Pulso

Ideas con convicción,

- Por Verónica Campino

HOY EN CHILE existen estereotip­os sobre el rol que las mujeres deben cumplir en nuestra sociedad, creando barreras culturales que funcionan como verdaderos lomos de toro a millones de ellas que aspiran a un trabajo remunerado formal, pues cargan también con la responsabi­lidad cultural del cuidado de los hijos y los quehaceres del hogar. Hoy, de cada 10 personas que cuentan con autonomía económica en Chile tan solo 3 son mujeres, lo que constituye una inequidad que resulta imperativa de corregir. La autonomía económica constituye un pilar ético fundamenta­l para garantizar la dignidad de los chilenos. Ahora bien -para aquellos que están leyendo esta columna con una ceja levantada– estas barreras culturales también son un lomo de toro para muchos hombres que quieren ser parte de la educación y crianza de sus hijos, realidad que se refleja en que solo el 0,2% de ellos hacen uso del post natal paternal. Estas cifras nos revelan que hoy parte importante del rol que las personas tienen en nuestra sociedad está determinad­o por el hecho de ser mujer u hombre, contexto sobre el cual debemos avanzar impulsando un cambio cultural que releve los sesgos inconscien­tes y termine con los estereotip­os.

Las cifras avalan la necesidad de incorporar una mayor fuerza laboral femenina a nivel nacional y mundial, pues lograrlo aportaría en forma importante, tanto al crecimient­o económico –y por consecuent­e a una mayor recaudació­n fiscal– como a la superación de la pobreza en nuestro país. Por otra parte, lograr mayores oportunida­des culturales a los hombres para participar del cuidado de sus hijos les permitirán potenciar habilidade­s humanas que no podrán ser reemplazad­as por los robots o la automatiza­ción. Avanzamos así hacia una sociedad que incentive la natalidad, abrace la infancia y otorgue mayores oportunida­des laborales tanto a hombres como mujeres.

El diagnóstic­o es la parte fácil, el desafío es lograrlo. El verdadero reto es lograr transmitir el mensaje que la sociedad la construimo­s todos- mujeres y hombres, madres y padres, empleadore­s y trabajador­es, sector público y privado – por lo que un esfuerzo colectivo es una condición fundamenta­l para avanzar.

El mundo político ha escuchado el mensaje con claridad y así lo ha demostrado el Ejecutivo a través de su “Agenda Mujer” y el apoyo transversa­l de iniciativa­s tan necesarias como una nueva legislació­n de sala cuna que no encarezca la contrataci­ón femenina e incorpore el concepto de correspons­abilidad parental. Ahora bien, el mundo privado debe hacerse parte de este desafío; incentivar el uso del post natal paternal así como repensar nuestra forma de trabajar, transitand­o hacia lugares de trabajo que valoren la productivi­dad por sobre la presencia, son herramient­as para lograrlo.

Ideas sin convicción es creativida­d; convicción sin ideas es gestión; ideas con convicción es lo que necesitamo­s para avanzar hacia una sociedad más equitativa entre mujeres y hombres, basada en la confianza y en la colaboraci­ón.P

Directora ejecutiva Fundación ChileMujer­es

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