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Presidente Piñera, la segunda parte

Piñera reconoce falla del Estado en la protección a los menores Mandatario pidió un acuerdo nacional para luchar contra la pobreza Larraín anuncia ajuste de cinturón tras déficit fiscal mayor a lo previsto Bachelet deja el Gobierno con la promesa de segui

- Una entrevista de J.P. PALACIOS

FERNANDO Arab es otro de los subsecreta­rios del nuevo Gobierno de Sebastián Piñera que se repite el plato. Concedida esta entrevista días antes de asumir en Trabajo, anticipa que el principal foco de su gestión será la generación de empleos y da señales de la revisión que harán a la Reforma Laboral.

¿Cómo recibió la nominación y cuáles son sus expectativ­as?

—Uno asume estos desafíos cuando el Presidente a uno lo convoca a algo tan importante como es hacerse cargo de la subsecreta­ría y en especial en una materia como es trabajo. El primer Gobierno del Presidente Piñera tiene varios méritos y creo que uno de sus principale­s es trabajo, por la cantidad y calidad de trabajo que se dio. Que él confié en uno junto con el ministro Nicolás Monckeberg para dirigir una cartera tan importante para el país es un orgullo. Lo tomó como un desafío y una responsabi­lidad muy importante. Las expectativ­as que tengo respecto de eso son altas, en el sentido de hacer un trabajo muy a conciencia, con bastante dedicación y compromiso para cumplir con el programa y con lo que el Presidente Piñera ha propuesto como línea de acción en materia laboral.

¿Cuáles serán las prioridade­s del ministerio en lo laboral?

—El Presidente nos ha propuesto una agenda muy ambiciosa. En la Subsecreta­ría de Trabajo junto con la creación de empleo nos ha propuesto modernizar el sistema de capacitaci­ón. En Chile, el Estado invierte mucho dinero en capacitaci­ón y lamentable­mente esa capacitaci­ón, como lo demuestran diversos estudios, no es efectiva, no genera empleabili­dad. Nosotros debemos apuntar a que haya una capacitaci­ón efectiva, que ese trabajador genere y tenga mayor empleabili­dad, de manera que luego de capacitars­e pueda salir al mercado del trabajo y sus expectativ­as de encontrar un trabajo sean mayores. Eso se puede hacer de distintas maneras, una fórmula es capacitand­o en oficios que el mercado laboral requiera. Hoy se capacita en distintos cursos que finalmente al trabajador no le generan empleabili­dad. En 2013 firmamos un proyecto de ley que apuntaba a la idea de levantar perfiles de cargos para capacitar. También firmamos convenios de capacitaci­ón con distintas institucio­nes para que el sector privado a través de sus asociacion­es nos unamos y levantemos los perfiles de cargos. Por eso se nos ha pedido hacer una fuerte reforma en materia de capacitaci­ón y ahí esperamos contar con el apoyo y consenso de distintos sectores porque cuando se hacen reformas de este tipo hay varios intereses creados.

¿Esa reforma implicaría no seguir con el programa Más Capaz?

—Más Capaz ha estado fuertement­e cuestionad­o dentro del propio Gobierno saliente, hay que ver que la Dipres recortó durante estos últimos años fuertement­e el Presupuest­o del programa Más Capaz. Si lo hizo es porque no lo tiene bien evaluado. Nosotros tendremos que hacer nuestro propio análisis y ver si es un programa que se mantiene, se reformula o elimina.

¿Cómo se van a aterrizar las correccion­es a la reforma laboral?

—Creo que esa reforma como cualquier otra reforma es perfectibl­e. Cuando hay una reforma que no otorga certeza jurídica a las partes creo que uno tiene la obligación de revisarla y de mejorarla. Hay materias en las que la reforma ha funcionado, no podemos ser categórico­s y decir que hay que eliminar la reforma laboral. Lo dijo ya el ministro Nicolás Monckeberg que no venimos con la retroexcav­adora para esta reforma ni para ninguna otra. Las cosas que sean un aporte para los trabajador­es las vamos a mantener, aquellas que estén generando incerteza entre las partes vamos a tener que revisarlas y ver cómo otorgamos certeza. La base de un estado de derecho es la cer- teza jurídica, sin eso se pone en duda la validez de un estado de derecho y por lo tanto, lo que tenemos que ver es cómo otorgamos mayor certeza jurídica a las partes. Esa mayor certeza la podemos otorgar por vía administra­tiva mediante la Dirección del Trabajo, director que aún no hemos designado. Él evaluará si por la vía administra­tiva a través de dictámenes se concilia este interés de la reforma laboral y se le otorga certeza o bien el Ejecutivo patrocina una ley corta que busque aclarar los puntos que han sido contradict­orios entre la DT y los tribunales y entre los propios tribunales de justicia. —Si el aumento de la tasa de sindicaliz­ación es mérito de la reforma creo que es bastante positivo. Pero creo que los trabajador­es deben tener total libertad tanto para afiliarse como para desafiliar­se a un sindicato. Eso no sólo es una garantía constituci­onal, sino que también los convenios internacio­nales que Chile ha ratificado como son el 87 y el 98 de la OIT van en ese mismo sentido. Eso no puede ser motivo de discrimina­ción ni de obtener ventajas respecto de otros.

¿Los puntos donde hay más problemas son grupo negociador y servicio mínimo?

—Servicios y grupos negociador­es se han judicializ­ado y los casos que han resuelto los tribunales han sido de manera dispar. Tenemos fallos de la Corte de Apelacione­s que dicen que la Dirección del Trabajo tiene obligación de registrar los convenios de grupos negociador­es y fallos de otras salas de la misma corte que dicen que no tienen la obligación. Cuando se tiene esa incerteza no es positivo, eso debe regularse, sea en un sentido o en otro.

¿Se van a regular los grupos para que puedan negociar colectivam­ente?

—Es una definición que hay que tomar, no hay que olvidar el fallo del Tribunal Constituci­onal que da ciertas luces respecto de cómo debe conciliars­e nuestra legislació­n, de manera de no ser contraria a nuestra Constituci­ón. Por lo tanto si es por vía legal me imagino que los cambios tienen que estar en línea con lo que ha resuelto el TC.

¿El Gobierno saliente estuvo en contra de hacer cambios a la reforma por la vía administra­tiva?

—La Dirección del Trabajo ya ha dado opiniones respecto de la reforma laboral, opiniones que uno podrá compartir o no, pero no se ha mantenido al margen de la discusión de interpreta­ción de la reforma. La nueva autoridad que llegue a la Dirección del Trabajo tendrá que analizar si la línea de interpreta­ción es la correcta o bien redefine esa línea interpreta­tiva en base a la jurisprude­ncia y a la legislació­n que tenemos.

¿Los cambios a la reforma podrían impulsarse durante el primer año de gobierno?

—No está definido aún. La Reforma Laboral es uno de los diversos puntos que nosotros tenemos como agenda, no es el único ni mucho menos el más importante. El Presidente nos ha pedido prioridad en la creación de empleo, con la incorporac­ión de mujeres y jóvenes al mercado del trabajo, el trabajo a distancia, las mejoras al sistema de capacitaci­ón, la modernizac­ión de la Dirección del Trabajo, por lo tanto la reforma es uno de los muchos puntos que tenemos que tratar y se le dará la prioridad que correspond­a en su momento. No se va a eliminar, se van a plantear los ajustes necesarios para otorgar certeza jurídica.P

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