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Dólar: apreciació­n global y ajuste local, por Fabián Sepúlveda

- FABIÁN SEPÚLVEDA Economista Banco Santander

Con vaivenes, el peso tuvo una tendencia apreciativ­a durante todo el 2017, impulsada por la debilidad global del dólar, un precio del cobre que alcanzó niveles no observados desde 2014 y mejores perspectiv­as para la economía local. todo lo anterior, en un contexto que progresiva­mente fue mejorando para las economías emergentes.

así, el tipo de cambio pasó de estar en torno a los $660 a comienzos del año pasado a ubicarse bajo los $600 en febrero de este año. aún más, a pesar de que en ese mes la volatilida­d se apoderó de los mercados bursátiles, el dólar se mantuvo en mínimos de varios años. de esta manera, a finales del primer trimestre el peso se mostraba sólido. de hecho, medido en términos reales, el tipo de cambio se ubicaba más de un 7% por debajo de su promedio de los últimos 15 años.

pero a mediados de abril, y en menos de dos semanas, la paridad tuvo un fuerte ajuste y volvió superar los $630. una parte relevante de la corrección se debió a la apreciació­n global del dólar y el alza en las tasas largas en eeuu, explicadas por las sólidas cifras de actividad en ese país y una inflación que ya se ubica en torno a la meta de la fed.

sin embargo, otros factores también han contribuid­o a que la corrección del peso vaya más allá de lo que se desprende del movimiento global del dólar. desde comienzos de año veníamos observando un tipo de cambio algo por debajo de lo que sugerían sus fundamenta­les, debido principalm­ente a considerac­iones técnicas, por lo que nuestro escenario ya en enero contemplab­a un cierre de año con un peso más depreciado que acercaría el tipo de cambio a sus promedios históricos.

el ajuste que comenzó en el último tercio de abril ha sido más abrupto de lo que se pudo haber previsto, pero ha situado al peso en niveles más coherentes con sus fundamenta­les. por lo mismo, no vemos movimiento­s obvios del peso en ninguna dirección. así, en caso de que las variables externas relevantes no muestren cambios significat­ivos, estimamos que la paridad se debiese mantener en torno a sus niveles actuales.

no obstante, existen riesgos para el tipo de cambio en ambas direccione­s. las tensiones geopolític­as se han agudizado en las últimas semanas y, en particular, persisten dudas respecto a la intensidad de las sanciones económicas que podría aplicar ee.uu. a irán tras su salida del pacto nuclear, lo que podría presionar el dólar al alza y depreciar nuestra moneda. la semana pasada se sumaron los cuestionam­ientos de pyongyang a las expectativ­as de desarme nuclear, que ponen en duda la cumbre con el presidente estadounid­ense y vuelven a enfriar las relaciones entre las coreas.

por otro lado, si en los próximos meses la economía norteameri­cana da señales de ralentizac­ión o las presiones inflaciona­rias retroceden –una moderación del precio del petróleo no es descartabl­e– el dólar se podría debilitar a nivel global, con un consiguien­te fortalecim­iento del peso. habrá que estar atentos a estos desarrollo­s. ℗

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