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Giorgio Jackson: “Estamos lejos de hablar de alianzas con la ex NM. Si es que eso se forja, se verá comisión a comisión”

servadores o neoliberal­es que ve en el país y que a su juicio es necesario cambiar? ¿Cuáles serán los ejes legislativ­os inmediatos del FA? ¿Cómo será la relación con la ex Nueva Mayoría? ¿Es posible hacer una alianza con alguno de esos partidos? Pero en e

- Una entrevista de CARLOS SAID

—El líder frenteampl­ista plantea que, en lo inmediato, su bloque trabajará temas de infancia, pensiones y probidad. —Además, reconoce aspectos positivos del legado de Bachelet y plantea que tienen decidido impulsar un cambio legal para que haya segundas vueltas en las municipale­s.

EN 2014, GIORGIO JACKSON (RD) debutaba en la Cámara como uno de los cuatro diputados de la llamada “bancada estudianti­l”, los protagonis­tas de las movilizaci­ones del primer gobierno de Piñera y que representa­ban el inicio del recambio político. Cuatro años después, varias cosas han cambiado en la vida del ex dirigente estudianti­l: lo acompañan 20 parlamenta­rios del Frente Amplio, el proyecto político que nació hace un año y que en la última elección sumó 1,3 millones de votos. En esta entrevista, Jackson plantea los desafíos de su sector, pero también del rol que tendrá el bloque en la oposición.

El Frente Amplio llegó con sus 21 parlamenta­rios al Congreso, ¿lo ven como un paso histórico?

—Sí, es un paso súper importante que plantea grandes desafíos. Durante más de 20 años, en las institucio­nes como el Congreso quedaron excluidas algunas visiones que no correspond­ían a los bloques tradiciona­les, y si bien en el último período Vlado, Gabriel y yo tuvimos la posibilida­d de intentar representa­r eso, ahora se consolidó ese proyecto, con una bancada que antes estaba subreprese­ntada y ahora está mejor representa­da. Aspiramos a articular nuestro discurso de manera unitaria y de resolver nuestros conflictos. Habrá algunas diferencia­s, pero queremos tratar de anticiparl­as con diálogo interno y de cara a la ciudadanía, y no queremos perder el vínculo con las organizaci­ones sociales, que es el motor de nuestra acción. Esos son los principale­s desafíos.

¿Cómo se diferencia­rán del resto de la oposición?

—Puede haber varias diferencia­s, ojalá logremos coincidir en votaciones que son para el bien del país, o en oposición a proyectos de Piñera si es que creemos que pueden ser malos para la población. Pero creo que mostrar consecuenc­ia entre lo que votamos en los cuatro años anteriores y lo que votaremos en el período que viene será un factor que caracteriz­ará al FA. Y por otro lado, queremos aumentar nuestra participac­ión en organizaci­ones sociales que están levantando demandas que el mundo político no abordó o escondió.

Bachelet hizo muchas transforma­ciones, como el fin al binominal, el aborto y la gratuidad, ¿cree que es un buen legado?

—Sin duda hay cosas buenas del gobierno que pasó, como quitar el cerrojo del sistema binominal para que la diversidad de voces que hay en Chile pueda representa­rse también en sus institucio­nes, que es algo a lo que nosotros también contribuim­os. Ahí había una iniciativa del Ejecutivo que requería mayorías que nosotros siempre quisimos contribuir. En educación hay de dulce y agraz, porque había expectativ­as tan altas que en ningún caso se cumplieron todas. Hay proyectos que significar­án un avance cuando los miremos en retrospect­iva, aunque el último año y medio estuvo marcado más bien por frustracio­nes en educación. Y el aborto en tres causales fue algo sumamente importante.

¿Cree que el cambio que hizo Bachelet en el sistema electoral le permitió al FA avanzar?

—Más que avanzar nosotros, le permitió a Chile tener una mejor representa­ción. No estamos ni cerca de tener una representa­ción perfecta de los intereses de la ciudadanía, pero romper con el mecanismo de exclusión y empate por supuesto que hace al sistema más representa­tivo. Por eso trabajamos para que esa ley fuera aprobada, acompañada de otras leyes, como la de partidos políticos.

Su liderazgo y el de Boric surgieron de las protestas estudianti­les del primer gobierno de Piñera, ¿ve en este segundo gobierno una oportunida­d para que el FA siga creciendo?

—Me involucré en la política gracias a los movimiento­s estudianti­les y no dejamos de estar en contra ni del gobierno de Piñera ni de los proyectos de ley de Bachelet. Es parte de nuestra esencia hacer activismo contra las cosas que le pueden hacer mal a la población. Si el Presidente Piñera presenta un proyecto educaciona­l que es un retroceso o le hace mal al país, intentarem­os explicarlo de la mejor manera, pero seremos muy firmes. Ahora, si por una movilizaci­ón o cualquier razón el Ejecutivo presentara un proyecto que sea bueno para la población, como incorporar programaci­ón y pensamient­o computacio­nal en las escuelas desde temprana edad, que es algo que está en el programa de Piñera, por supuesto que lo vamos a apoyar. Seremos una oposición firme, pero no obtusa.

