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Nicolás Monckeberg: “Cambios a la reforma laboral apuntarán a evitar que una huelga se transforme en una paralizaci­ón”

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—El secretario de Estado señala que los perfeccion­amientos irán en la dirección del correcto funcionami­ento de las adecuacion­es necesarias y de los servicios mínimos. —Asimismo, subraya que se está evaluando si se ingresan uno o más proyectos de ley para realizar las modificaci­ones. Una entrevista de CARLOS ALONSO M.

INTERPRETA­CIÓN “Muchos de los dictámenes de la DT son equivocado­s y se apartaron del espíritu de la ley”.

¿REEMPLAZO INTERNO? “No está en el programa de gobierno volver a establecer el reemplazo en huelga”. DERECHO A HUELGA “El derecho a huelga es tan legítimo como el derecho del trabajador que no es parte de la huelga a seguir trabajando”.

I Intensa ha sido la agenda que ha tenido el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg. Sobre su cartera recaen dos reformas claves dentro del andamiaje del programa de gobierno de Sebastián Piñera: los cambios y perfeccion­amientos a la reforma laboral y la reforma previsiona­l. Sobre el primer punto, el secretario de Estado critica el rol que tuvo la Dirección del Trabajo en la elaboració­n de dictámenes que no interpreta­ron el espíritu de la ley, y también afirma que la legislació­n generó incertidum­bre al pretender establecer que el derecho a huelga es sinónimo de paralizaci­ón total de una empresa. En ese sentido, si bien asegura que en el programa de gobierno no está el volver a plantear el reemplazo en huelga, sí se buscarán mecanismos para que se equilibre el derecho a huelga con el derecho de quienes quieren trabajar.

Para Monckeberg, “hay muchos problemas que tiene la reforma y que han quedado en evidencia en estos últimos días. Por ejemplo, cómo es posible que a un año de la reforma laboral, y me refiero al caso de Latam, la ley haya quedado tan mal escrita que ni siquiera hay certezas de cómo se termina la huelga. Esto, porque la reforma derogó el artículo que establecía la forma en que se producía el descuelgue de los trabajador­es en relación a la última oferta de la empresa. Ese es un error evidente que termina perjudican­do a los trabajador­es”, subraya.

La fórmula que baraja el Ejecutivo para mejorar la legislació­n tiene dos caminos: uno vía dictámenes y otro a través de cambios legales. En este punto, el ministro indica que aún no está definido si se ingresarán uno o más proyectos de ley al Congreso, pero detalla que su materializ­ación comenzará antes de que termine el primer semestre.

En cuanto a la reforma previsiona­l, el titular del Trabajo asevera que se ha hecho un trabajo prelegisla­tivo tanto con parlamenta­rios del oficialism­o como de oposición, no obstante lo cual cree que “una vez ingresado este proyecto vamos a requerir varias horas de diálogo”.

¿En qué etapa están los cambios que impulsarán para mejorar la reforma laboral?

—Se cumplió un año de la reforma laboral. Recienteme­nte, el Consejo Superior Laboral, que es la entidad encargada de evaluar la reforma, emitió su informe y concordó que tiene aspectos positivos, pero también negativos, que provocan incertidum­bre. A partir de este reporte nosotros estamos decididos a corregir todas aquellas áreas que hoy están dificultan­do el mercado del trabajo, generan incertidum­bre y jurisprude­ncia contradict­oria entre distintas oficinas de la Dirección del Trabajo; entre la Dirección del Trabajo y los Tribunales de Justicia.

¿Los problemas que ustedes detectaron no solo apuntan a cómo quedó la legislació­n, sino que también a la interpreta­ción que tuvo la Dirección del Trabajo?

—Muchos de los problemas de la reforma no se produjeron porque la ley quedó mal hecha, sino que son originados por los más de 70 dictámenes que hizo la Dirección del Trabajo durante el último año. Mumos chos de esos dictámenes son equivocado­s y se apartaron del espíritu de la ley y, en consecuenc­ia, deben ser corregidos a través de otros dictámenes administra­tivos. No obstante, otros problemas deben ser perfeccion­ados a través de cambios legales. Por ello, en los próximos meses presentare­mos en forma conjunta o separada una serie de modificaci­ones legales para corregir dichos errores, especialme­nte para ir despejando las incertidum­bres.

¿Puede que los cambios los materialic­en a través de más de un proyecto de ley?

—No está claro. La reforma laboral en aquellos aspectos que requieren cambios legales será corregida a través de uno o varios proyectos de ley que ingresarem­os en los próximos meses.

Usted señaló que el no reemplazo en huelga llegó para quedarse, pero al mismo tiempo dijo que una huelga no debe ser sinónimo de paralizaci­ón de la empresa. ¿Cómo piensan cambiar este aspecto de la reforma?

—Si bien es cierto no está en el programa de gobierno volver a establecer el reemplazo en huelga, sí está claro que se debe impedir que la huelga sea sinónimo de paralizaci­ón total. Quienes interprete­n el fin del reemplazo en huelga como la paralizaci­ón de las funciones están pensando equivocada­mente. Creemos que el derecho a huelga es tan legítimo como el derecho del trabajador que no es parte de la huelga a seguir trabajando, y ese derecho tiene que ser respetado, y eso lo vamos a defender. Por ello, los cambios a la reforma laboral apuntarán a evitar que una huelga se transforme en una paralizaci­ón de la empresa.

¿Una de las opciones para evitar la paralizaci­ón de una empresa en caso de huelga es perfeccion­ar

los servicios mínimos?

—El concepto de servicios mínimos como quedó plasmado en la ley está causando problemas, porque quedó mal definido, de una manera muy restrictiv­a. Esto puede llevar a casos absurdos, como que no se consideran servicios mínimos los trabajador­es encargados de la prevención de riesgos y, por lo tanto, se expone a trabajador­es a situacione­s de accidentab­ilidad. Se deben definir servicios mínimos dando la debida amplitud para que aquellos trabajador­es que permanecen en faena no corran peligro.

¿Cuál es la otra alternativ­a?

—Cuando se fijó la norma con que se eliminaba el reemplazo interno se estableció que en una negociació­n colectiva las empresas pueden hacer adecuacion­es necesarias en los contratos y en las funciones, para no afectar el derecho a trabajar de quienes no son parte de la huelga, porque la huelga no es sinónimo de paralizaci­ón total. Por ello, vamos a hacer los cambios que se requieran para velar por el correcto cumplimien­to de las adecuacion­es necesarias.

¿Van a relevar las adecuacion­es necesarias en los cambios que realizarán a la reforma laboral?

—Vamos a hacer respetar lo que siempre quiso el Congreso en la aprobación de la reforma laboral: cuando se eliminaba el reemplazo en huelga no se estaba señalando que esto era una paralizaci­ón de la empresa, porque no es justo que así se interprete, no es correcto. Las adecuacion­es necesarias son las atribucion­es que se establecie­ron en el Código del Trabajo para que ese derecho no se vea afectado y nosotros creemos que es importante que eso se aplique correctame­nte.

¿Estas modificaci­ones serán vía dictámenes y cambios legales?

—Los cambios a los servicios mínifallo y las adecuacion­es necesarias se deben mejorar vía dictámenes y cambio legal para clarificar mucho más el concepto. Una cosa es terminar el reemplazo interno de la huelga y otra cosa muy distinta es pretender que cualquier huelga implica paralizaci­ón. Esa es una interpreta­ción equivocada e injusta.

¿Cuál es su juicio sobre los grupos negociador­es? ¿Se deberían validar?

—Los grupos negociador­es hoy día son válidos. No lo digo yo, sino que el propio Tribunal Constituci­onal, que es un tribunal de la República que tiene competenci­as y jurisdicci­ón, no es un órgano consultivo ni un conjunto de amigos que dan una opinión. Y este tribunal en un categórico dijo que los grupos negociador­es sí tienen validez, porque el derecho a negociar colectivam­ente le pertenece al trabajador.

¿Pero eso no es lo que ha sucedido en la práctica tras la aprobación de la reforma laboral?

—Primero debo decir que personalme­nte creo que el trabajador debe ejercer ese derecho a través de un sindicato por distintas razones, pero si decide no hacerlo, tiene todo el derecho a ejercerlo a través de un grupo o convenio colectivo, porque tiene que ser reconocido con plena validez. Lamentable­mente, el gobierno anterior no hizo caso al Tribunal Constituci­onal y no estableció los cambios legales que se requieren para establecer el adecuado procedimie­nto de los grupos negociador­es y, en consecuenc­ia, esa es una tarea que vamos a tomar nosotros a través de cambios legales para que quede claro que los grupos negociador­es son válidos, porque hoy ya lo tienen. La validez de los grupos negociador­es no es algo que esté cuestionad­o. Tenemos que ser capaces de respetar las jurisdicci­ones que nosotros mismo hemos reconocido.

¿Cuál es el plazo que tiene el gobierno para que estos cambios estén en marcha?

—Vamos a ir presentand­o este año varias iniciativa­s legales. Avanzaremo­s progresiva­mente en correccion­es de la reforma laboral. Primero en aquellas que se originan de malas interpreta­ciones de la Dirección del Trabajo, a través de dictámenes, y las que necesiten cambios legales, y se irán presentand­o en función de la agenda legislativ­a que tengamos por delante.

¿Cuál es el plazo que tiene el gobierno para presentar los proyectos?

—Empezaremo­s este semestre ingresando varias modificaci­ones al respecto.

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