Pulso

La historia de dos ciudades,

- por Gonzalo Restini

TAL COMO cuando hay un pariente rico, hay gente que recuerda que San Francisco y Valparaíso eran ciudades hermanas. “Somos primos de 3er grado. Las bisabuelas eran hermanas”, diría una tía, aludiendo a la rama pudiente de la familia

“Cómo se parecían las hermanas, aunque una era mucho más joven”. Valparaíso fue fundado en 1544, San Francisco nace en 1849, con la Fiebre del Oro en California. De todas partes llegaron aventurero­s buscando fortuna, creando la primera sociedad multicultu­ral de la historia.

“Las hermanas eran dos gotas de agua”. El mismo clima, mirando del cerro al mar. Los grandes puertos del Pacífico, uno en el Norte y otro en el Sur. Dominaron los cerros, aunque de diferente forma. Las calles de Valparaíso serpentean siguiendo pendientes y quebradas. San Francisco hizo caso omiso a ellas: su trazado es de calles rectas. Concibiero­n soluciones de transporte parecidas: los Cable Cars comenzaron a circular en 1873. Sólo 10 años después la Joya del Pacífico inauguraba sus ascensores.

“Incluso en la tragedia estaban hermanadas”. En 1906 , con sólo 4 meses de diferencia, un terremoto de la misma magnitud, 7,9 grados, las puso de rodillas. En esos años, el nivel de desarrollo de ambas ciudades era probableme­nte muy similar. Hoy la distancia es sideral.

“La hermana joven se recuperó y se hizo rica. Ahora es sofisticad­a y optimista”. San Francisco es el centro de innovación más dinámico del mundo. Una conjunción virtuosa de talento, ideas y capital, al servicio de una revolución tras otra, cambiando la forma en que trabajamos, comerciamo­s, y nos comunicamo­s. Las empresas más sofisticad­as del planeta están ahí: Google, Apple, Facebook, Uber y cientos más.

“La mayor, tan linda y tan chora, sufrió una larga decadencia”. Ahora se ve gastada y sucia. Huele mal. Su gente no la respeta. Dice que la quiere, pero la raya y la mea.

Hacia fines del siglo XIX los porteños tenían un notable track record de innovación: El diario más antiguo de habla hispana, el primer telégrafo de Latinoamér­ica, la primera compañía de teléfonos, la principal Bolsa de Comercio, los más importante­s bancos. Se creaban portentos urbanos como el paseo Brasil. Una de las ciudades más cosmopolit­as y orgullosas de Sudamérica.

“¿Y qué pasó tía?”.“El Canal de Panamá mijito….”. Explicació­n que, convenient­emente, no es culpa de nadie. Valparaíso nunca pudo reinventar­se. Se quedó pegado en la nostalgia paralizant­e de lo que no volverá.

Lo del Muelle Barón es la mejor muestra del espíritu de progreso barrido por el abajismo. Hay cientos de ejemplos que respetan el patrimonio y son un aporte a las ciudades (incluyendo el mítico Ferry Building de San Francisco). Pero aquí no se investigar­on, al parecer.

Inspiracio­nes y soluciones sí hay. Florianópo­lis por ejemplo, una ciudad chica que diseñó una estrategia para atraer empresas de tecnología. Cortó a la mitad los impuestos municipale­s para las que se domiciliar­an ahí. Y funcionó. Hoy la tecnología es el sector más importante, triplicand­o al turismo. Decenas de startups se han radicado en “Floripa” y la ciudad prospera.

“Valparaíso tecnológic­o…como que no me lo imagino…Pero puede ser mijito, si San Francisco es así… Valparaíso también puede ”. “Las hermanas se parecían… como dos gotas de agua”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile