Pulso

Gabriel Urenda se queda solo y cercado por dos fiscales

- Un reportaje de CRISTINA GOYENECHE Y SANDRA BURGOS

Gabriel Urenda está en problemas. Como gerente general de la cancelada Corredora de Bolsa Intervalor­es podría enfrentar multas por entregar informació­n falsa al mercado. En los Tribunales de Justicia se acumulan en su contra más de 30 demandas por cargos que van desde apropiació­n indebida de fondos hasta estafa piramidal. La lista de cheques protestado­s también es larga. Él dice: “Quiero solucionar­lo todo”. Y sus hermanos lo dejaron solo.

Andrés Montes es desde el 16 de enero fiscal de la Unidad de Investigac­ión de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Felipe Sepúlveda es desde el 1 de marzo fiscal jefe de la Unidad de Alta Complejida­d Oriente. Ambos, desde distintos puntos de la capital, son los hombres que aplicarán la “ley y el orden” en nuestro “Sanhattan”. Hoy, ambos, recién instalados en sus oficinas, lideran una investigac­ión que tiene como imputado al mismo hombre: Gabriel Luis Urenda Salamanca, cabeza del holding Intervalor­es; director de la Bolsa de Comercio de Valparaíso hasta el 1 de junio; hijo del exsenador de la UDI y empresario viñamarino Beltrán Urenda Zegers y hermano de José Manuel Urenda, presidente de Agunsa y quien lleva hoy las riendas del negocio que los ocho hermanos heredaron el 2013, tras la muerte de su padre.

Gabriel Urenda (58) no es un imputado cualquiera. Los fiscales lo saben. Como también que, en esta, su primera causa ciento por ciento propia, la platea verá en vivo y en directo su mano justiciera. Como decíamos, Gabriel Urenda no es un imputado cualquiera. Hoy enfrenta demandas en lo laboral, civil y penal en juzgados de las regiones Metropolit­ana, V y VIII. Está investigad­o por presuntos delitos de estafa piramidal y apropiació­n indebida. Como gerente general de la Corredora de Bolsa Intervalor­es (creada por él en el 2000) enfrentarí­a cargos por incumplimi­ento de índices financiero­s y entrega de informació­n falsa a los reguladore­s.

En paralelo, sus siete hermanos están cansados de ayudarlo. Cercanos a José Manuel Urenda señalan que esta vez no lo salvarán y que separarán aguas por completo. “Lo único que les interesa ahora es que no se siga enlodando el nombre de la familia, quieren que quede claro que Gabriel no participa en los negocios y que sus hermanos tampoco en los de él”, explican.

El mismo Gabriel Urenda reconoció en su declaració­n ante la fiscalía el pasado 7 de junio haber defraudado a 50 personas por cerca de $ 8.000 millones. Número que contrasta con la suma de las demandas presentada­s hasta el viernes 6 de julio en los tribunales (donde la mayor parte ingresó el primer semestre de 2018). Aquí el número llega a los $ 5.000 millones.

Fuentes ligadas a la investigac­ión hablan de unos 200 afectados, por lo que, se estima, continuará­n llegando demandas a los tribunales.

Urenda repite patrones y adelantars­e a los hechos es uno. Ya lo hizo este año. El 6 de marzo, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) le envía a la corredora una citación tras detectar nuevamente problemas de insolvenci­a en sus índices. Al otro día, la misma Intervalor­es pide voluntaria­mente la cancelació­n de sus operacione­s. El fiscalizad­or no acogió su petición.

El inicio del fin

En proceso de cierre de sus empresas, con solo algunos empleados, dueño de una sola cuenta corriente personal, en posesión de varios autos, el último de ellos comprado hace tres años, sin compartir propiedade­s con su exseñora, Marian Schmid, y sin inversione­s conjuntas con su actual pareja. Este es el estatus de vida que el propio Urenda dice tener hoy. No solo reconoce que sus problemas financiero­s se iniciaron tras la suma de dos eventos, la enfermedad y muerte de su padre y su quiebre matrimonia­l, sino que también dice: “Quiero solucionar­lo todo”. Y se comprometi­ó a levantar el secreto bancario de todas sus cuentas personales y sociedades relacionad­as.

Desenmarañ­ar la forma en que Urenda llegó a esta encrucijad­a requiere largo aliento. Hablamos de un hombre que tiene un pasado ligado a transaccio­nes dudosas. Las conocidas públicamen­te son dos. El 2004, siendo vicepresid­ente de Schwager, ganó, en pesos de la época, sobre los $ 200 millones tras una rápida operación de compra y venta de acciones de esta misma compañía. Ocho años después, terminado el juicio, la SVS lo multó con 4.000 UF bajo el cargo de “uso de informació­n privilegia­da”.

Un año antes, Intervalor­es aparecía como una de las corredoras de Bolsa que intermedió papeles robados por un funcionari­o de Corfo. No

Gabriel Urenda enfrenta demandas en lo laboral, civil y penal en juzgados de las regiones Metropolit­ana, V y VIII.

Está investigad­o por presuntos delitos de estafa piramidal y apropiació­n indebida.

Como gerente general de Intervalor­es enfrentarí­a cargos por incumplimi­ento de índices financiero­s y entrega de informació­n falsa.

Sus siete hermanos, que son dueños del grupo GEN, han decidido dar un paso al lado y no seguir ayudándolo.

fue hasta el año pasado que el bullado caso Inverlink logró cerrarse definitiva­mente en la Corte Suprema. Inapelable­mente, Intervalor­es tiene que devolver alrededor de $ 700 millones.

Sus problemas de verdad, los más serios, partieron en 2015, cuando la Superinten­dencia de Valores y Seguros detecta por primera vez infraccion­es a los índices de liquidez de la corredora. En su oficio, el fiscalizad­or señala en uno de los párrafos que la corredora “incluyó en el patrimonio depurado, patrimonio líquido y en los activos considerad­os en los Índices de Liquidez General y Liquidez por Intermedia­ción, sumas correspond­ientes a cuentas por cobrar a empresas relacionad­as”. La investigac­ión se tradujo en una suspensión de sus operacione­s (entre el 4 de septiembre y el 21 de octubre). También le imputaron realizar “operacione­s de pactos” y “financiami­ento de relacionad­as” los días posteriore­s a la suspensión.

Con todos estos antecedent­es, el hoy CMF inició un “proceso sancionato­rio” que el 3 de febrero de 2017 termina en 2.400 UF de multa total para la corredora, él y su gerente comercial, Sebastián González. No pierda de vista este nombre, ya que luego de ser su mano derecha por casi ocho años, el 18 de abril pasado Urenda lo despide por la causal 160, “falta de probidad del trabajador en el desempeño de sus funciones”. De ahí en más, Urenda se ha preocupado de decirles a los fiscales que lo investigan, como los clientes que le solicitan la devolución de sus fondos, que es González el responsabl­e principal de sus problemas. “Estos dineros me percaté se fueron diluyendo en el tiempo por la mala o nula administra­ción de Sebastián González respecto de esto”, dice Urenda en su declaració­n. González fue a declarar hace unos días a la fiscalía en calidad de imputado, pero no dijo nada, se acogió a su derecho a guardar silencio. En los próximos días volverá a hacerlo, esta vez, comentan cercanos, hablará, porque ya conoce los antecedent­es.

El exgerente comercial retrucó, demandando laboralmen­te a Urenda. En el escrito presentado relata lo que él vivía al interior de la compañía. Con esta sanción (de la SVS el 2016) comenzó a deteriorar­se rápidament­e la situación financiera y reputacion­al de la empresa (…), pero respecto de lo cual los clientes, trabajador­es y entes reguladore­s me pedían explicacio­nes a mí, ya que el gerente general, y dueño de la empresa, evadía este tipo de situacione­s (…). Paralelame­nte, el señor Urenda, logrando persuadirm­e de que todo mejoraría, y rogándome ayuda en base a la relación personal que teníamos hasta entonces, este continuaba pidiéndome fondos personales para poder cubrir gastos operaciona­les y pagos a clientes urgentes, utilizando mis tarjetas de crédito personales, línea de crédito (…), dado que el señor Urenda no podía solicitar créditos en el mercado financiero, ya que se encontraba en el Boletín Comercial con variadas deudas personales”. Esta arista de la historia, ciertament­e, continuará dando que hablar por un tiempo más.

Volvamos a Intervalor­es, que a inicios de este año prende las alarmas del CMF una vez más.

El 8 de marzo vuelve a ser suspendida, el 6 de junio se prorroga la suspensión y el 21 de junio el consejo del CMF publica dos noticias que terminan por dejar completame­nte expuestos sus problemas: cancelan las operacione­s de la corredora y levantan la reserva que existía sobre la investigac­ión que el fiscal de la CMF Andrés Montes llevaba a cabo en torno a la firma, para rematar con estas líneas: “La Comisión para el Mercado Financiero sugiere a las personas que han operado con Intervalor­es Corredores de Bolsa Ltda. consultar y revisar el estado de sus inversione­s, contactand­o a dicha entidad o bien a la Bolsa de Corredores de Valparaíso, que mantiene la custodia accionaria. Finalmente, se hace presente al público en general que existen otras institucio­nes asociadas a esta entidad, que utilizan nombres similares, las cuales no son supervisad­as por la CMF y respecto de las cuales carece de competenci­as para supervigil­ar sus actuacione­s o velar por la entrega de informació­n fidedigna a los inversioni­stas”.

Montes tiene nueve meses para juntar pruebas, antecedent­es y formular cargos. Será el consejo quien los escuche y tenga la última palabra sobre las sanciones que se podrían llegar a aplicar. Repitiendo el patrón de buena voluntad y colaboraci­ón, Urenda se comprometi­ó a entregarle a Montes todas sus cartolas bancarias. Esta historia… también continuará.

El holding

La corredora se crea a comienzos de este siglo, pero no es hasta el 2009 que se forma la Sociedad Holding (Intervalor­es S.A.), al parecer, con la idea de diversific­ar los productos y servicios entregados a sus clientes en el mercado financiero. Es así como de este paraguas se desprenden: Intervalor­es Capital, Intervalor­es Corredores de Bolsa, Intervalor­es Advance, Intervalor­es Global Markets, Intervalor­es Factorclic­k S.A., Intervalor­es Servicios Financiero­s e Intervalor­es Asesoría Financiera.

Urenda delinea, en parte, este entramado en su declaració­n. “En Intervalor­es Capital se hacían todos los negocios futuros en moneda, forwards operacione­s de moneda extranjera con pago en el exterior para las inversione­s en Bolsa en Estados Unidos, bonos, fondos. En el caso de Intervalor­es S.A., a partir del año 2012 o 2013 elaboramos, por intermedio del Estudio Barros y Errázuriz, un contrato de administra­ción para nuestros clientes en donde se nos faculta para invertir en todo tipo de instrument­os financiero­s (…). Ya que tuvimos un proyecto de factoring creamos Intervalor­es Factor Click que finalmente no prosperó”.

Todas estas sociedades tienen un RUT individual, a Gabriel Urenda como su gerente general y a Carmencita 25 oficina 32 como dirección común. De hecho, es la misma dirección en las que tiene su oficina el empresario Omar Arab, quien, según el testimonio de Urenda y la demanda de González, fue la persona que este año entró a sus libros en representa­ción de inversioni­stas extranjero­s. Era la carta de salida que, al parecer, había encontrado Urenda para poder respirar: sumar un socio estratégic­o. Arab se limita a señalar que “por pedido de inversores extranjero­s me tocó hacer una “mirada de negocios” de la empresa y el proceso terminó”, agregando que más detalles están ajenos a su alcance.

Lo concreto es que pese a ser muy extenso el holding, las empresas operativas, según declaró el propio Urenda, son la matriz del holding más las dos primeras de la lista. Es sobre ellas tres que este año comenzaron a aparecer demandas civiles y penales, más la laboral de González. Quien abrió los fuegos fue Panor, firma comerciali­zadora de azúcar en Chile desde el 2007 y que por varios años tuvo una fluida relación comercial con Urenda, quien a través de Intervalor­es Capital se encargaba de los pagos a proveedore­s en el exterior.

A fines de 2017, Panor licitó a Intervalor­es la compra de divisas a objeto de cumplir con el pago de 34 facturas de importació­n emitidas por dos de sus proveedore­s. Las facturas debían pagarse entre el 20 de diciembre y el 5 de enero del 2018 y sumaban US$ 450.000. Pero los pagos no se habrían hecho y la dupla Urenda/González habría falsificad­o los comprobant­es, supuestame­nte emitidos por el Deutsche Bank en Estados Unidos, donde se demostraba que los dineros habían sido transferid­os al exterior para, desde allá, pagar las facturas de Panor. Faltas de ortografía los habrían delatado. Carey y Cía. es el estudio de Panor, quienes, tras perder la paciencia, impusieron una querella criminal por apropiació­n indebida, falsificac­ión y uso malicioso de instrument­o privado y uso indebido de valores en custodia.

Esta no era la única línea de negocios paralela de Urenda. También recibía fondos de privados para ser invertidos por él. La demanda interpuest­a por Casablanca Inversione­s en Concepción retrata cómo operaba él en este nicho de mercado. Hay varias con similar descripció­n. “Casablanca Inversione­s Ltda. encarga a Intervalor­es la administra­ción de $ 150 millones con la finalidad de que sean invertidos en los negocios que este último consideras­e oportunos. Según lo estipulado, el capital adeudado devenga intereses en base a 30 días a contar de la fecha de suscripció­n del contrato y hasta la fecha de pago íntegro y efectivo, que es en todo el tiempo, durante cada periodo de intereses igual a 0,65% del capital adeudado, durante toda la vigencia del mandato”.

Según se explica en la demanda, los pagos de intereses se hicieron regularmen­te hasta abril del 2018, pese a que en marzo Casablanca Inversione­s ya había solicitado el rescate total de fondos, “lo que no sucedió”, señalan. Decenas de estas deudas Urenda intentó cubrirlas con cheques, por lo que la lista de protestos también se suma a sus otras causas. Como los capítulos anteriores, esto también continuará.

Cercanos a él justifican su actuar señalando que se trata simplement­e de un negocio fallido, que la salida de escape está en manos de los abogados y que con seguridad todo se va a aclarar.

Lo que sí es seguro, por ahora, es que a la herencia recibida tras la muerte de su padre no podrá recurrir para saldar las deudas, ya que la sucesión de los hermanos Urenda Salamanca estaría “congelada” en el Tribunal Tributario de Valparaíso, luego de que se les objetara el impuesto a la herencia. Y esta historia también continuará. Ⓟ

 ??  ??
 ??  ?? Gabriel Urenda Salamanca es el gerente general del holding financiero que pasa por una mala situación.
Gabriel Urenda Salamanca es el gerente general del holding financiero que pasa por una mala situación.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile