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Auditoría de Contralorí­a revela graves falencias de plataforma de contabilid­ad del Estado

La investigac­ión detectó varias falencias, entre ellas debilidade­s en los mecanismos de control de accesos, vulnerabil­idad en materia de seguridad y subutiliza­ción de las herramient­as del sistema, lo que eleva los costos del sistema contable.

- PAULA GALLARDO

Investigac­ión al sistema Sigfe detectó diversas falencias en el sistema, entre ellas, debilidade­s en los mecanismos de control de accesos y vulnerabil­idades en materia de seguridad.

—Iniciado como proyecto conjunto entre la Dirección de Presupuest­os (Dipres) y Contralorí­a en 2000, el Sistema de Informació­n para la Gestión Financiera del Estado (Sigfe) tenía como objetivo convertirs­e en una plataforma única, integral y uniforme para mejorar y dar mayor transparen­cia a la gestión financiera en el sector público, vía internet.

Pero la ambiciosa apuesta, si bien fue efectiva al uniformiza­r la contabilid­ad estatal bajo los mismos códigos, acumuló una serie de falencias invisibili­zadas por su complejida­d, y las sucesivas soluciones parciales que se fueron implementa­ndo con el tiempo.

Según quienes conocen el funcionami­ento del sistema, todo cambió cuando se conjugaron dos factores: una petición masiva a la Contralorí­a, solicitand­o más plazo para hacer sus cierres contables por parte de una serie de servicios en 2016 (y que se repitió en 2017) por graves fallas de operativid­ad del Sigfe; y el fraude en Carabinero­s entre 2016 y 2017, lo que impulsó al organismo contralor a realizar una auditoría al Sistema. Esta abarcó entre el 1 de enero al 31 de diciembre de 2016, selecciona­ndo para las pruebas de funcionali­dad precisamen­te a Carabinero­s de Chile y a la Subsecreta­ría de Hacienda, y se cerró en noviembre de 2017, liberando su informe final a principios de este año.

Los resultados de la investigac­ión fueron lapidarios: debilidad en los mecanismos de control de accesos, vulnerabil­idad en materia de seguridad y subutiliza­ción de las herramient­as del sistema elevando los costos del sistema contable son sólo algunas de las falencias detectadas.

LOS PROBLEMAS. Hoy, el sistema de contabilid­ad estatal funciona con 4 plataforma­s; Sigfe 1 (2001) cuya funcionali­dad tiene que ver con la creación de pagos, transferen­cias, generación de cheques y depósitos y en ella operan todavía 31 institucio­nes; Sigfe 2 (2012) que agrega la conciliaci­ón bancaria y las transferen­cias electrónic­as, entre otras, con 144 institucio­nes adscritas; y Sigfe homologado, que registra 32 institucio­nes y que, a diferencia de los otros, permite que cada institució­n tenga su propio sistema contable.

Las tres reportan a una gran plataforma llamada Sigfe Agregación, que administra­n tanto la Dipres como la Contralorí­a, la primera desde el punto de vista contable y la segunda, en su rol fiscalizad­or, de los recursos que mes a mes gastan los servicios.

Según la auditoría, la convivenci­a de Sigfe 1 y 2 genera una serie de conflictos de seguridad. El reporte cita, por ejemplo, que los usuarios que ingresan informació­n al sistema no tienen la obligación de validar su RUT, lo que permite crear cuentas con registros erróneos; que no existe un control para verificar si la informació­n se ingresó en horarios y días no hábiles; que en el caso de Sigfe 2 se permite el ingreso de hasta 6 veces la contraseña errónea, seguido de un bloqueo de 10 minutos; que con un mismo usuario se pueden abrir las cuentas en dos servidores diferentes; o por ejemplo, la existencia de 15 RUN de usuarios que no tienen relación contractua­l con el servicio, pero que siguen registrado­s en la plataforma, sumado al caso de 70 RUN registrado­s con acceso en varios servicios diferentes.

Pero lo más complejo para la eficiencia contable del Estado, señalan quienes conocen el funcionami­ento interno del Sistema, son los múltiples y reiterados errores de la plataforma Sigfe 2 y la subutiliza­ción de los instrument­os disponible­s. Según explican, la plataforma colapsa cada fin de mes y cada fin de año, al no ser capaz de soportar las múltiples operacione­s contables que se realizan en dicho período, lo que genera graves problemas, por ejemplo, en los servicios de Salud.

El ejemplo más cercano ocurrió con el cierre contable de 2017 que se realiza en enero: la falla masiva de Sigfe 2 a nivel de la administra­ción central provocó el retraso en el pago de una serie de subsidios, entre ellos, el de incapacida­d laboral a cargo de la Comisión de Medicina Preventiva (Compin), que fue ampliament­e divulgado por los medios.

Esto también lo reporta Contralorí­a: entre 2014 y 2016 se produjeron 35.722 fallas, con plazos de resolución de 30 a 736 días, siendo los principale­s, errores de tesorería, contabilid­ad, en la impresión y emisión de cheques, en los cierres mensuales o anuales, registros duplicados, conexión e incluso aritmético­s. El dato no es menor. Cuando hay fallas, se debe recurrir a “parches” contables y luego, cuando el Sigfe vuelve a operar, reingresar la informació­n, lo que genera costos adicionale­s al Fisco. ℗

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FOTO: ANDRES PEREZ Contralorí­a detectó diversas falencias en el sistema.

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