La economía mundial sigue viento en popa, pero...,
por Valentín Carril
LA ECONOMÍA mundial sigue en camino a un excelente año, por ejemplo la estimación del FMI es de una aceleración desde un ya muy buen 3,6% en el 2017 a 3,7% en el presente año, que incluso analistas están considerando un crecimiento de 4%. En EEUU el período de expansión llegará seguramente a 106 meses cuando conozcamos las cifras de abril, lo que lo transformará en la segunda mayor duración de expansión en la historia disponible. La buena noticia es que aún queda espacio para que el crecimiento prosiga. En particular, la mejoría del mercado laboral que ha permitido que más personas en la edad “prime” (24 a 54 años) se reincorporen a éste. El crecimiento de los salarios, junto con la alta confianza del consumidor debiera permitir un aumento de 3% en el consumo privado. También, la inversión debería crecer por la confianza empresarial, sumada a que la baja de los años pasados implica que mucha infraestructura hoy requiere reposición. A su vez, la zona Euro sigue creciendo a buen ritmo, seguramente será por encima de 2,5%, lo que con lo anterior hace suponer que la estimación de 2% de crecimiento para las economías avanzadas –que representan un poco más del 40% del PIB mundial- que hizo el FMI será corregido al alza. Ésta mantiene un sano superávit de cuenta corriente lo que quiere decir que está reduciendo su deuda global con respecto al resto del Mundo. Por otro lado, el mismo organismo espera un crecimiento de 6,5% el presente año para los países emergentes, al igual que en 2017. La aceleración en India y la estabilidad de China hacen suponer que esta cifra puede ser también corregida al alza. Pese a este escenario positivo, existen ciertos riesgos que podría afectar de ma- nera importante el análisis, como la posibilidad de una guerra comercial, que ha preocupado a los mercados, principalmente por lo que ha pasado entre EEUU y China. El país norteamericano abrió los fuegos con la aplicación de aranceles aduaneros al acero y el aluminio, de los cuales excluyó luego a la mayoría de los países excepto al gigante asiático. Adicionalmente, se anunció que se aplicarían aranceles a “muchos” otros productos debido a la actitud China en relación a los derechos de propiedad intelectual. Éste retrucó con aranceles a 128 productos de EEUU, con tasa de 15% y 25% dependiendo del producto. Si dicha guerra escala sería un factor muy negativo para la economía mundial, que se daría en dos escenarios. Por un lado, lo que se está observando podría ser parte de una estrategia de amenazas por parte de EEUU dirigido a lograr una mayor apertura por parte de China a recibir exportaciones pero también inversión externa, sin las regulaciones hoy existentes, en términos de exigir traspaso de propiedad intelectual. Aquí, lo que debiera suceder a corto plazo es una negociación dura y posiblemente de larga duración, con aranceles aun relativamente acotados. No se aprecia una posibilidad en lo inmediato, en el cual ambos recorten sus tarifas. Consideramos que el segundo escenario, de una guerra “fuerte”, es poco probable, ya que EEUU no parece dispuesto a comprometer seriamente su relación con China, la cual es fundamental para lograr un objetivo geopolítico de primera importancia para EEUU y el mundo, como es la desnuclearización de la península de Corea.
Economista y Estratega para Latinoamérica Principal International