Nuevos bonos subordinados, oportunidades para la banca chilena, por Diego Torres
DESDE una perspectiva de mercado de renta fija, está por verse las implicaciones que tendrá para los emisores (bancos) y como reaccionarán los inversionistas. La nueva normativa abre la puerta a la generación de bonos subordinados de capital contingente (Tier 1 y 2 CoCos, jerga referida en inglés) que contienen provisiones adicionales a la de sus predecesores e incluyen pérdida permanente de capital en caso de gatillarse ciertos eventos, estructuras con plazos perpetuos (sólo para el Tier1) y la incorporación de una cláusula de punto de no viabilidad por parte del regulador, entre otros. Esto abre la incertidumbre de su valorización y apetito por parte de los inversionistas. A pesar de que las estructuras subordinadas de capital ya existen en el mercado de renta fija local chileno y en el internacional para otros bancos de la región, nuevas emisiones subordinadas bajo Basilea III se comportan diferente. La mayor volatilidad en sus precios es la primera diferenciación, sobretodo en tiempos de stress de mercado. Esta volatilidad se exacerba por las características propias de bail-in con que se concibieron estos instrumentos. La idoneidad de la inversión para el perfil de riesgo del cliente es otro punto relevante. Por ejemplo, clientes de bancas privadas e inversionistas institucionales tendrán que analizar el potencial impacto de la volatilidad de precios en sus carteras, pérdida de la inversión, o si le acomoda la perpetuidad. Ha habido casos en bancos de la región que sus bonos subordinados bajo Basilea III per- dieron más de un 50% del precio de emisión durante eventos de stress. Si tuviera que definir la nueva camada de bonos híbridos que se van a emitir bajo Basilea III, es un instrumento de renta fija que en tiempos de stress financiero se comporta como una acción y en condiciones normales como un bono. Claramente, hay que considerar esta distinción al momento de invertir. Pero dada la fortaleza del sistema bancario chileno, es poco probable que estos factores sean fuertes detractores del interés de los inversionistas, al menos no el mediano plazo. Los bancos chilenos van a emular la tendencia de otros países, donde los grandes participantes son los primeros en emitir este tipo de instrumentos y generen una curva de bonos de referencia para los de menor tamaño. No obstante, creo que a pesar de lo desarrollado de nuestro mercado de renta fija local y del mayor conocimiento de estos instrumentos en el mercado internacional, es probable que bancos medianos a pequeños no puedan utilizar al máximo sus límites permitidos en bonos subordinados como alternativa de fondeo de capital. Un limitado interés por parte de los inversionistas y/o su mayor costo no compensarían el emitir estos bonos, sobre todo para las estructuras Tier1. La alternativa para estos casos, es el fortalecimiento de la estructura de capital a través de emisiones adicionales de acciones y/o menor pago de dividendos. Un punto a considerar por los actuales accionistas.