Banca y tercera edad.
Las instituciones financieras no pueden prestar dinero a todo quien lo pida. Si así lo hicieran, estarían afectando su propia solvencia. Tienen y deben aplicar políticas de riesgo de manera seria y responsable.
LA SEMANA pasada se generó una de polémica luego que dos personas -una de ellas un destacado académicodenunciaran públicamente que un banco les negó la renovación de su tarjeta de crédito por haber superado los 70 años de edad.
Como era de esperar, el mundo de la política se sumó a esta denuncia, y un grupo de diputados UDI pidió a la Superintendencia de Bancos tomar acciones contra dicha institución financiera.
El Presidente Piñera se refirió al tema señalando que trabajarán con la banca para terminar con lo que denominó una discriminación contra el adulto mayor. El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, se reunió con el presidente de la Asociación de Bancos, Segismundo Schulin-Zeuthen, para analizar el asunto. “A nadie se le debe negar un producto financiero por el solo hecho de cumplir años”, dijo el ministro.
La pregunta de fondo ante este escenario es la siguiente: ¿corresponde o se justifica hacer una regulación sobre esta materia? Creemos primero que es importante aclarar que la situación vivida por estos adultos mayores se dio en un banco, sin embargo, también existen otros adultos mayores que han señalado que a ellos sí se les ha renovado el cupo de la tarjeta, entre ellos, el economista Rolf Lüders en una carta enviada al diario La Tercera.
Cada banco tiene distintas políticas de crédito, basado en los cuadros de riesgo diseñados y que en cierto escenario puede perjudicar a un adulto mayor, pero que también podría perjudicar a otro tipo de personas, ya sea por enfermedad o por poca solvencia financiera. Estos cuadros de riesgo no se elaboran basados sólo en un indicador, sino que en varios.
Independiente de si los bancos aludidos se equivocaron o no al negar la renovación de la tarjeta de crédito a esas personas, es un hecho que las instituciones financieras no pueden prestar dinero a todo quien lo pida. Si así lo hicieran estarían afectando su propia solvencia, lo que sería mucho más grave. Tienen y deben aplicar sus políticas de riesgo de manera seria y responsable según quien corresponda.P