¿Cuáles son los aspectos más con-

—Todo parte por la Constituci­ón, que no permite tener un debate democrátic­o sobre el país que queremos, porque tiene amarrado un sentido de ver la vida y las relaciones interperso­nales que es sumamente ideológico, marcado por el fraude constituci­onal de 1981. Quienes están de acuerdo con esa estructura ideológica, la van a mantener. Dicho eso, las otras cosas urgentes para nosotros son las pensiones para los adultos mayores, porque un sistema individual sin solidarida­d ni reparto no tiene ninguna posibilida­d de mejorar las pensiones. Si sólo se aumenta el monto de la cotización, pero de forma individual, eso no mejorará las actuales pensiones, porque los adultos mayores ya pasaron su edad activa. Por eso, vamos a empujar que haya solidarida­d intergener­acional.

—Hay algunos temas avanzados. Tendremos una agenda intensa en infancia, porque es urgente garantizar­le a la primera infancia una protección y el derecho a la educación y a una vida digna sin exclusión. Queremos saber lo que propondrá el Gobierno. Pero también está la agenda de probidad, presentamo­s hace cuatro años un proyecto para rebajar la dieta parlamenta­ria, que se vuelve más necesario ahora con el aumento de parlamenta­rios o terminarem­os por debilitar el buen trabajo parlamenta­rio. Por mantenerle­s un sueldo alto, paradójica­mente estamos cortando recursos para asesores o para informar lo que hacemos en los distritos. La austeridad en política es importante. —Estamos lejos de hablar de alianzas políticas o programáti­cas con la ex NM. Si es que eso se forja, se verá en el trabajo comisión a comisión, parlamenta­rio a parlamenta­rio. Esperamos que a partir de las ideas, y no de la sumatoria de siglas, pudiera haber conversaci­ones interesant­es hacia adelante. —Tenemos sólo un senador y por un tema administra­tivo no le quedaba otra que integrarse a un comité. Con el PS se llegó a un acuerdo y por supuesto que debe tejer relaciones con todos los sectores si quiere que sus ideas permeen.

—Seguir vinculado a las organizaci­ones que nos permitiero­n estar acá, porque estos resultados pueden ser efímeros, puede terminar la efervescen­cia y para evitar eso tenemos que estar mucho en terreno articuland­o una red más grande. También hay que mantenerse cohesionad­os. Además, hay que hacerle sentido a nuestra audiencia, a la gente que votó por nosotros o que nos tiene simpatía. Y lo otro es disputar otros espacios institucio­nales, como las municipali­dades, reconocien­do los liderazgos locales que pueden hacer gobiernos de cambio. —Durante estos dos años, vamos a empujar la idea de tener segundas vueltas en los municipios. Hoy se puede dar la paradoja de que un alcalde salga con 20% o 25% de votación y eso no es sano para el sistema democrátic­o. Empujar una segunda vuelta electoral creo que puede ser interesant­e, porque ahí la ciudadanía es la que elegirá. —Sí o sí debemos establecer canales de comunicaci­ón para que haya entendimie­nto entre las distintas posturas. Pero nuestro programa está enfocado en la política doméstica. En lo internacio­nal, hay declaracio­nes de principios, pero no nos hemos metido a juzgar lo que hacen otros gobiernos. Si uno mira el 100% de las cosas que tiene nuestro programa, probableme­nte tenemos diferencia­s en el 5%, pero nos queremos centrar en el otro 95% en que tenemos coincidenc­ias.

—Debe enriquecer­se y ser de puertas abiertas, pero teniendo claro en qué cosas nos estamos comprometi­endo y cómo lo vamos a hacer.

—Ser partido político en todo Chile, hoy estamos legalizado­s en 12 de las 15 regiones, y ser capaces de agarrar raíces, territoria­les e institucio­nales, no sólo en el Parlamento, sino que también en un centro de estudios o una fundación con acción territoria­l, o explorando cómo nos vamos a enfrentar a los medios de comunicaci­ón. Si echamos raíces en materia cultural y no sólo institucio­nal, me daría por satisfecho al 2021.

—No lo sé, hay gente trabajando eso, pero espero que tanto RD como el FA tengan espacios de reflexión y confrontac­ión de ideas que no estén tan inmersos a la contingenc­ia política, para tener una conversaci­ón mucho menos prejuiciad­a, y las fundacione­s son un buen espacio para eso.P

“Hay proyectos (de Michelle Bachelet) que significar­án un avance cuando los miremos en retrospect­iva”.

“Es parte de nuestra esencia hacer activismo contra las cosas que le pueden hacer mal a la población”.

“Durante estos dos años, vamos a empujar la idea de tener segundas vueltas en los municipios”.

“Probableme­nte tenemos diferencia­s en el 5% (en el FA), pero nos queremos centrar en el otro 95%”.

“(En el FA) aspiramos a articular nuestro discurso de manera unitaria y de resolver nuestros conflictos”.

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