en una administra­ción: en 1948, Gabriel González Videla los expulsó de sus ministerio­s y los ilegalizó a través de la “ley maldita”, y en 1973 el golpe de Estado acabó con su proyecto y lo dejó 40 años fuera del poder. Hoy, una de sus caras más visibles de la colectivid­ad es el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, quien en esta entrevista hace un balance de la estrategia del comunismo en Chile, perfila al Frente Amplio, defiende sus iniciativa­s populares y acusa al canciller Heraldo Muñoz de intervenci­onista.

La derecha dice que como este Gobierno fue tan malo le tendrá que pasar nuevamente el mando a Sebastián Piñera, ¿qué le parece?

—Existe un manifiesto doble estándar en la derecha, porque han planteado que una de las derrotas políticas del Gobierno fue no poder pasarle la banda presidenci­al a un Presidente de su mismo sector y que el primer gobierno de Piñera fue muy bueno. Sin embargo, él terminó en un desastre mayor al que tuvo la Nueva Mayoría ahora. Dicen que fue uno de los mejores gobiernos de la historia, pero tampoco lograron pasarle la banda a su candidata. Esto de ir acomodando los argumentos me parece muy básico. Hay quienes se compran eso, pero yo no lo comparto.

¿Cómo evalúa la participac­ión del PC en el Gobierno?

—Sabemos que esto fue una derrota dura, pero respecto al balance de la participac­ión del PC en el Gobierno, reconocemo­s una cantidad de errores en el manejo del Gobierno pero estamos muy contentos con lo obrado. Los objetivos que se trazó el Partido Comunista al momento de entrar al Gobierno están instalados y algunos de ellos cumplidos. Habíamos estado 25 años tratando de armar un Frente Amplio, fracasó el MIDA, el Juntos Podemos Más, y todas las fuerzas que hoy están en el FA decían en ese entonces que cualquier participac­ión institucio­nal era traicionar los valores y principios, y hoy se convencier­on de que es un avance, pero que depende de este paso táctico que dio el PC de ingresar al Gobierno y destruir el sistema binominal, que era una de las herencias más pesadas para el desarrollo de la democracia. Gracias a nuestra participac­ión y a la voluntad política significat­ivamente distinta entre la Concertaci­ón y la Nueva Mayoría, podemos decir que hoy tendremos un nuevo Parlamento que hablará en nuevos términos.

¿Y por qué cree que hubo sectores que los atacaron tanto?

—Nuestro balance es que el país avanzó. Pero recuerdo una frase de (Karl) Marx que dice que “cuando la revolución avanza se genera una contrarrev­olución cada vez más radical, unida y cruel”. Y era tanto lo que estaba avanzando el país que la derecha decidió paralizar la inversión y aniquilar a la Presidenta como persona y a su familia. Pero cuando aparecen otras familias con problemas en la derecha, dejan de hablar de eso. Ese doble estándar tarde o temprano le pasará la cuenta. Cuando la derecha decide salir a boicotear al Gobierno con los medios de comunicaci­ón y paraliza el país, demuestra que la iniciativa privada no es el motor de la economía, porque si no tienen la rentabilid­ad asegurada, no operan. Además, mienten: hoy tenemos las mismas reformas que hizo Bachelet y el país ya está creciendo, sin haber cambiado nada de lo que se aprobó. Hay un sinsabor en esto del desacople entre cómo avanzó el país en indicadore­s sociales y lo que percibiero­n aquellos a quienes sólo les interesa la economía, donde el humano es sólo un engranaje.

Ahora que se acaba la Nueva Mayoría, ¿qué viene para su partido?

—Defender las reformas y seguir impulsando la unidad más amplia de quienes deseen continuar por el rumbo de las transforma­ciones, evitando en el Parlamento cualquier peligro de involución, el que existe según los nombramien­tos en el gabinete, pero tenemos que darles el beneficio de la duda.

¿Qué errores cree que se cometieron en la administra­ción?

—Hubo un deficiente manejo comunicaci­onal. Uno puede ser partidario de que el gobierno no debe concentrar los medios de comunicaci­ón, pero todo gobierno necesita al menos un medio para comunicar sus avances, porque es complejo ser gobierno y comunicart­e con los electores a través de los medios de la oposición, es casi imposible. Hay una cantidad de avances que nunca apareciero­n en ningún lugar.

Antes trataron de formar otros “frentes amplios”, ¿no cree que el PC pudo liderar el actual?

—No, porque esta experienci­a es nueva, hace dos años no sabíamos de este proceso de maduración de fuerzas, porque son los mismos que antes decían que participar del

sistema era venderse. Esta fue una discusión con muchos de esos actores. Por ejemplo, recuerdo que cuando Tomás Hirsch (Partido Humanista) fue candidato del Juntos Podemos, llegamos a la conclusión de que para saber qué hacer en segunda vuelta le consultarí­amos a las bases partidaria­s, pero esa misma noche en primera vuelta él fue a un medio de comunicaci­ón y llamó a votar nulo. Creemos que es un aprendizaj­e que los humanistas se den cuenta que esa no es la forma de actuar, es un avance significat­ivo para la política. Pero en las condicione­s en que surgió el FA, no era posible estar ahí. Además, es un frente bastante amplio. Algunos ponen al FA a la izquierda del PC, y yo no tengo ninguna duda de que el FA, como conglomera­do, está a la derecha del PC, porque hay fuerzas en su interior que están a la derecha. El FA tiene el gran desafío de lograr actuar como bloque.

—No quiero entrar en detalles, hay partidos o incluso miembros que estuvieron ligados al Presidente Sebastián Piñera, eso es el FA. Ahora, algunos miembros del FA no se imaginan una alianza con el PC… es un discurso similar al de otros anticomuni­stas.

—Tenemos un aprendizaj­e de la época de la UP, que es que sin mayorías sociales y políticas amplias, los cambios no se pueden hacer. Por lo tanto, más allá de si vamos a mirar al FA o a la DC, la convicción profunda que debe desarrolla­r todo el espectro político de la centroizqu­ierda es que necesitamo­s una mayoría para derrotar a la derecha y presentar un proyecto que se oponga al neoliberal­ismo.

—Eso no es así. Los medios son bien mañosos. La DC es un partido, y lo que hace la DC es lo que dicen sus organismos regulares y declaracio­nes oficiales, y no los disidentes de las directivas oficiales. Hace poco, la DC tuvo una Junta Nacional donde ratificaro­n su domicilio en la centroizqu­ierda, su intención de trabajar con todos e incluso su defensa a las reformas de la Presidenta Bachelet. Si me pregunta por quienes evalúan dejar la DC, ese es un juego en el que no voy a caer. —Esa es su opinión, pero veamos lo que dice la DC. Hay que ser respetuoso­s de la institucio­nalidad del partido y ver qué temas nos separan, porque quizás lo que nos separa son temas fuera de Chile, pero podemos llegar a acuerdo con lo que pasa en Chile.

—Es un gobierno sin mayorías, por lo que tendrá que negociar su programa si quiere llevar algo a cabo. Tendrá que ser mucho más dialogante, poner a prueba toda la capacidad de establecer acuerdos y desideolog­izar su programa. Si vuelven a hacer un gobierno para los grandes empresario­s, que desoiga a los movimiento­s sociales, les irá mal. Ahora, yo les doy el beneficio de la duda.P

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