Las buenas noticias del Imacec de marzo
Nadie puede rebatir que la nueva administración ha traído un optimismo renovado. Pero las mejores expectativas no bastan para revertir cuatro años de estancamiento económico, con un prolongado e inédito retroceso en la inversión.
El mercado estaba expectante a las cifras de marzo. Las perspectivas de crecimiento eran positivas, impulsadas por una baja base de comparación en la minería, ya que marzo de 2017 sufrió los efectos de la huelga de Escondida. Y los datos no decepcionaron. El Imacec anotó un crecimiento de 4,6% -a pesar de que marzo contó con dos días hábiles menos-, impulsado por un crecimiento del Imacec minero de 31,7%, mientras el sector no minero se expandió a una tasa interanual de 2,9%, similar al promedio de los últimos seis meses.
Es evidente el aporte de la baja base de comparación minera al crecimiento de marzo. Pero los indicadores de velocidad en el margen revelan que la moderada recuperación
va más allá de factores estadísticos. El primer trimestre registró un crecimiento anualizado de 4,7% en relación al trimestre previo, y el semestre terminado en marzo registró un incremento anualizado de 4,9% en relación al semestre previo, en ambos casos usando las series desestacionalizadas.
Además, los indicadores de expectativas de empresarios y consumidores para el mes de abril -conocidos en los últimos días- se mantienen en niveles moderadamente optimistas y niveles de inflación por encima de lo esperado por el mercado sugieren que la demanda interna comienza a reactivarse lentamente.
Nadie puede rebatir que la nueva administración ha traído un optimismo renovado. Pero las mejores expectativas no bastan
para revertir cuatro años de estancamiento económico, con un prolongado e inédito retroceso en la inversión. En las condiciones actuales podemos aspirar, en el mejor de los casos, a crecer algo por debajo del 4%, tal como espera el mercado para este año y el próximo, para luego volver al crecimiento tendencial en torno al 3%.
Salir del letargo económico exige cambios de fondo a las variables claves, que luego de ser modificadas nos condenaron al estancamiento. Un esquema tributario competitivo, una regulación laboral flexible y sintonizado con la revolución industrial 4.0 y un ambiente pro mercado que facilite la inversión y no la entorpezca son elementos esenciales para retomar tasas de crecimiento elevadas y permanentes. P