EDITORIAL: Mayor comercio ambulante, síntoma del mercado laboral
Editoriales El crecimiento económico se desaceleró en los últimos años, lo que tuvo un impacto en la formalidad del empleo. No es de extrañar, entonces, el fuerte aumento del comercio ambulante.
el Informe Estratégico y Territorial de Seguridad Pública de la Región Metropolitana, en 2017 se registraron 35.597 casos de comercio ambulante en la región, lo que representa un aumento de un 53%, en comparación con 2016, cuando se denunciaron 23.223 casos. La cifra es de suyo preocupante, pero las declaraciones a La Tercera del subsecretario de Prevención del Delito son, al menos, llamativas.Dijo que los municipios deben abordar estos fenómenos de espacio público con la colaboración de las policías, pero se debe aumentar en dotación de vehículos y de vigilancia”. Poca autocrítica para ser el responsable de la prevención del delito. Parece más un analista que una autoridad responsable de la toma de decisiones.
El comercio ambulante debe ser observado con preocupación, puesto que no sólo es una actividad ilícita que afecta al comercio establecido y el Estado percibe un detrimento en su recaudación tributaria, sino también es un caldo de cultivo para la comisión de otros delitos, y falta de limpieza, entre otros efectos colaterales indeseados.
Las cifras reflejan un problema no menor de informalidad que no se condice con los datos de desempleo (la tasa de desempleo terminó en enero en 6,5%), pero sí con la informalidad laboral que bordea el 30%. Es posible que estos números de comercio ilegal sean el mejor termómetro de que nuestro mercado laboral está presentando síntomas de que la creación de empleo no está siendo capaz de absorber la oferta de mano de obra, incluyendo el incremento de la inmigración. La causa de esa menor capacidad de generar puestos de trabajo radica en que la economía pasó por un período extenso de paupérrimo dinamismo.P