Gobierno estudia cambios en empleos de emergencia. Biobío concentra el 72% de 21 mil cupos
Ejecutivo evalúa fórmulas para acotar la duración de estos empleos con apoyo fiscal. “Que existan trabajadores que lleven años en el programa no es deseable”, dice el subsecretario del Trabajo.
—La permanencia en el tiempo de los denominados empleos de emergencia preocupa al gobierno. Concebidos originalmente para situaciones excepcionales de elevado desempleo, estas ocupaciones con apoyo fiscal han tendido a mantener e incluso aumentar su cobertura. Es el caso, por ejemplo, de regiones como el Biobío, que acapara 15 mil de los 21 mil puestos actualmente vigentes. “Debemos buscar fórmulas para evitar que se eternicen en los cargos”, dice el subsecretario del Trabajo, Fernando Arab. Los expertos coinciden con la necesidad de cambios, aunque admiten las dificultades para ello, producto de las debilidades económicas estructurales de la VIII Región y de las presión política para mantener esos puestos de trabajo.
— Uno de los aspectos menos conocidos en el ámbito laboral son los denominados empleos de emergencia, también conocidos como “pro empleo” o “empleos con apoyo fiscal”, que no entran en la medición del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) sobre desocupación, ya que son parte de la Ley de Presupuesto que se discute año a año en el Congreso.
Pero hay una región donde este programa es muy conocido y, aparentemente, necesario. El informe del primer trimestre sobre “Programas de empleo con apoyo fiscal” en el ítem Programa de Inversión en la Comunidad, publicado por la Dirección de Presupuestos (Dipres) muestra que el Biobío concentra el 72% de los empleos de emergencia del país. Es decir, actualmente se están desarrollando 15.367 trabajos de este tipo en la VIII región, mientras que a nivel nacional suman 21.238. La segunda región con mayor cantidad de empleos de emergencia es La Araucanía con 1.966 puestos.
Si bien hasta acá todo pareciera normal, esta ejecución ha sobrepasado la Ley y los esfuerzos de los distintos gobiernos por reducir este tipo de beneficio -sobre todo en esa zonaya que son “trabajos precarios”, por los bajos sueldos, y supuesDesde
“Evidentemente que existan trabajadores que lleven años en el programa no es algo deseable y debemos buscar fórmulas para evitar que se eternicen en dichos cargos”. FERNANDO ARAB Subsecretario del Trabajo
tamente “transitorios”, porque sólo deberían responder a una mala coyuntura económica.
Estos empleos se encuentran normados en la partida del Tesoro Público de la Ley de Presupuestos y en la Ley de Responsabilidad Fiscal. Esta última, aprobada en 2006, en su artículo 10, señala que este programa de contingencia, que son los empleos de emergencia, “operarán cuando la tasa nacional de desempleo trimestral, calculada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), exceda el promedio de dicha tasa correspondiente a los 5 años anteriores publicados por dicho instituto o cuando la tasa de desempleo trimestral sea igual o superior al 10%”.
Desde 2012 a la fecha la tasa de desempleo del Biobío no ha superado el 9%. De hecho su peak en desempleo lo alcanzó en el trimestre enero -marzo de 2014, llegando al 8,9%. Actualmente presenta una tasa de 7,2%, superada por 8 regiones del país.
La concentración de empleos de emergencia en el Biobío no sólo es una historia actual, ya que siempre ha liderado el listado de estas plazas (ver gráfico). Según datos de Dipres, en 2012 contabilizaban alrededor de 12.000, subiendo sobre los 15.000 en 2015.
el gobierno aseguran que este fenómeno está siendo monitoreado. El subsecretario del Trabajo, Fernando Arab indicó que se está evaluando modificar la norma para que este tipo de empleos vuelva a ser transitorio y sean realmente utilizados para la emergencia económica. “El Biobío históricamente ha concentrado la mayor parte de los empleos de emergencia a nivel nacional. Evidentemente que existan trabajadores que llevan años en el programa no es algo deseable. Tendremos que buscar fórmulas para evitar que se eternicen en dichos cargos, pues no es el tipo de empleo que queremos para nuestros trabajadores”, dijo Arab.
¿REVISAR LA NORMA? Si bien han existido varios intentos por reconvertir laboralmente la zona, tras el cierre de las minas Lota y Schwager en 1997, es ampliamente conocido que se llenaron de cursos de peluquería y otros menores no enfocados a la actividad económica. Desde esa época que la región ha presentado una baja capacidad de empleabilidad para mano de obra calificada, sin embargo, expertos en el tema dicen que la historia no es justificación.
“En el caso del Biobío hay un problema estructural que ha hecho muy difícil terminar esos programas independientemente del desempleo. No hay nada que justifique que se mantenga tal nivel de cobertura y mucho menos de que aumenten”, señaló el ex jefe de asesores del Ministerio de Hacienda y actual investigador de Flacso, Enrique París. Agregó que otro de los problemas es que “han conseguido que les paguen aguinaldos de fiestas patrias y reajustes del sector público”, haciendo de estas plazas un trabajo permanente.
Esta visión es compartida por el ex subsecretario de Economía, Tomás Flores, quien afirmó que en la administración anterior de Piñera se hicieron los esfuerzos por reducir estos empleos vía Ley de Presupuestos. “Políticamente fue muy difícil. La autoridad política local se va a oponer en cualquier gobierno, porque hay personas que llevan más de 10 años ahí”, afirmó.
Al mismo tiempo, sostuvo que “se podría hacer el esfuerzo de reformular los programas de capacitación en algo que realmente ayude a transitar al mercado del trabajo normal”, y agregó que también es necesario “una revisión de las normas legales”.P Entre 2015 y 2017 se capacitaron 873 trabajadores de empleos de emergencia a través del Programa Más Capaz, pero sólo el 5% logró conseguir otro empleo.