Boracay cierra sus puertas al turismo por seis meses para sanear la paradisíaca isla, con un costo estimado en US$1.077 millones
—Boracay cerró ayer sus puertas al público durante seis meses por orden del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, una polémica medida que busca sanear esta conocida isla paradisíaca al precio de decenas de miles de afectados y pérdidas millonarias. Con un despliegue de más de 600 policías para evitar incidentes, el gobierno vetó desde la medianoche el acceso a este enclave -que ocupa 1.032 hectáreas a unos 300 kilómetros al sur de Manilaa todo el que no sea residente o carezca de una autorización especial. El objetivo es convertir la isla cada vez más masificada -el año pasado recibió a dos millones de turistas- en “segura, viva y sostenible desde el punto de vista ambiental”, expuso el secretario de Medio Ambiente, Roy Cimatu, el anunciar oficialmente la clausura. La proliferación de algas en el agua producto de los vertidos incontrolados, el habitual desborde de los sistemas de desagüe y la acumulación de basura llevaron en febrero a Duterte a calificar Boracay de “cloaca” y más tarde ordenar su cierre por seis meses. Empresarios y trabajadores locales organizaron protestas las pasadas semanas para reclamar al gobierno que modernice la isla por fases en lugar de optar por la vía radical que causará pérdidas por un valor estimado de US$ 1.077 millones. ℗