Un Banco Central prudentemente positivo
La economía chilena ha consolidado una senda alcista y de eso dio cuenta el ente rector en su Informe de Política Monetaria, pronosticando que en 2019 la actividad volverá a crecer más que el mundo.
EL BANCO CENTRAL propuso un cuadro de aceleración de la actividad con baja inflación en su último Informe de Política Monetaria. Fue un escenario eminentemente optimista. La entidad presidida por Mario Marcel se alineó con las expectativas de mercado para este año, con un rango de entre 3% y 4%, pero llamó la atención el optimismo para el próximo en materia de crecimiento, al prever un rango entre 3,25% y 4,25%. De darse el escenario central pronosticado por el Banco, el país volvería a crecer en línea con el mundo en 2019, con posibilidades de que incluso supere el ritmo de actividad global, tras años de situarse por debajo. En concreto, ratifica que el ciclo bajista de los commodities y el pesimismo de los empresarios (expresados en los índices de confianza) quedaron atrás. Ello, mientras el retorno de la inflación en 12 meses al 3% será gradual. Esto implica que le daría más espacio al ente rector para dejar intacta la tasa de política monetaria durante más tiempo. No se puede más que compartir dicha mirada, aunque se puede reconocer el factor político en el cambio de las expectativas. Y es que tras el triunfo en diciembre del abanderado presidencial percibido como más amigable al mercado y la inversión, el Índice Mensual de Confianza Empresaria (IMCE) se disparó. Mientras en diciembre el índice se situó en 44 puntos (bajo 50 es considerado terreno pesimista), en enero y febrero alcanzó los 53,79 y 57,38 puntos, es decir, pasaron a una zona de optimismo. Sin embargo, este escenario más positivo de la expansión económica tiene escenarios de riesgos provenientes del exterior, principalmente cómo se resuelva el camino de normalización de tasas de interés por parte de la Reserva Federal, así como también lo que suceda con la escalada proteccionista entre Estados Unidos y China. De agravarse este conflicto podría generar un deterioro de las economías emergentes.