El insostenible déficit del Transantiago
Según el último informe de gestión del Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM), el Transantiago cerró el año 2017 con un déficit por $488.477 millones, unos US$813 millones.
NI siquiera la caída de 11 puntos en la evasión (a un nivel de 24%) fue suficiente para mejorar los resultados económicos del sistema de transporte capitalino.
Según el último informe de gestión del Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM), el Transantiago cerró el año 2017 con un déficit por $488.477 millones, unos US$813 millones. Se trata de la mayor cifra registrada desde 2014, cuando el déficit del sistema alcanzó los $492.662 millones.
Esta gestión le ha costado al fisco millonarios recursos: sólo durante el año pasado, el Estado aportó $488.838 millones al sistema, cifra $31.592 millones superior al subsidio que entregó en 2016, que fue de $457.246 millones.
Además, según el informe de gestión del DTPM, entre 2012 y 2017, el subsidio al transporte público remunerado de pasajeros de Santiago sumó más de $2.649,4 miles de millones, unos US$4.383 millones.
Desde su puesta en marcha en 2007, el Transantiago se ha transformado en un dolor de cabeza para todos los gobiernos, que han mostrado resultados marginales en su gestión. Lo prudente hoy es revisar (nuevamente) los indicadores del sistema y evaluar su sustentabilidad en el largo plazo.
El Transantiago ha sido calificado como la política pública más ineficiente en la historia de Chile, no sólo por la cantidad de recursos que se le han destinado, sino también por el creciente deterioro que presenta en sus principales indicadores.
Llegó el momento de hacer frente a esta situación, repensar los contratos, licitaciones y sincerar el costo del pasaje, y evaluar si es recomendable que cada año el Gobierno entregue US$1.500 millones para financiar el sistema (considerando los fondos espejo).