Focos de la próxima reforma previsional

Aumentar la cotización de los afiliados y generar los incentivos necesarios para retrasar la edad de jubilación, deben ser los énfasis del cambio en el sistema.

EL GOBIERNO está próximo a enviar un proyecto de ley para reformar el sistema de pensiones, por lo que se debe tener claridad respecto de los determinantes de las pensiones en Chile. Un informe de la Superintendencia de Pensiones tiene una conclusión clara: lo que más influye es el nivel de lagunas previsionales. Depende en qué período de la vida laboral existan esos vacíos de licitaciones, el impago negativo será mayor o menor. Mientras sean a más temprana edad, mayor el impacto negativo. Podría significar hasta un 70% de menor jubilación.

Esto resulta preocupante en un escenario

en que la densidad de cotización de los afiliados no supera el 60% en edades tempranas (hasta los 30 años). Cada vez que un afiliado de entre 18 y 30 años deja de cotizar, demora en promedio unos 5 meses en volver a hacerlo, y son justamente las mujeres las que tienen las mayores lagunas previsionales a esta edad, registrando un promedio de 5,2 meses, versus los 4,9 meses de los hombres. La densidad de cotización para este grupo etáreo es de 58%, pero que en el caso de las mujeres se reduce al 55%.

Otros elementos como menor cobro de comisiones por parte de las AFP tienen un efecto bastante inferior, cercano al 10%.

Con estas cifras en mano, la reforma previsional deberá incluir algunas mejoras como aumento de cotización, incentivos a retrasar la edad de jubilación y una inyección de mayores recursos que permita hacerse cargo de estas lagunas de cotización.

Una reforma que ponga demasiados esfuerzos en las comisiones que las AFP cobran a los afiliados, además de tener efecto menor en la pensión, podría repercutir en una reducción de costos con potenciales impactos en la calidad de los análisis de inversiones y, por esa vía, afectar el monto de jubilación.