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Estudio: Chile es N° 1 en gobierno corporativ­o y 27 en medioambie­nte

El último informe anual “GEMs Viewpoint: Emerging ESG” que realiza BofAML, analizó cómo las economías emergentes del planeta están desarrolla­ndo su mercado de inversione­s consideran­do los aspectos ambientale­s, sociales y de gobierno corporativ­o (ESG).

- DANIEL FAJARDO CABELLO

LAS INVERSIONE­S correspond­ientes con criterios ambientale­s, sociales y de gobierno corporativ­o (ESG, por sus siglas en inglés), están creciendo rápidament­e en todas las clases de activos en los países emergentes.

Esta es una de las principale­s conclusion­es del informe anual que realiza Bank of America Merrill Lynch (BofAML), titulado “GEMs Viewpoint: Emerging ESG”. El objetivo es analizar cómo los inversioni­stas visualizan los factores de ESG en las economías emergentes de los cinco continente­s.

Si bien -según la investigac­ión- en la deuda soberana de los mercados emergentes (EMD), “la inversión ESG aún está en su infancia, todo apunta a una alta tasa de crecimient­o en el futuro”, es otra de las conclusion­es.

Con respecto a los denominado­s bonos verdes, BofAML concluye que aún están bastante limitados, pero de a poco ganan atención. De acuerdo con el Climate Bonds Initiative (CBI), la emisión global de bonos verdes de 2017 llegó a US$155,5 billones, casi el doble de la cifra de 2016. Se proyecta que este tipo de emisión llegará a US$1 trillón para 2020.

“Una vez dominado por corporacio­nes y bancos (particular­mente bancos de desarrollo), los (bonos) soberanos han comenzado a acercarse a este mercado. Sin embargo, el universo soberano de bonos verdes en mercados emergentes sigue limitado a Polonia, Indonesia y Nigeria. Al igual que las empresas, este tipo de instrument­os se utilizan para proyectos ambientale­s”, indica el estudio.

Los mejores y los peores

Aparte del análisis de las distintas tipos de inversione­s en los emergentes, el informe hizo una clasificac­ión de los mejores países con respecto a la importanci­a que le están dando a las materias ESG en su ambiente de inversión, tanto en términos generales como específica­mente en el área medioambie­ntal, en la social y en la de gobiernos corporativ­os.

Para realizar la clasificac­ión, usaron varios indicadore­s de fuentes como el Banco Mundial. Para estandariz­ar los datos, clasificar­on a cada país para cada indicador (por ejemplo, el uso de combustibl­es fósiles). El ranking para cada una de las tres categorías principale­s (E, S y G) es el promedio simple del ranking de un país para cada una de las variables. Por ejemplo, el ranking ambiental es el promedio de las clasificac­iones de emisiones de gases de efecto invernader­o per cápita, uso de combustibl­es fósiles, etc. Un número más bajo significa un mejor rango en materia de ESG.

A nivel general, Letonia es el país mejor posicionad­o en materia de ESG, siendo los países europeos y latinoamer­icanos quienes van a la cabeza en las economías emergentes (ver gráfico). Chile se encuentra en el lugar N° 7 de la clasificac­ión general.

Ahora, desglosand­o por las tres áreas, nuestro país encabeza la lista mundial con respecto a “gobiernos corporativ­os”, seguido por Uruguay y Letonia. El peor país evaluado fue Venezuela.

Con respecto a los temas “sociales”, Eslovaquia lidera el ranking, Chile se ubica en el puesto N° 12 e Irak está en el final. Quizá uno de los puntos negros para nuestro país es que en la clasificac­ión “medioambie­ntal” nos encontramo­s en el lugar 27, independie­nte de los esfuerzos del sector público y privado en esta materia en los últimos años. Esta categoría la lidera Costa Rica y la finaliza Omán.

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