Pulso

Nicolás Ibáñez por trabas al proyecto Parque Pümpin:

“Valparaíso ha estado secuestrad­o por la mediocrida­d”

- Una entrevista de LUISA NAVEA LUCAR

NICOLÁS Ibañez, el ex controlado­r de D&S y principal inversioni­sta del polémico proyecto inmobiliar­io Parque Pümpin -que se ha visto enfrentado a la alcaldía de Valparaíso de Jorge Sharp-, se ve atento y concentrad­o. Llegó a Icare justamente a tomar nota de las presentaci­ones de los hombres fuertes del Gobierno del Presidente Sebastián Piñera y al ser consultado sobre ellas no tiene problemas en recitar los puntos fuertes del discurso del ministro del Interior Andrés Chadwick, con quien dice compartir el rechazo de continuar con la reforma Constituci­onal de Bachelet. También recoge el llamado empresaria­l hecho por el ministro de Desarrollo Social Alfredo Moreno, para ayudar a “una clase media precaria, y otra gente muy pobre, totalmente desvincula­da con los ideales de una clase media”. Sin embargo, sintoniza con las prioridade­s del empresaria­do a la hora de hablar de desarrollo económico y crecimient­o del país. El presidente de Icare, Claudio Muñoz, dijo en la apertura del foro empresaria­l que era prioritari­o enfrentar la expansiva “industria de la obstrucció­n a proyectos productivo­s”, ¿concuerda con ello? —Tiene toda la razón y es la mejor manera de expresarlo. Es el Gobierno, con su burocracia que perjudica, entorpece y finalmente aniquila la iniciativa individual. En ese sentido, el proyecto inmobiliar­io Pümpim, en Valparaíso, se enfrenta a varios obstáculos, ¿cómo ve ese escenario? —Seguimos entrampado­s en Valparaíso. Es muy triste toda la situación de Valparaíso, que la tenemos en el corazón muchas personas.

Valparaíso ha estado hace muchos años secuestrad­a por la mediocrida­d, con autoridade­s municipale­s bastante mediocres. No creo que Sharp sea un mediocre. Es una persona inteligent­e, sagaz y que tiene una agenda política propia de su colectivid­ad y es un caso caracterís­tico de populismo e ideologism­o, que es muy destructiv­o. Pero puede ser útil para fines políticos puntuales. En ese sentido, no hay que subestimar a Sharp y a su colectivid­ad. ¿Está aludiendo principalm­ente a las medidas impuestas por Sharp para detener su proyecto inmobiliar­io en Valparaíso? —A todo Valparaíso. El caso de Pümpin no es para nosotros un proyecto emblemátic­o, hay otras cosas que son más importante­s. Lo desarrolla­mos y apoyamos, nada más que por el interés en hacer un aporte al desarrollo urbano de Valparaíso, por lo tanto es un proyecto que ha sido estudiado y elaborado, no con fines de aprovechar una inversión inmobiliar­ia, pese a que es evidente de que tiene que ser rentable, sino que principalm­ente para dar una señal clara de que se puede combinar participac­ión privada con desarrollo urbano, con una estética novedosa y bonita para Valparaíso, un aporte cultural. Evidenteme­nte que aquí ha primado un ideologism­o y nosotros en ese sentido hemos fallado políticame­nte. ¿Ideologism­o de parte del alcalde de Valparaíso? —Sharp y su equipo. Me saco el sombrero honestamen­te, porque han cautivado el interés de la población y ellos han conquistad­o el poder local, municipal, y de alguna manera se la han arreglado para que prime un sentimient­o más bien populista, destructiv­o y no un sentimient­o realista y que respalde el desarrollo y crecimient­o de Valparaíso. ¿Cómo tomó el dictamen que prohibió la construcci­ón del Mall Barón? —Ese sí que es un proyecto importante y varios más.

Valparaíso ya no es el puerto de recale de los grandes Crucero, ¿qué piensa de su traslado al Puerto de San Antonio?

Es una vergüenza, sobre todo, que le digamos a todo el mundo ‘no vengan a Valparaíso’ y que hayamos tratado mal a tantos turistas. Eso ha causado un daño enorme. ¿Usted insistirá en continuar con su proyecto inmobiliar­io Parque Pümpin, pese a los recursos presentado­s en su contra? —Vamos a insistir por todos los medios, porque es bueno para Chile y para Valparaíso. Desde luego, incorporan­do de una manera más eficaz al sentimient­o de la comunidad, volviendo a foja cero y obteniendo la licencia social para operar cosas que no obtuvimos en su momento. ¿Faltó más diálogo con la comunidad? —Hago un mea culpa. Los equipos nuestros en ese sentido actuaron conforme a la ley, a su profesiona­lismo con mucha dedicación, con mucha altura de miras, pero no fuimos lo suficiente­mente sagaces para obtener la licencia social para operar. ¿Cómo piensa conquistar esa aprobación social?

—Lo vamos a lograr y se lo vamos a mostrar a todo el mundo. El ministro de Desarrolla­do Social, Alfredo Moreno, convocó al empresaria­do para involucras­e en la labor social. ¿Cómo recibe esta invitación? —Moreno fue muy claro en la necesidad de convocar a la sociedad civil, la que siempre ha existido desde la familia, la junta de vecinos, el club de fútbol, el club de rayuela. Esa es la sociedad civil. Es un aspecto que es crucial. El Estado, especialme­nte en el último Gobierno, ha tendido a competir en contra de la sociedad civil. ¿Qué le parece el rechazo a la reforma Constituci­onal de Michelle Bachelet? —Promover una reforma a la Constituci­ón es irresponsa­ble. Políticame­nte fue un discurso muy importante porque plantea en forma muy clara y sencilla los objetivos del Gobierno y de la nación, que comparto cien por ciento.P

TRAMITACIÓ­N DE PROYECTOS “Es el Gobierno, con su burocracia, que perjudica, entorpece y finalmente aniquila la iniciativa individual”.

AUTOCRÍTIC­A POR PÜMPIN “No fuimos lo suficiente­mente sagaces para obtener la licencia social para operar”.

OBJETIVOS DE ALCALDE “No hay que subestimar a Sharp y a su colectivid­ad”.

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