Rumbo empresarial, multipolaridad y umbrales riesgosos,
EL OBJETIVO es insistir en un descarnado diagnóstico, para sopesar riesgos y decidir rumbos empresariales. Estoy convencido de la tremenda necesidad de planteamientos radicales preventivos antes de que se inicien potenciales deterioros de nuestras limitadas capacidades financieras.
Las cuestiones claves a preguntarse continúan siendo las mismas desde hace tiempo, en ausencia total de respuestas. No se trata de criptografía asimétrica. Las preguntas son evidentes: ¿En qué economía global estamos compitiendo? ¿Por qué estamos donde estamos? ¿Qué modelos de negocios tenemos? ¿Nos golpeará en la próxima década? y el problema es cuánto estamos avanzando.
Lo concreto es que el presente no se caracteriza por dilemas ni trilemas, si no por la multipolaridad. Ello tiene varios significados: que las señales del mundo irreversiblemente globalizado crecen en volumen y en disparidad; además las variables macroeconómicas a las que prestan atención los inversionistas cambian, es más, en ocasiones se hace caso omiso a los datos macroeconómicos debido, por ejemplo, a las crecientes tensiones geopolíticas o cuando la dinámica comercial no guarda relación alguna con el conjunto de la economía o también a las mega fuerzas tales como cambios tecnológicos, cambios demográficos por edad y por las migraciones (app 750 millones a nivel mundial).
Por ello es que el Índice de Sorpresas Económicas – que compara realidad con expectativas previas, nos muestra fluctuaciones bruscas en cada medición.
¡Definitivamente no es el apocalipsis!... pero nadie se escapará por milagro.
Lo cierto es que aún empresarialmente en Chile no damos paso a las transformaciones disruptivas. La verdad es una sola, aunque duela: somos un país excesivamente tradicionalista que nos gusta arreglar la carga en el camino.
Pero en esta vuelta de tuerca la probabilidad de quedar abajo es mayor al 70%. La adopción de tecnologías en Chile es a mini pasos – me gustó mucho escuchar a una autoridad decir que es como “el raspado de cuernos del unicornio”. Nuestro Índice de Preparación Digital no es bueno por mucho que se nos presente liderando en Latinoamérica. Para qué hablar de inteligencia artificial, robótica y blockchain, costos en conectividad, legislación laboral y productividad.
Entonces si observamos los Mapas de Brechas respecto de países desarrollados sin atisbo de duda nuestro futuro empresarial no goza de buenas expectativas. Peor es que cada día aumentamos el riesgo de que los potenciales inversionistas internacionales demuestren menor interés en invertir en Chile, o que solo se interesen en mirarnos como productores elementales de materias primas.
El mundo incumbente para nuestro objetivo de alcanzar el desarrollo avanza a velocidad inconmensurablemente mayor. La vitalidad competitiva empresarial está cuestionada.P
Director de Empresas Familiares y Senior Fellow & Mentor Family Firm Institute