Pulso

Somos copiones y es bueno que lo seamos,

- por María José Bosch

EL PROCESO de aprendizaj­e es fascinante, tiene varias dimensione­s y sucede en diferentes ámbitos. Una de las formas en que aprendemos sucede en el contexto social y se produce por imitación. O sea, se puede simplifica­r en que somos copiones. Este tipo de aprendizaj­e es más común de lo que normalment­e reconocemo­s. El aprendizaj­e por copia tiene muchas ventajas, ya que podemos aprender más cosas en menos tiempo y el proceso de prueba y error es más rápido. Pero no solo eso, cuando, además, vemos que las consecuenc­ias de esos comportami­entos tienen resultados que nos gustan, imitamos con más entusiasmo y de forma más consciente.

¿A quiénes imitamos? No a todos, copiamos más a los que respetamos y a los que consideram­os referentes. A los que llamamos líderes. Es por esto, que ellos son tan importante­s y muchos nos dedicamos a estudiarlo­s, por su impacto que finalmente tienen en la sociedad. Como nuestra vida tiene varias dimensione­s, vamos a copiar a diferentes personas en cada una de ellas.

Por ejemplo, en el hogar, los principale­s ejemplos son los padres. En general, vemos a niños comportars­e igual que sus padres, como adultos en miniatura. Esto se da incluso en los casos donde no hay relación sanguínea, ya que parte del comportami­ento se da por imitación y no por genética. El proceso de aprendizaj­e en las familias es muy potente. Algunos ejemplos de los valores que los padres traspasan a sus hijos, es el concepto de responsabi­lidad, del trabajo, el honor, la honradez, la lealtad, entre muchos otros.

En la empresa, dado el estatus y el poder, los jefes cumplen un rol fundamenta­l en el aprendizaj­e de sus colaborado­res. ¿Cómo me tengo que comportar para subir en la organizaci­ón?, ¿cuáles son los comportami­entos aceptados y cuáles son las normas sociales de la empresa?, ¿las reuniones son puntuales o no?, ¿qué tipo de lenguaje utilizamos?, ¿cómo tratan los jefes a las personas de la organizaci­ón? La persona más influyente en el proceso de aprendizaj­e de un colaborado­r es su jefe directo. Por supuesto que no es el único, pero es muy importante e influyente.

Finalmente, este proceso también sucede en la sociedad. ¿Respetamos las luces rojas? ¿tiramos basura por la ventana?, ¿cumplimos las leyes?, ¿pagamos nuestros impuestos? ¿respetamos a la autoridad?, ¿quién se toma el post natal parental en la familia? Esta dimensión es fácil de distinguir, ya que solamente tenemos que hacer el ejercicio de pensar cómo nos comportarí­amos si tenemos la oportunida­d de visitar un país como Alemania, Estados Unidos o Japón, por nombrar algunos.

Estamos en una época muy interesant­e, donde socialment­e están ocurriendo muchos cambios. Las personas tienen que aprender y adaptarse rápido. Por ejemplo, hasta ahora no teníamos que ser ni inclusivos, ni tolerantes, por nombrar solo dos atributos bastante valorados hoy en día por nuestra sociedad. Pero ¿dónde aprendemos a ser tolerantes y a ser inclusivos? ¿cómo lo podemos hacer con la rapidez necesaria? Es ahí donde el copión que llevamos dentro tiene que florecer. Hay muchos buenos ejemplos, que nos van a ayudar a aprender más rápido. Líderes chilenos y extranjero­s, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, que podemos imitar y que nos pueden ayudar. Solamente tenemos que estar atentos y elegirlos consciente­mente. Ⓟ

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