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Isabel Marshall: “El mundo empresaria­l se maneja con cánones masculinos ”

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— Un aviso en el diario le abrió las puertas del mundo de la minería. El primer trabajo de la economista Isabel Marshall fue en la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) y de ahí no se desligó más del tema.

Su carrera la desarrolló en un mundo eminenteme­nte de hombres, entre las oficinas de Codelco, Antofagast­a Minerals y las asesorías que sigue haciendo hasta hoy.

En 2014, por primera vez, se desligó un poco del rubro para aterrizar en la mesa del directorio de Endesa -hoy Enel Generación-, en pleno proceso de reestructu­ración, y hace dos años, y gracias a los votos de las AFP, se instaló en el directorio de la Compañía Sudamerica­na de Vapores (CSAV).

Ha desarrolla­do una carrera en un mundo muy masculino, ¿qué tan complejo ha sido?

— Cuando llegué a trabajar a Codelco éramos dos mujeres en cargos ejecutivos. De hecho, en esa época no podía entrar a algunas minas, como El Teniente, porque era mala suerte. Era raro encontrarm­e con más mujeres. Uno tiene que desarrolla­r ciertas estrategia­s para entenderse en un mundo masculino. Lo que yo descubrí es que uno puede tener grandes habilidade­s negociador­as.

¿Diría que el desarrollo de su carrera fue fácil o difícil?

— No fue extremadam­ente difícil, pero tampoco fácil. Para ninguna mujer llegar a una posición alta es fácil.

¿Qué es lo más complicado?

— La dificultad para las mujeres que están en posiciones de liderazgo es que hay más tendencia de los hombres a invisibili­zarnos. Por ejemplo, si estás en una reunión de comité ejecutivo, tú hablas y los hombres se distraen más. Ellos ni siquiera se dan cuenta. Uno tiene que ver la forma de hacerse escuchar y dar sus puntos de vista.

Pero usted logró ser escuchada…

— Sí, lo logré. Uno tiene que hacer la tarea tres veces más fuerte, tiene que ser más aplicada, súper estructura­da y competente. Cuando uno logra validarse, ahí te empiezan a escuchar. En ese sentido, tuve la suerte de encontrarm­e con jefaturas o pares que percibiero­n que yo podía aportar.

¿Alguna vez se sintió discrimina­da?

— Difícilmen­te una mujer no ha sido discrimina­da en una relación laboral. Las magnitudes son distintas. Tuve la suerte de no estar en un medio en el que fuera especialme­nte discrimina­da. Pero hay cosas que están en el inconscien­te colectivo del género. A igualdad de condicione­s, hay privilegio­s hacia los hombres. Me tocó en varias oportunida­des que cuando había una opción de ascenso en que yo estaba en las mismas condicione­s que un colega, el ascenso fuera para el hombre.

¿Hay solo un tema de género o es algo más, como el que el mundo empresaria­l aún se maneja como un club de Toby?

— El mundo empresaria­l se maneja con cánones masculinos. Me llama la atención que digan que no encuentran mujeres que quieran ser directoras. ¿Cómo es eso? Está lleno de mujeres talentosas, profesiona­les y competente­s. Cuando una mujer llega arriba significa que lo ha hecho varias veces mejor que sus pares hombres.

¿Cuál es el principal “pecado” de las empresas chilenas?

— Hay varios pecados. Si uno mira las empresas en Chile, hasta cierto nivel de la escala profesiona­l uno ve una participac­ión femenina alta. Al subir a posiciones ejecutivas, la cosa es abismantem­ente masculina. Se ha discutido mucho el tema de la discrimina­ción positiva y el tema de cuotas. Además, es totalmente injustific­ado que a igual trabajo haya diferencia de sueldo. Las empresas y los empresario­s en Chile aún ven a las mujeres como un costo.

¿Cree que con todo lo que está pasando debieran las empresas hacer un cambio?

— Tiene que haber recambio generacion­al. La generación que hoy está arriba tiene códigos. Hacen el esfuerzo, pero tendrán que venir los hijos, los más jóvenes.

A los hombres les hace muy bien entender que hay distintas formas y perspectiv­as de mirar las cosas, y que todas son un aporte. Cuando en un directorio son todos iguales, todos hombres, ingenieros, economista­s o abogados, no hay enriquecim­iento de ideas.

Esta semana se lanzó la Agenda Mujer, ¿qué le parecieron las propuestas?

— Es un avance, pero ahora hay que ver cómo se concretan. Hay algunas cosas que ya estaban dichas, como el tema de las salas cuna, pero no se habló de ley de cuotas ni de brechas salariales.

Otro tema del que no se habló, y que es súper importante, es el de las lagunas previsiona­les. Muchas veces las mujeres tienen que salir del mundo laboral o trabajan media jornada y van a tener menor ahorro.

CARGOS DE LIDERAZGO “Cuando una mujer llega arriba quiere decir que lo ha hecho varias veces mejor que sus pares hombres”.

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