Desafíos de la banca... y la sociedad,
LA BANCA tiene el desafío de la inclusión y globalización. El último informe de inclusión financiera de la SBIF muestra que el 40% de la población adulta tiene una inclusión financiera básica, es decir accede a productos tales como cuentas vista, depósitos, cuentas de ahorro o tarjetas de débito. De este grupo el 9% solo tiene cuenta RUT.
Si bien esto es mucho más que la penetración de las cuentas vista en el resto de Latinoamérica (donde es inferior al 50%), la cuenta RUT se trata de una alternativa muy limitada que básicamente permite ahorrar el riesgo de tener efectivo, pero no un punto de partida para otros productos financieros.
La banca existe como un facilitador que debiera potenciar a la sociedad y, para lograrlo, esta industria debería tomar riesgos. No se trata solo de los que corre una institución financiera cuando otorga un crédito, sino más bien de la innovación y adopción de tecnologías que permitan disminuir los costos operacionales y, de esta manera, contar con procesos más eficientes que le permitan ofrecer sus productos a nuevos segmentos de la población y así lograr una verdadera democratización financiera.
Hoy, en un mundo cada vez más globalizado, y con una creciente necesidad de verdadera inclusión financiera, es necesario que la banca tome riesgos. Además, es indispensable una regulación que incentive la innovación y la competencia para que se desarrolle esta industria en Chile hacia el futuro.
Incentivar la innovación y la competencia en el mercado financiero implica contar con una regulación por tipo de producto, porque de esta manera podrán surgir emprendimientos innovadores que se especialicen en áreas específicas. Si la regulación se hace común para todos los productos y tratando de abarcar una variedad amplia de servicios, estará repleta de controles, auditorías, requerimientos de capital excesivos etc. Entonces los costos de ofrecer un producto financiero se dispararán y no habrá innovación. Por eso debe haber sensatez en qué exigir a cada actor del mercado y tener siempre presente el objetivo de la innovación.
Otra forma de incentivar el desarrollo de la innovación financiera es simplificar ciertos procesos, por ejemplo, desarrollar contratos y/o cláusulas tipo como los de intermediación financiera, los de administración de cartera, préstamos, prácticamente todos los contratos a la industria retail pueden ser tipo, en los que solo cambien ciertos campos específicos, lo que permite un ahorro sustancial al momento de empezar a ofrecerlos, como así también fijan reglas claras para todos los oferentes.
Asimismo, el desafío no es solo de la banca, sino que también de la sociedad. Debemos generar un ecosistema en donde las personas sean responsables de los servicios que contratan. Las empresas tienen que ser responsables, pero los usuarios también.
Wenceslao Casares, un emprendedor financiero argentino, dijo una frase muy sabia: “Nuestros países aún están preocupados de solucionar los problemas sociales que se produjeron por habernos perdido la revolución industrial, y lamentablemente nuestras autoridades no se dan cuenta que ahora nos estamos perdiendo la revolución digital”. Aún estamos a tiempo. P