Crecimiento vs. confianza empresarial
El verdadero test económico para evaluar una recuperación sostenida es el nivel del crecimiento potencial y hasta el momento no hay medidas profundas que hayan siquiera intentado apuntalarlo.
Las cifras económicas coyunturales parecen sonreírle a la administración entrante. Esta semana, el Banco Central publicó el Imacec para el mes de mayo, el que terminó sorprendiendo a los analistas, que anticipaban un crecimiento en torno al 4,0%: el incremento interanual fue de 4,9%, cerrando el primer trimestre del gobierno (marzo-mayo) con una expansión de 5,1%, la más alta desde fines de 2012.
La particularidad del quinto mes del año radicaba en la ausencia de efectos estadísticos distorsionadores. La base de comparación no sería un elemento para explicar tasas de crecimiento elevadas (como sí ocurrió entre febrero y abril) y, además, mayo de este año tuvo un día hábil menos. Esto explica -en parte- la alegría del gobierno al momento de celebrar las cifras del Imacec, porque, además, la velocidad en el margen reveló que la economía bien podría crecer este año en torno al 4%, o más, de mantenerse el vigor económico de los últimos meses.
Sin embargo, conviene reflexionar respecto a cuán sostenible son en el tiempo tasas de crecimiento aceleradas como las vistas en los últimos registros. Una señal de alerta provino del indicador de confianza empresarial para el mes de junio, el que, excluyendo el sector minero, acumula cuatro meses de caídas consecutivas, aunque todavía en terreno positivo. Pero la verdadera preocupación está en la confianza del sector construcción, el que, además de acumular tres caídas seguidas, se hunde en el terreno pesimista. Este sector -que refleja en buena medida el ciclo de inversión en curso- no responde necesariamente a la volatilidad de la economía internacional de las últimas semanas, sino más bien a las expectativas sobre la actividad local.
Esta moderación en la confianza del mundo empresarial sugiere cierta aprensión ante la falta de convicción que ha mostrado el gobierno entrante en materia económica. El verdadero test económico para evaluar una recuperación sostenida es el nivel del crecimiento potencial y hasta el momento no hay medidas profundas que hayan siquiera intentado apuntalarlo.