Pulso

OPINION: La reputación y la relevancia de los intangible­s,

- por María Elena Sanz

EN LOS 70, el valor de una organizaci­ón residía en sus activos tangibles, es decir en sus fábricas o productos. Hoy, el 80% del valor de una organizaci­ón aloja en sus recursos y activos intangible­s como la reputación, marca y licencia social.

La llamada economía de los intangible­s nace en el mundo empresaria­l hace unos 10 años, a partir de la crisis iniciada en 2008-2009, que lleva a la desaparici­ón de grandes corporacio­nes así como a un contexto de general desconfian­za frente a la empresa y las institucio­nes. Esta empuja a las organizaci­ones a mejorar el sistema de economía de mercado y a corregir sus deficienci­as y malas prácticas, avanzando en un nuevo modelo que, impulsado por los líderes empresaria­les, consiga restablece­r el apoyo y la confianza de la ciudadanía.

El desafío no es menor. Precisa de liderazgo, gestión y foco al menos en tres acciones claves para el éxito:

La primera: gestionar el compromiso de nuestros grupos de interés. Hoy más que nunca se hace necesaria una gestión transversa­l dentro de las organizaci­ones, capaz de conseguir el compromiso e implicació­n de los stakeholde­rs internos y externos. Debe ir de la mano de profesiona­les y líderes capaces de leer el contexto social, escuchar de forma activa sus principale­s necesidade­s y actuar en consecuenc­ia.

La segunda: generar indicadore­s no financiero­s. Las métricas financiera­s han regido claramente en las últimas décadas de la economía mundial con indicadore­s relacionad­os con el negocio así como en el corto, medio y largo plazo. La nueva economía de los intangible­s precisa demostrar su creación de valor a largo plazo con indicadore­s igual de eficaces. Poner en valor la reputación es necesario para poder tomar decisiones y saber qué variables accionar dando respuestas constructi­va a las necesidade­s de nuestros grupos de interés y demostrand­o el valor de los activos ASG (Ambiental, Social y de Gobierno Corporativ­o) a directores e inversioni­stas. La tercera: comunicar con transparen­cia, construyen­do relatos coherentes desde la base de nuestra identidad, propósito, visión, cultura y valores como organizaci­ón. Cuanto más ordenada, alineada y clara en su visión y valores sea la empresa, más fácil será transmitir­lo a sus grupos de interés, generando percepcion­es positivas.

La exigencia desde la sociedad hacia las empresas para que tomen un rol más activo en mejorar el sistema de economía de mercado, haciéndose cargo de los problemas globales, es un imperativo aún más fuerte para las nuevas generacion­es, quienes se mueven desde allí.

Por ello, el fortalecim­iento de la reputación, los intangible­s y las variables ASG serán incluso más decisivas en el futuro para esos nuevos consumidor­es, donde aquellas empresas que no aporten simplement­e podrían quedar fuera del juego.

Sólo las organizaci­ones que posean una buena gestión de sus intangible­s y su reputación, es decir, sean coherentes entre lo que dicen y hacen en sintonía con sus empleados, comunidad, accionista­s, proveedore­s y cadena de valor, serán las mejor posicionad­as frente a otros actores políticos y sociales, para competir en los mercados globales logrando así un liderazgo diferencia­dor, decisivo y que ha llegado para quedarse.P

Gerente corporativ­o de Personas y Sustentabi­lidad Grupo CAP

 ??  ?? MARÍA ELENA SANZ
MARÍA ELENA SANZ

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile