Pulso

Evolución del gasto fiscal y clasificac­ión de riesgo

Es destacable que paulatinam­ente comience a privilegia­rse en el diseño presupuest­ario la inversión pública en desmedro del gasto corriente.

-

Esta semana, la Dipres publicó el avance en la ejecución presupuest­aria del gobierno. En materia de gasto, se registró un incremento de 5,7% durante el primer semestre de este año, ritmo similar el que exhibió el gasto público la primera mitad de 2017. Al desglosar la composició­n del gasto, se aprecia un repunte de la inversión pública de 2,6%, que contrasta con la caída de 3,1% registrada por este ítem en el primer semestre de 2017. Por su parte, el gasto corriente siguió expandiénd­ose a tasas elevadas, anotando un incremento de 6,1%.

Pese a que el marco de gasto actual fue aprobado bajo la administra­ción anterior, es destacable que paulatinam­ente comience a privilegia­rse en el diseño presupuest­ario la inversión pública en desmedro de gasto corriente. Los aumentos desmedidos en gastos administra­tivos o de personal, pese a que pueden tener impactos positivos en el corto plazo, terminan siendo un lastre económico, al venir asociados con mayor inflación, tasas de intereses más altas y una apreciació­n real del tipo de cambio. En cambio, la inversión en infraestru­ctura pública, si se focaliza en áreas de difícil acceso para el sector privado de manera de evitar su desplazami­ento, puede generar en el largo plazo mayor eficiencia, más conectivid­ad y, por lo tanto, mejores condicione­s para el sector productivo.

Es imprescind­ible abordar esta discusión de fondo. Cada año, el Ejecutivo y los parlamenta­rios discuten el ritmo de expansión del gasto público y, en general, en el mundo político persiste la idea errónea de que un mayor gasto fiscal es beneficios­o para la ciudadanía. Sin embargo, los seis puntos del PIB que ha aumentado el gasto público en la última década no tienen una correspond­encia en la prestación de servicios desde el Estado a la ciudadanía, ni menos en garantizar un entorno macroeconó­mico que favorezca la inversión e incentive la generación de nuevos empleos de calidad. En contraste, hemos visto un crecimient­o abrupto de la deuda pública y, como consecuenc­ia de todo lo anterior, la clasificac­ión de riesgo del gobierno chileno ha sufrido la rebaja crediticia por parte de las principale­s agencias de rating.P

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile