Gunter Pauli, autor de “Blue Economy”: “El subsidio es una infracción a la lógica del libre mercado”
—El creador de la metodología económica basada en soluciones y recursos locales, estuvo en Chile para mostrar sus ideas a Sebastián Piñera. —Pauli comenta, además, que gracias a la incredulidad de Donald Trump con respecto al cambio climático, hay más gen
CUANDO se habla cada vez más de una “economía verde”, hace varios años el belga Gunter Pauli viene transmitiendo a los cuatro vientos el concepto de “Economía Azul”, el cual está plasmado en su libro “Blue Economy”, que ejemplifica 100 casos en diversas partes del mundo donde se aplicó esta metodología. Se refiere a un modelo de negocios orientado a utilizar principalmente los recursos y ventajas locales, no necesariamente “productos verdes” que a veces son más costosos (el color azul es por el cielo y el agua que cubre la tierra). La clave de Pauli es llevarlo a la práctica en diversas situaciones. Por eso asesora a comunidades y gobiernos al respecto y se le considera como el Steve Jobs de la sustentabilidad.
El 14 de junio Pauli será el plato fuerte del “Encuentro Xcala - Capacitación a Inversionistas Ángeles”, organizado por Xcala y Dadneo. Pero la semana pasada estuvo en Chile invitado por el Presidente Sebastián Piñera, que quería escuchar sus ideas. El objetivo es trabajar con el gobierno en un plan de Blue Economy para nuestro país. “No le doy consejos a los presidentes. Yo soy un pensador, un filósofo, un emprendedor. Sólo puedo exponerles lo que hemos hecho, casos concretos. Una oportunidad para que conozcan otra forma de hacer las cosas”, dice este economista de seis hijos, que habla siete idiomas y vive en Japón.
¿Cómo?
—Al final, la transformación de la economía pasa por el descubrimiento de nuevas oportunidades. El emprendimiento es el reconocimiento de una oportunidad en un modelo de negocios. Hoy, lo que necesita Chile para transformar el país es mucho emprendimiento, principalmente en lo social, lo ecológico y en la competitividad. ¿Por qué?
—La dura realidad muestra que la globalización da buenos resultados sólo en 10 países del mundo. Si no te llamas China, Brasil, India, EEUU o
Alemania, no tienes el efecto positivo de la globalización. ¿Qué van a hacer los otros más de 200 países?
—Esa es la pregunta clave y lo que trato de exponerle a un presidente cuando me junto con él. Por ejemplo, les cuento cómo hemos logrado que una pequeña isla en España sea la más competitiva del mundo en el sector caprino. Parece fantasía y por eso los críticos me llaman un fantasioso. Pero la diferencia entre la fantasía y la visión es que tienes la ciencia para reducirlo en acción. ¿Y cómo un país como Chile puede mover la aguja?
—Con toda la concentración que se produce en el mercado, los chicos no tienen espacio, pero sólo cuando piensan que tienen que competir con el producto más barato. Por eso, los otros 200 países deben identificar lo principal que tienen y darle un valor agregado elevado, enfocándose en las economías de escala. El objetivo final es sólo el core business.
¿Por qué un producto tiene que crear una cadena global, si yo puedo crear
una cadena local con lo que tengo? Es mucho más sencillo. ¿Por los costos…?
—Pareciera que el costo inicial es más alto, pero tiene un efecto multiplicador. Porque el dinero que circula localmente hace crecer rápidamente la economía. La velocidad del dinero y el valor agregado es lo que realmente genera riqueza a un país, no el costo menor, bajos salarios o la exención de impuestos. No vengo con una crítica a la globalización, pero quiero mostrar un modelo que, en ciertas condiciones, funciona. Es una estrategia de David contra Goliat. Si yo sé que cambio las reglas del juego, David gana. Pero si David sigue las reglas de Goliat, pierde. Ese es el emprendimiento del mañana. ¿Es muy difícil cambiar esta mentalidad a nivel financiero?
—Si yo fuera un burro y alguien me dice que aprenda a tocar violín, no creo que lo pueda hacer muy bien (ríe). Puedo aprender algo, pero al final del día no daré conciertos. No hay que tratar de enseñar al burro a tocar el violín, sino transformar y regenerar una nueva cultura. Una nueva generación de burros. En definitiva, necesitamos una estrategia de financiación diferente. ¿Por ejemplo?
—Hay mucho dinero que circula en nuestra economía que no funciona bien, como los subsidios, que son una infracción a la lógica del libre mercado. Si queremos una economía local más eficiente y generadora de recursos, no deberíamos utilizarlos. ¿Por qué mejor no transformarlos en capital de inversión y entregar esos recursos a la población local? Ese es el financiamiento nuevo. Para eso tienen que entusiasmarse los inversionistas.
—Claro, para lo cual tienes que lograr rendimientos exagerados. Porque con un mejoramiento de 2% o 3% nadie asume el riesgo. Tiene que ser tres, cuatro o cinco veces mejor. ¿Las decisiones políticas también pueden ayudar?
—Sabemos que la legislación siempre va un poco retrasada. Además, muchas veces existen bloqueos legales de las grandes industrias. Pero el emprendedor puede ir donde está
MODELO “El valor agregado, es lo que genera riqueza, no el costo menor, bajos salarios o exención de impuestos”.
PRESIDENTE DE EEUU “Creo que gracias a decir lo que dice y hacer lo que hace, mucha gente está realmente interesada en el cambio climático”.
CASOS “La diferencia entre la fantasía y la visión es que tienes la ciencia para reducirlo en acción”.
la mejor ola para surfear. Si hay un bloqueo de los gordos que dominan el mercado, vamos a otro lado. No vamos a perder la fuerza en la lucha, porque en una pelea de boxeo entre David y Goliat voy a perder. ¿Cree que la decisión del presidente Trump de salirse de los pactos mundiales contra el cambio climático pueda influir a otros países? —Yo empecé mi carrera en este mundo del cambio climático montando un proyecto para Japón y la ONU de “cero emisiones”. Armamos una red de científicos para llegar al modelo de Protocolo de Kioto. Qué no funcionó…
—Reconozco que dos décadas después no logramos la solución, porque creímos que si hacíamos un acuerdo global íbamos a transformar la Tierra. Nos reunimos una vez al año en una COP, declaramos el éxito, pero lamentablemente el calentamiento global sigue subiendo. Sin embargo, gracias Trump -de decir lo que dice y hacer lo que hace- mucha más gente está realmente determinada en transformar la economía a favor del cambio climático. ℗