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Impuesto a alcoholes recauda US$1.128 millones desde la Reforma Tributaria: cerveza representa casi el 50%

En términos porcentual­es, la recaudació­n en 2015 (el primer año de aplicación anual del impuesto), la recaudació­n creció 22% en vinos, 48% en cervezas y 8,5% en destilados.

- PAULA GALLARDO

Desde octubre de 2014 -cuando entró en vigencia la Reforma Tributaria, donde se subió el impuesto a las bebidas alcohólica­s-, hasta diciembre

de 2017, este tributo ha recaudado unos US$1.128 millones, de los cuales US$510 millones provienen de la cerveza, US$330 millones del vino y US$286 millones de los destilados.

—Resistido, pero rápidament­e implementa­do, el alza de tasas del impuesto a los alcoholes fue parte de la Reforma Tributaria de 2014, y comenzó a regir desde el 1 de octubre desde ese mismo año.

Hoy, y ad portas de que el gobierno envíe un nuevo proyecto tributario con énfasis en la modernizac­ión, el gravamen vuelve a ponerse sobre la mesa y estaría en el set de los tributos analizados por el Ejecutivo, ya sea desde el punto de vista de las tasas vigentes, como de su eventual reformulac­ión.

Cabe recordar que en la reforma se aumentó el gravamen ad valorem de vinos y cervezas desde 15% a 20,50% y de los destilados, desde 27% a 31,5%.

Pero ¿cuánto se ha recaudado a la fecha? y más importante, el tributo ¿ha cumplido el objetivo de desincenti­var el consumo?

Según datos publicados por la Tesorería General de la República tras una solicitud vía Transparen­cia, la recaudació­n por concepto de este impuesto asciende a más de $737 mil millones (equivalent­e a US$1.128 millones, ajustado según dólares de cada año) entre octubre de 2014 y diciembre de 2017.

El top de la recaudació­n se la lleva por lejos la cerveza, con un monto de casi $334 mil millones (equivalent­e a US$510 millones) en el mismo período, seguido por el vino con más de $216 mil millones (equivalent­e a US$330 millones) y por último los destilados, con más de 187 mil millones (equivalent­e a US$286 millones), todo ajustado a dólares promedio de cada año.

En términos porcentual­es, la recaudació­n en 2015 (el primer año de aplicación anual del impuesto), la recaudació­n creció 22% en vinos, 48% en cervezas y 8,5% en destilados. Sin embargo, al cierre de 2017, las variacione­s se moderan: la recaudació­n del vino aumentó sólo un 1,8%; la cerveza 1,1% en tanto que los destilados caen 2,3% en su recaudació­n.

¿REDISEÑO? En la industria existe preocupaci­ón por el tema, consideran­do que la anterior alza de las tasas tomó datos de la Organizaci­ón Mundial de la Salud que mostraban un alto consumo de alcohol de los chilenos (9,6 litros per cápita al año) lo que según se determinó después, estaba distorsion­ados, porque recogían la pérdida de producción del terremoto de 2010.

Dicho eso, según el gerente general de Capel Claudio Barraza, se deben tomar en considerac­ión tres temas: el gravamen existente, el objetivo de estos impuestos y a quién se le está aplicando.

Según Barraza el objetivo que se declaró en ese minuto “era reducir el consumo de alcohol vía aumento de precios, esto no ocurrió y fue absorbido por la industria, no traspasado al consumidor final. Por lo tanto, son los productore­s agrícolas los que están pagando finalmente este impuesto, con un tremendo impacto en los productore­s pisqueros”, recordando que la industria genera más de 3.500 empleos estables y 20 mil en épocas de vendimia y cosecha.

Una lectura similar plantea la gerente general de la Asociación de Productore­s de Cerveza de Chile (Acechi) Ximena Bravo.

Asevera que en la pasada Reforma Tributaria “se perpetuó el sobregrava­men a las cervezas en comparació­n con otros alcoholes de mayor graduación alcohólica. En este aspecto, es importante destacar que estamos hablando de la bebida con menor graduación, pero que su vez tiene la mayor carga tributaria por grado de alcohol. El alza del impuesto específico del 2014 nos llevó del 15% al 20,5%. Con ello, la cerveza tiene una tasa mayor a 4% por grado alcohólico, mientras que la de los destilados no llega al 1%”.

Con todo, la posibilida­d de una revisión del tributo no le parece descartabl­e desde la perspectiv­a de equilibrar los tributos entre las industrias afectas a tasas; esto es cervezas y vinos, por una parte, y destilados, por otra. “Si se considerar­a un aumento del impuesto con fines correctivo­s, el foco debe estar puesto en nivelar la cancha hacia los alcoholes de mayor graduación”, pero no “un nuevo incremento de impuesto afectaría muy negativame­nte a una industria que en su mayoría está compuesta por microempre­sas o pymes”, afirma.

¿Qué dicen los expertos? Según el experto de BDO Rodrigo Benítez, “el impuesto está diseñado de manera adecuada. Es muy delicado querer cambiar la estructura del impuesto consideran­do que el año 2000 el país fue sancionado por la OMC (Organizaci­ón Mundial del Comercio) por considerar­se que el impuesto era discrimina­torio en contra de productos extranjero­s como el whisky, en beneficio del pisco. Por otro lado, tampoco se puede recargar aún más la producción nacional de alcoholes tradiciona­les como el pisco y los vinos”.

Desde otro punto de vista, el académico de la U. de Chile, José Yáñez, plantea que respecto de este tipo de tributos “correctivo­s” el diseño debiera abordarse desde una perspectiv­a regulatori­a y no recaudator­ia. “Lo debería busca el impuesto es desincenti­var el consumo excesivo, terminar la externalid­ad negativa, pero en Chile se ha manejado siempre desde el punto de vista recaudator­io, por la plata que genera al Fisco, que es justamente lo contrario a lo que debería ser. Y ahí está la oportunida­d de hacer un trabajo serio”, explica.P

Las cifras de consumo de alcohol en Chile de la OMS han sido cuestionad­as, puesto que al ser tomadas en 2010 reflejaban la pérdida de stock por terremoto, no necesariam­ente el consumo.

“Es muy delicado querer cambiar la estructura del impuesto consideran­do que el año 2000 el país fue sancionado por la OMC (Organizaci­ón Mundial de Comercio)”.

RODRIGO BENÍTEZ BDO

“(Este impuesto) se ha manejado siempre desde el punto de vista recaudator­io, que es justamente lo contrario a lo que debería ser”.

JOSÉ YÁÑEZ Académico U. de Chile

“Un nuevo incremento de impuesto afectaría muy negativame­nte a la industria. El foco debe estar puesto en nivelar la cancha hacia los alcoholes de mayor graduación”.

XIMENA BRAVO Gerenta general de Acechi

“Son los productore­s agrícolas los que están pagando finalmente este impuesto”.

CLAUDIO BARRAZA Gerente general de Cooperativ­a Capel

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Ariel Fernández • PULSO FUENTE: Tesorería General de la República
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