Quiebre en Ripley: Verónica Calderón lamenta “uso de la figura” de su padre
La menor de los Calderón Volochinsky se refirió al conflicto que la enfrenta a sus tres hermanos.
—Verónica Calderón reaccionó ante la nota publicada por PULSO en la que dio cuenta de diferencias que existen en su familia respecto de la propiedad de Ripley. En dicha nota, su padre Alberto Calderón, sostuvo que “aquí no existe ningún conflicto”.
“Sólo me he limitado a pedir información a mis hermanos y a quienes fueron mis abogados en relación a operaciones que afectaron en forma sustantiva mi patrimonio. Los antecedentes pedidos me han sido negados sistemáticamente”.
—Verónica Calderón Volochinsky
—Aún cuando no quería referirse públicamente a este tema, Verónica Calderón Volochinsky decidió reaccionar a la nota publicada ayer por PULSO, en la que se da cuenta del conflicto que existe entre ella y sus hermanos Andrés, Lázaro y Michel, respecto a la propiedad de Ripley. “Lamento ver expuesta esta diferencia con mis hermanos en la prensa, pues considero que un tema tan delicado, en que se entrelazan negocios con afectos familiares, debería haberse tratado puertas adentro. Habiéndose hecho público, me parece necesario hacer algunas precisiones”, dice la carta al director enviada por Verónica Calderón y publicada íntegramente en la sección de cartas de la edición de hoy de La Tercera. Las diferencias comenzaron hace unos meses, cuando Verónica se percató que ella controla un 7,9% de la multitienda, mientras que sus tres hermanos manejan un 15,03% cada uno, en circunstancias que ella siempre creyó que los cuatro hermanos manejaban el mismo porcentaje. A raíz de esta situación, la menor de los hermanos comenzó a solicitar información, alegando haber sido diluida en la propiedad sin su consentimiento. Sus hermanos niegan esta versión, y aseguran que el año 2011 se realizó un aumento de capital que fue suscrito sólo por Lázaro, Andrés y Michel, del cual ella siempre estuvo enterada e incluso firmó la escritura donde se da cuenta de su aprobación. En el artículo publicado ayer por PULSO, el padre de la familia, Alberto Calderón Crispín, se cuadró con la postura de sus hijos hombres, señalando que “por única vez hablaré de este tema. Aquí no existe ningún conflicto. Lamentablemente, se está cuestionando una operación que fue impulsada por mí el 2011 y que fue firmada por todos”. Por esta razón, Verónica comienza su carta haciendo referencia a su padre: “A pesar de haber crecido en una familia empresaria, en la mesa de mi casa nunca se habló de negocios. Mi padre, un hombre extraordinario, de gran sencillez y bondad, que partió desde muy abajo y que con gran esfuerzo surgió, nos inculcó que la familia es sagrada y que hay valores mucho más importantes que los materiales, que se deben respetar”. Y continúa incluso sosteniendo que su padre está siendo manipulado. “Me duele el uso de la figura de mi padre en el artículo publicado por su medio. Él está siendo objeto de una manipulación que atenta contra su dignidad, y en defensa a su honra, me remitiré a decir que mi padre siempre protenua, gió en igualdad de condiciones a todos sus hijos”.
PEDIR INFORMACIÓN. A continuación, Verónica Calderón lamentó que la situación llegara hasta este punto, añadiendo que hasta el minuto lo único que ha hecho es solicitar información, la que se le ha negado sistemáticamente. “No tengo otra intención que averiguar la verdad de lo ocurrido, y sólo me he limitado a pedir información a mis hermanos y a quienes fueron mis abogados en rela- ción a operaciones que afectaron en forma sustantiva mi patrimonio. Los antecedentes pedidos me han sido negados sistemáticamente”. Al finalizar su carta al director, Verónica Calderón hace hincapié en que no fue informada respecto a los movimientos societarios que diluyeron su participación en Ripley. Sostuvo que “espero lograr reconstituir la historia y comprender el por qué no fui informada por quienes tenían el deber de hacerlo. Algunos dirán que fui inge- pero me rehuso a enseñarles a mis hijos que deben desconfiar unos de los otros”. Los cuatro hermanos Calderón Volochinsky poseen el 53% de la propiedad de Ripley Corp.