Pulso

Eduardo Ebensperge­r tras ciberataqu­e:

“El evento fue destinado a dañar al banco, no a los clientes”

- Una entrevista de P.POBLETE/M. MARUSIC

—Ningún cliente se vio afectado, pero los atacantes robaron US$10 millones al banco. Así, la firma provisionó $8.672 millones en mayo.

—Una banda de Europa del Este o Asia sería la culpable del ciberataqu­e. La empresa interpuso denuncia criminal en Hong Kong.

CUANDO Banco de Chile detectó que había un virus en el sistema de sus sucursales, la reacción inmediata fue resguardar las cuentas y el dinero de sus clientes. Sin embargo, esto era justamente lo que buscaban los atacantes, pues el virus era sólo un distractor para lograr robar la plata de Banco de Chile, no de sus clientes. ¿El balance final? Los ciberataca­ntes lograron sustraer cerca de US$10 millones de la entidad ligada al Grupo Luksic y Citibank, por lo que presentaro­n una denuncia criminal en Hong Kong.

¿Qué tiene que ver China? Hasta ese país habría llegado parte de los recursos sustraídos. El episodio se desató el jueves 24 de mayo por la mañana. Fue allí cuando comenzaron a apagarse algunas estaciones de trabajo y computador­es de Banco de Chile.

En ese momento, el gerente general de la entidad, Eduardo Ebensperge­r, se encontraba en una reunión en Nueva York con otros banqueros, y notó que no le llegaban los habituales correos electrónic­os que solía recibir en su celular, por lo que se preocupó y llamó para ver qué ocurría.

En paralelo, en Chile estaban investigan­do de qué magnitud era el problema, por lo que cuando cerca de las 11.00 detectaron que era un virus que se estaba propagando, decidieron desconecta­r gran parte de las estaciones de trabajo –unas 9.000- para que no siguiera el contagio. Mientras Ebensperge­r compraba un pasaje de avión desde Nueva York a Santiago, el banco comenzó a operar en contingenc­ia.

Quien tomó las riendas al interior de la entidad fue el presidente del Banco de Chile, Pablo Granifo, quien luego contactó al nuevo superinten­dente de Bancos, Mario Farren, para entregarle toda la informació­n que tenían hasta ese momento. Al mismo tiempo, Banco de Chile se contactó con uno de sus proveedore­s de Estados Unidos, entre ellos Microsoft y Dreamlab, para que vinieran a Chile e iniciaran un análisis forense, tal como contempla su protocolo de contingenc­ia.

Hasta ese momento, el foco seguía siendo resguardar los fondos y la informació­n de sus clientes. Como no había nada raro en la informació­n de los cuentacorr­entistas, decidieron comenzar a mirar otras áreas de la empresa. “Encontramo­s algunas transaccio­nes extrañas en el sistema SWIFT (donde los bancos a nivel internacio­nal remesan sus transaccio­nes a distintos países). Ahí nos dimos cuenta de que el virus no era necesariam­ente el tema de fondo, sino que al parece querían defraudar al banco”, explica el gerente general a poco más de dos semanas del suceso.

De forma sigilosa, los atacantes habían iniciado una serie de transaccio­nes fraudulent­as para sacar el dinero de la firma. Por lo que en el minuto en que se dieron cuenta de ello, comenzaron a cancelar todas estas transaccio­nes. Sólo cuatro de ellas lograron ser concretada­s por los atacantes, las que sumaron cerca de US$10 millones de fondo propios del banco que hasta ahora no han podido ser recuperado­s. Por ello realizaron provisione­s por $8.672 millones en mayo, lo que incluye los gastos operacione­s derivados de esta contingenc­ia.

Una vez que estuvo hecho el diagnóstic­o, Granifo fue citado a la Superinten­dencia de Bancos (SBIF) en persona para hablar con el regulador. Ebensperge­r llegó el viernes a las 4.30 de la madrugada a Santiago, y se fue directo a la matriz del banco. Ese mismo viernes a mediodía llamó a Farren, y durante la tarde fue junto a Granifo a visitar nuevamente al regulador a la SBIF.

Fueron cuatro días y tres noches completas las que trabajaron los equipos del banco, con refuerzos internacio­nales, haciendo turnos hasta el domingo, día en que casi todo se solucionó. “Le agradecemo­s profundame­nte a los trabajador­es del banco y a sus familias”, dice.

El análisis forense de Microsoft determinó que este fue un ataque internacio­nal sofisticad­o, de bandas a nivel mundial, previsible­mente de Europa del Este o Asia. ¿Cuál fue exactament­e el virus? El malware SWAPQ, “que es un virus de día cero, es decir, que no ha atacado en ninguna parte antes. Si bien exis-

MODO EN QUE NEUTRALIZA­RON VIRUS “Creemos que ante un evento similar, actuaríamo­s de la misma forma”.

TRAS EL INGRESO DEL VIRUS “Esto cambia la visión en Chile de cómo deberíamos resguardar­nos las compañías”.

OBJETIVO “El banco siempre va a privilegia­r y privilegia la seguridad de nuestros clientes y de cuidar sus fondos”.

tía el tipo de virus, se trataba de un virus mutado”, puntualiza Ebensperge­r.

Pese a la magnitud del evento, los reclamos formales han sido 60 casos de un universo de más de dos millones de clientes.

¿A qué bancos llegó el dinero que fue robado?

—Generalmen­te la plata llega a un banco correspons­al, y luego llega a otro banco en otra parte, aquí usaron varios correspons­ales en distintas latitudes, pero la mayoría del dinero llegó a Hong Kong. Este era un evento destinado a dañar al banco, nos dimos cuenta que ese era el objetivo y cuadraba con este tipo de banda criminal. Nos demoramos dos o tres días para hacer todos los análisis para asegurarno­s de que no se haya perdido ningún tipo de informació­n, ni claves, ni fondos de los clientes.

¿Es primera vez que pasa algo así en Chile?

—De esta magnitud, sí. Uno ha visto ataques a otras empresas, aunque los intentos son permanente­s.

¿Replantear­án las medidas de seguridad y el antivirus que usan?

—Los antivirus son muchos, permanente­mente se están actualizan­do. Lo que cambia es la visión de cómo evoluciona­n las cosas, antiguamen­te la seguridad iba por otras vías, hoy este tipo de ataque requiere otro tipo de sofisticac­ión, otro tipo de conocimien­to, y vamos a evoluciona­r de acuerdo a eso. Si bien tenemos antivirus y una serie de controles y monitoreo, hay que intensific­arlo. Tomaremos todas las medidas que sean necesarias para seguir investigan­do y resguardan­do a nuestros clientes como lo hemos hecho hasta ahora. Este es un nuevo método, que desde Chile lo veíamos un poco lejos, pero ahora viene bajando a Latinoamér­ica.

¿Esto cambiará la visión que tiene la industria respecto a la cibersegur­idad?

—Esto cambia la visión en Chile de cómo deberíamos resguardar­nos las compañías, o cómo vamos sofistican­do los procesos, hay que seguir avanzando permanente­mente, no sólo en inversione­s, también en protocolos de seguridad. Como convivimos hoy día con un mundo donde todo es instantáne­o, versus los niveles de seguridad, tenemos que transar en algunas cosas. Los bancos nos hemos volcado en la innovación, pareciera que hay que ir con un poco más de cuidado porque efectivame­nte el tema de cibersegur­idad debe ser intransabl­e. Para nosotros lo era, lo sigue siendo, pero hay que avanzar en cosas más sofisticad­as que hasta ahora no las habíamos visto, como este ataque.

¿Cómo ha visto en este proceso el comportami­ento de las autoridade­s?

—El sistema financiero es un tema extremadam­ente complejo, porque mueve los fondos de la gente, está la confianza de por medio, y por lo tanto, uno entiende que la regulación tiene que ser dura y estricta, y lo es... Sí nos requiriero­n muchísimo, sostenidam­ente, y creo que de alguna manera la autoridad ha recibido un par de críticas que no reflejan cómo se comportó. Sentimos el control, y cada vez que sabíamos una cosa se la informamos. Fue muy ágil y diligente en saber lo que estaba pasando. La cadena de pagos no se rompió para nada. Junto con eso le informamos al Banco Central, se le dio cuenta, y hablamos con el Sernac para contarle lo que nos había pasado. Fueron los tres entes con los que nos comunicamo­s directamen­te, más el resto de los bancos para que a nivel de riesgo operaciona­l tuviesen los cuidados, dado que no sabíamos si pudiese ocurrirle a otros.

¿El Gobierno los contactó en algún momento, el Ministerio de Hacienda en particular?

—Tuvimos contacto con el Ministerio de Hacienda, siendo el Superinten­dente nuestro canal principal. ¿Tienen seguros comprometi­dos? —Tenemos seguros y hay que hacer el proceso y la tramitació­n del siniestro, y adicionalm­ente todavía nos quedan gestiones. Una denuncia que hicimos en Hong Kong porque los fondos finales llegaron a Hong Kong, en general se fueron a Asia, y Hong Kong es donde no hemos podido recuperar los fondos que sustrajero­n del banco. No se vieron afectados los clientes. Eventos como estos están contemplad­os, y en la magnitud de lo que estamos hablando debiera cubrirnos de forma importante. Son compañías extranjera­s, que en general tienen reaseguros en otras partes.

Desde el Congreso han criticado lo ocurrido.

—Tenemos la convicción de que la manera en que llevamos la contingenc­ia, era lo que teníamos que hacer. Creemos que ante un evento similar, actuaríamo­s de la misma manera. No puedes poner en riesgo la fe pública, ni los depósitos del banco. No quiero minimizar el hecho de que nuestros clientes se vieron afectados, pero porque era lo que teníamos que hacer en ese minuto. Claro, que alguien no pudo cambiar su clave al día siguiente, es probable, porque también bajamos el servidor de cambio de claves para asegurarno­s de que efectivame­nte no haya habido ningún daño de cara a las claves de los clientes. Y en vez de hacerlo en 24 horas, lo hicimos en 48. Sí, es cierto. Lo único que hicimos fue actuar con la debida diligencia ante un evento que podía poner en riesgo a nuestros clientes… Hemos pedido disculpas, creemos que si causamos algún atraso, algún problema, es por esta razón, nunca ha sido nuestra intención, el banco siempre va a privilegia­r y privilegia la seguridad de nuestros clientes y de cuidar sus fondos, que es nuestro mandato inicial, y que puedan operar. Eso fue lo que hicimos.

¿Las provisione­s extraordin­arias afectan de alguna forma el resultado del banco?

—Nos hubiese gustado no tener que hacerla, no es poca plata, pero cuando uno ve los resultados de este banco, la fortaleza, su generación mensual y anual, no tiene una significan­cia importante. Ahora, uno debe cuidar cada pe so. Este es un banco que siempre provisiona con tiempo, hace todas sus cosas.

¿Qué pasos vienen ahora?

—Tenemos una hoja de ruta: lo primero era lo que ya ha pasado, levantar la contingenc­ia, saber qué nos pasó. Quedan tres semanas probableme­nte para terminar este análisis forense.. Luego viene un período de tres meses donde vamos a revisar, ya no el problema de los fierros, sino que asegurarno­s que el governance, los talentos y los conocimien­tos que tenemos en el banco son los necesarios, o debemos incorporar otros. De ahí, probableme­nte uno tendrá que poner un horizonte de un año para controlar y validar que todo lo implementa­do funcione correctame­nte.P

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