Un complicado legado económico,
DURANTE estos días se está instalando el nuevo Gobierno. Se anuncian prioridades legislativas en las distintas áreas, se presentan nuevas autoridades y poco a poco la nueva administración toma forma y fuerza. En términos económicos ya no es novedad el hecho que se deberá hacer frente a un escenario complicado: un crecimiento del PIB de 1,8% en promedio durante los últimos cuatro años; una tasa de inversión que fue, de manera inédita en nuestra historia, persistentemente negativa, alcanzando un promedio de -2,2% y un crecimiento del PIB de tendencia que bajó de 4,9% en 2013 a 2,6% en 2017. Junto con esto, ya se había advertido un difícil escenario fiscal, con un déficit efectivo cada vez más pronunciado y con un balance estructural estimado para 2017 que no cumpliría con la meta autoimpuesta por Hacienda. Sin embargo, había más. Un día antes de terminar el Gobierno de Michelle Bachelet, y de manera inédita en día sábado, la Dipres publicó una nota técnica, a raíz de la revisión del cálculo del Balance Cíclicamente Ajustado realizada por el Consejo Fiscal Asesor (CFA). Esta nota explica que, utilizando una corrección del precio de venta de cobre de Codelco (al alza), el resultado del Balance Estructural 2017 sería de -2,1%, y no -1,7%, como se publicó en la estimación de enero. Esta diferencia es muy significativa en términos de monto y además rompe con fuerza la meta fiscal de balance cíclicamente ajustado (la que debió haber implicado una reducción de este déficit de al menos 0,25% de PIB y no un aumento de este de 0,4%). Con esto, además de generar preocupación adicional por el estado de las finanzas públicas más alicaído de lo esperado, se evidencia aún más la necesidad de realizar cambios en la manera de velar por nuestra disciplina fiscal, entre los cuales deberían estar la institucionalidad e independencia del Consejo Fiscal Asesor y el avance hacia una meta de balance concreta que se combine idealmente con alguna meta de límite de deuda.