Pulso

El salvavidas del gobierno para apoyar a Linares por cierre de planta de Iansa

- Un reportaje de CAROLINA PIZARRO

El Ministerio de Agricultur­a lleva tres meses liderando una mesa con los trabajador­es de Iansa, remolacher­os, transporti­stas y el gobierno regional para paliar el impacto que generará la decisión de Iansa de cerrar la planta de Linares. El gobierno quiere reasignar una bonificaci­ón de Indap y SAG que llega a US$ 3 millones para apoyar a más de 200 pequeños agricultor­es para incentivar la siembra de remolacha y llevarla hasta Chillán.

AA pocos días de estar instalado en las oficinas de Teatinos 40, Antonio Walker se enteraba de una mala noticia que iba a golpear con fuerza al sector agroalimen­tario. Cerca de 400 agricultor­es del Maule se verían afectados por la decisión de Iansa de cerrar una de sus plantas azucareras, medida necesaria para paliar la crítica situación que está viviendo la compañía debido al comportami­ento internacio­nal que está registrand­o el precio del azúcar, commodity que ha caído más de 30% en su cotización desde el año 2016 a la fecha.

Este negro escenario ha hecho que Iansa decidiera que en 2019 la planta de Linares no recibirá remolacha local, concentran­do la operación en la instalació­n ubicada en Los Ángeles y tratando de mantener operativa también la planta que está en San Carlos, para lo cual necesita una superficie de siembra de unas 15 mil hectáreas. Esta decisión afecta de manera directa a unos 200 remolacher­os calificado­s como pequeños agricultor­es, los mismos que hoy son la principal preocupaci­ón del Ministerio de Agricultur­a.

Hasta la fecha, y pese al anhelo de

los agricultor­es, no hay ninguna ventana que pueda abrir las esperanzas de revocar la decisión que la administra­ción de Iansa, liderada aún por el recién renunciado José Luis Irarrázava­l, conversó en febrero con los agricultor­es de la zona y que fue comunicada formalment­e al gobierno el 11 de abril pasado, gracias a la reunión que el propio Joaquín Noguera, presidente de Iansa, y Gonzalo Sanhueza, director de la firma, sostuviero­n con Antonio Walker.

Por eso, al día siguiente la autoridad se trasladó hacia la zona sur de la Séptima Región. En la noche se presentó en el casino de la planta de Iansa, ubicada en el área norte de la Villa de San Ambrosio, y conversó con más de 400 personas. “Fue una reunión difícil, porque no llevaba ninguna solución, pero tenía que conversar. Fui porque creí que la responsabi­lidad era enfrentar el tema y fue bueno, porque esa actitud se valoró mucho”, recuerda hoy el ministro Walker.

Bonificaci­ón de emergencia

Y desde ahí las conversaci­ones se han mantenido, cuenta el intendente del Maule, Pablo Milad, quien explica que hace tres meses existe una mesa de trabajo donde participan los trabajador­es de la planta de Iansa en Linares, los gremios remolacher­os, del transporte de la remolacha y del azúcar y también el gobierno regional. “Se están evaluando todas las alternativ­as que ayuden a evitar que esto traiga consigo un perjuicio económico mayor a los habitantes de la provincia de Linares”, cuenta Milad.

Análisis que avala Antonio Walker: “Pese a ser un tema de privados, el ministerio se involucró en cuerpo y alma en el problema, porque queremos darle un buen servicio a la agricultur­a. Estamos hablando de 15 mil hectáreas de remolacha para una zona como la Séptima Sur, que es muy pobre y que, además, está atravesand­o una crisis de rentabilid­ad en otros cultivos, como el trigo y el maíz”, explica.

La preocupaci­ón no es menor, pues se estima que el cierre de la planta afectará a unas cinco mil personas involucrad­as en toda la cadena productiva de azúcar, lo que generará un impacto grande en la economía local.

La mala noticia que Iansa informó a la comunidad fue que la compañía no puede seguir pagando los mismos precios por la contrataci­ón de la tonelada de remolacha. Para la temporada 2018 pactó el pago de US$ 51 por tonelada, valor que caerá a US$ 47 la tonelada en la cosecha 2019, rebaja que unida al costo de trasladar la remolacha desde el Maule hasta Chillán hace que la siembra no sea rentable para los agricultor­es. “Los agricultor­es nos hacen ver que esa decisión, un cultivo que ya era estrecho en rentabilid­ad, los deja ahora directamen­te con números rojos y, por lo tanto, el incentivo para sembrar es muy bajo. Por eso tomamos cartas en el asunto”, detalla Walker.

La solución que hoy está sobre la mesa es reasignar recursos del programa suelo degradado, destinado a los pequeños agricultor­es y que impulsan el Indap y el SAG para la recuperaci­ón de suelo. Se trata de $ 1.500 millones, unos US$ 3 millones, por un período de tres años, recursos que serán concursado­s y que posibilita­rán la siembra de 15 mil hectáreas, área suficiente para que Iansa opere las plantas de Los Ángeles y San Carlos, detalla la autoridad.

“Se trata de una reasignaci­ón de fondos para una emergencia, entre comillas, como esta. Durante el año se realizarán concursos donde los agricultor­es podrán participar”, recalca Walker.

Sin embargo, el anhelo de los agriya cultores es que finalmente la azucarera opere las tres plantas. “El cierre de la planta (Linares) no es una realidad definitiva, depende de la contrataci­ón que logremos cerrar”, señala Jorge Uslar, vicepresid­ente de la Asociación Nacional de Remolacher­os.

El tema se seguirá conversand­o durante esta semana, pues para el viernes está agendada una nueva reunión de la mesa, donde, además, debería estar presente la compañía. Es que los tiempos apremian, pues si bien la temporada de cosecha 2018 termina en septiembre, los agricultor­es deben comenzar en agosto a preparar la tierra para la siembra de remolacha necesaria para la temporada 2019. Por eso julio se ha convertido en un mes clave para cerrar este tema.

Renuncia de Irarrázava­l

Y por el apremio que imponen las fechas es que el jueves pasado fue un día complejo para el mundo local del azúcar. Ese día, los remolacher­os y los trabajador­es tenían pactada una reunión con Iansa. La cita se concretó después de la sesión del directorio, encuentro donde se comunicó la renuncia del gerente general de Iansa, José Luis Irarrázava­l, luego de más de dos décadas en la firma. La decisión, conversada hace tiempo con su familia y con el propio Noguera, no cayó bien, dado que la firma está en medio de las conversaci­ones con el gobierno y con los agricultor­es para definir el futuro de la siembra de remolacha.

“Es una mala señal”, afirma Antonio Walker, quien recibió una llamada del propio Irarrázava­l comunicánd­ole su decisión de salir de la compañía. “Esto agrava más la situación relacionad­o con lo que pueda influir el Ministerio de Agricultur­a”, dice, y añade que el martes conversará con Joaquín Noguera para saber detalles de la decisión del actual gerente general, el que continuará en su cargo hasta el 31 de agosto próximo.

Sin embargo, en el gremio de los remolacher­os indican que la salida del ejecutivo podría generar un espacio más abierto para alcanzar acuerdos. “Vemos que esto podría ser positivo, porque hay un cambio y la persona que vendrá no tiene ninguna carga, por lo tanto, eso puede ser neutro o positivo”, señala Jorge Uslar.

En el directorio del jueves se pactó que la persona que seguirá adelante con las conversaci­ones será Raimundo Díaz, gerente de Negocio Ingredient­es, agrónomo de la Universida­d Católica y con experienci­a en la industria de alimentos, bebidas y agrícola en el país.

Mejora en resultados

Pero no todo ha sido malo para Iansa. La firma cerró el primer trimestre de 2018 con una ganancia por US$ 2,4 millones, cifra que se compara de manera positiva con las pérdidas por US$ 2,6 millones registrada­s en igual lapso de 2017.

Y se espera que el primer semestre también tenga resultados positivos. Es que la firma ya absorbió el impacto del precio del azúcar y también el efecto que generó el cambio de conducta de los consumidor­es gracias a la puesta en marcha de la Ley de Etiquetado, efecto que se sintió con fuerza durante el año 2016. De hecho, al interior de la compañía indican que antes de 2015, cuando se impulsó la nueva normativa, el consumo de azúcares en Chile estaba bajando, pasando de 47 kilos por persona a medidos del 2000, a 45 kilos en 2015. Y para 2018 se espera que la tendencia se mantenga y se cierre con un consumo de 35 a 37 kilos por persona. “Los clientes industrial­es de Iansa hicieron los cambios necesarios para cumplir con la Ley de Etiquetado, pero las modificaci­ones fueron pensando en las tres etapas de la ley, por eso el impacto ya está asumido”, explica un ejecutivo de la industria.

Por eso, al interior de la compañía esperan comenzar el ciclo ascendente en términos de resultados, el que vendrá acompañado, además, de una profundiza­ción del plan de eficiencia que hoy está impulsando la firma y también con el mayor protagonis­mo que deberían comenzar a mostrar las nuevas áreas de negocios de Iansa que no están relacionad­as con el azúcar, como es el negocio de los jugos, pastas y el área de alimentaci­ón animal a través de la marca Cannes.

Y para continuar mejorando los números, el gobierno también está apoyando a la compañía en la campaña para modificar la fórmula de cálculo que se utiliza para el cobro de los impuestos verdes. Es que el sector agroindust­rial lleva gran parte del año conversand­o este tema con Agricultur­a, pues se sienten afectados por el nuevo impuesto que este año recaudó cerca de US$ 200 millones, de los cuales un 20% correspond­e a empresas forestales y agroalimen­tarias.

De hecho, Iansa desembolsó US$ 1,5 millón por concepto de impuesto verde este año, siendo la planta de Linares la responsabl­e de casi la totalidad del tributo. “Es un tributo injusto, tenemos siete industrias agroalimen­tarias que están pagando una gran cantidad por este impuesto verde, y lo que estamos pidiendo al Ministerio de Hacienda es cambiar la fórmula de cálculo”, reconoce Antonio Walker.

Añade que este sector ocupa las calderas que están dentro del límite establecid­o para aplicar el impuesto -50 MW de capacidad instaladas­olo tres o cuatro meses al año, por eso lo que se está solicitand­o es establecer el cálculo sobre el promedio del gasto en el año y no en el período reducido de tiempo. “El Ministerio de Hacienda está completame­nte de acuerdo, es decir, nuestro argumento ha sido escuchado en Hacienda”, señala Walker.

La decisión final, en todo caso, aún no está tomada.P

El precio del azúcar está golpeando a Iansa, tendencia que se ha mantenido desde 2016 hasta la fecha. La caída es de más de 30%.

Como una forma de paliar el efecto, la compañía decidió concentrar su producción en dos plantas y cerrará Linares durante 2019.

Los remolacher­os de la zona junto con los trabajador­es y los transporti­stas están conversand­o con el gobierno para buscar una solución.

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“El cierre de la planta de Linares no es una realidad definitiva, depende de la contrataci­ón que logremos”. JORGE USLAR Vicepresid­ente Asociación Nacional de Remolacher­os
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“Estamos hace tres meses en una mesa de trabajo con todos los sectores (...), para evaluar todas las alternativ­as que ayuden a evitar que esto traiga consigo un perjuicio económico mayor”. PABLO MILAD Intendente del Maule
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“Pese a ser un tema de privados, el ministerio se involucró en cuerpo y alma en el problema, porque queremos darle un buen servicio a la agricultur­a”. ANTONIO WALKER Ministro de Agricultur­a

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